fanclubwallet – You Have Got to Be Kidding Me

fanclubwallet es el proyecto de Hanna Judge, una chica de Ottawa que ya sabe lo que es tener algún éxito que otro -su “Car Crash in G Major” es uno de los hits del reciente bedroom-pop-. Y es que, en apenas dos años, y tras empezar su carrera con una estupenda versión del “This Must Be the Place” de Talking Heads, la artista canadiense se ha hecho con una colección de singles de lo más interesante. Algo que ahora redondea con un álbum de debut en el que exhibe de maravilla su talento para fusionar estupendamente el pop sintético con el indie de los primeros 2000.

You Have Got to Be Kidding Me’, que viene a significar algo así como “tienes que estar bromeando”, es la culminación de dos años de cambios para la artista canadiense. Y es que, tras dejar la universidad, y a su novio, acabó volviendo a vivir a casa de sus padres. Lo que nos lleva a un álbum en el que gran parte de sus letras están llenas de descontento. Pero ojo, que no estamos ante un álbum triste, ya que Judge es una experta en tirar de ironía. De hecho, define este proyecto como “algo extático e irónico”.

Lo que más me gusta de este trabajo es su sonido y lo bien que se adaptan sus guitarras a mundos más electrónicos y bailables. Solo hay que escuchar esa barbaridad llamada “Gr8 Timing!”, en la que se saca de la manga un ritmo de club noventero, y lo fusiona con una guitarra funk. Además, también consigue un estribillo redondo y de lo más pegadizo. Una euforia por la pista de baile que también aparece en “Trying to Be Nice”, en la que se acerca un poco más al synth-pop. Pero también sabe como irse hacia un indie-pop algo sintético y bastante amable. Algo que demuestra en cortes tan notables como “Fell Through”, “Toast”, y “National Tv”.

También es cierto que no se le da nada mal tirar de melancolía y dejar que la pereza se adueñe de sus canciones. Solo hay que escuchar cortes como “That I Won’t Do” y “Coming Over”, en los que se deja fuera el entusiasmo sonoro que aparece en gran parte del álbum, y se mete de lleno en ese indie-pop algo tristón que practicaban bandas como Death Cab For Cutie a principio de su carrera. Incluso se podría decir que se acerca a la indietronica en “55”, un delicioso y melancólico instrumental en el que juega con un loop de lo que parece ser una vieja videoconsola. Y la verdad es que mola.

7,6

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2 comentarios

  1. yellowsnow77 · junio 8

    mediafire.com/file/i2s7hzjgbh8wclp/fanclub.zip/file

  2. Pingback: Programa 262 – Área 51 del Corazón | Podcast

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