
¿Echáis de menos a las primeras The Breeders? Porque, sí es así, estáis de enhorabuena. Ha vuelto R. Ring, el dúo formado por Kelley Deal, que ya sabéis todos quién es, y Mike Montgomery de la banda Ampline. Y lo han hecho con un segundo trabajo que cuenta con un claro sonido noventero que recuerda bastante a ese grupo del que Deal forma parte. Y digo que forma parte porque no hace tanto que sacaron su último álbum. Aunque sí es cierto que desde 2020 acompaña a Protomartyr en sus giras.
‘War Poems, We Rested’ se concibió al igual que su primer trabajo. Es decir, de una forma casera y con la ayuda de varios amigos y amigas. Pero ninguno de ellos se esperaba que una pandemia parara el mundo, así que lo dejaron un poco aparcado y siguieron con sus otros proyectos -Deal girando con The Breeders y Protomartyr, y Montgomery con su estudio de grabación-. Hasta que no hace mucho decidieron retomarlo y darle una nueva vuelta. Y hay que decir que, no sé si será porque han estado activos durante todo este tiempo, pero el disco suena de maravilla. Porque, aunque sea un poco minimalista, han logrado dar con un sonido de lo más compacto. Algo de lo que tiene buena parte de culpa la batería de Laura King, que lleva la voz cantante en muchas de las canciones.
El disco se abre con “Still Life”, un tema en el que no pueden negar la influencia de ese sonido Breeders que comentaba más arriba. Incluso se podría decir que tiene un cierto toque Pixies por su lado más oscuro y pesimista. De hecho, lo primero que canta Deal es “all I want is a cigarette and someone to pay the rent”. Dejando las cosas bien claras desde el principio. Lo bueno es que no tiran mucho hacia ese sonido y prefieren irse hacia un lado más dulce que, a mí, me recuerda un poco a The Amps, ese grupo que se montó su hermana Kim allá por el 95. Algo que resulta evidente en cortes tan directos como “Hug” y “Cartoon Heart / Build Me a Question”. Aunque la segunda también tiene un lado surf que es una pasada.
R. Ring se tienen muy bien aprendido el sonido de los noventa, que para algo formaron parte de él. Y hay que decir que saben como llevar a buen puerto temas que son un tanto menos directos. Es el caso de “Stole Eye”, un corte algo más oscuro y sucio que, sin embargo, llega muy arriba gracias a esa batería que lo envuelve todo. Una batería que también apaña bastante “Def Sup”, a la que le falta un pequeño punto más melódico y le sobra tanta guitarra estridente. Afortunadamente, hay otros temas como “Likeable” y “Volunteer” en los que se preocupan un poco más por su lado más melódico. Y bueno, luego tenemos los cortes en los que apenas se apoyan en un teclado, como “Exit Music” y “Embers on a Sleepwalk”, que no me dicen mucho, pero que la verdad es que tampoco estorban.
7,6
RD
MD