Este año no tenía pensado hacer un repaso a lo mejor de los últimos doce meses, pero al final he tenido que preparar una lista para otra página, y me he animado. Además, así actualizo un poco el blog, que lo tengo muy olvidado. Eso sí, todo esto de las listas me sigue pareciendo una cosa inútil y absurda. Ahí van 20 de los discos que más me han gustado de este año. Y sí, esta vez sí que el primero es el primero, y el veinte es el veinte.
- Caliza – Medianoche/Mediodía
Uno de los discos nacionales del año ha sido el de Caliza. El proyecto en solitario de Elisa Pérez, batería de Cosmen Adelaida y Rusos Blancos (entre otras muchas cosas), es una pequeña joya en el que encontramos algo de electrónica oscura, algo de kraut, y mucho pop electrónico. Además, cuenta con Madrid, uno de los hits del año.
- Belle & Sebastian – Girls In Peacetime Want To Dance
El supuesto disco electrónico de Belle & Sebastian al final no lo fue tanto, pero sí que sorprendieron con un algún que otro tema enfocando hacia pista de baile. Entre medias de canciones más en su onda (Nobody’s Empire es una delicia), nos dejaron dos temazos como The Party Line y Enter Sylvia Plath, donde se fueron al petardeo más absoluto. La lástima es que no enfocaran todo el disco hacia ese terreno.
- Twerps – Range Anxiety
Una vez más, hay que mirar hacia Australia para encontrarse con lo mejor del rock actual (el disco de Dick Diver se ha quedado fuera por los pelos). Twerps son lo de mejorcito que ha salido en la otra parte del mundo en los últimos años, y con su último trabajo vuelven a demostrar que no hay que quien les tosa cuando se ponen a recuperar el viejo indie-rock de las antípodas.
- Father John Misty – I Love You, Honeybear
Father John Misty ha sido uno de los triunfadores de este año (los que vieron su concierto en el VIDA Festival todavía están flipando). Todo gracias este I Love You, Honeybear, en el que nos cuenta la vida de su alter-ego en canciones tan enormes como la que da título al álbum, Chateau Lobby #4 o Bored In The USA. Además, es un trabajo donde deja ver su pasión por otros estilos que no son el folk, y nos deja cortes electrónicos como True Affection, o derroches de psicodelia rockera en The Ideal Husband.
- Viet Cong – Viet Cong
La claustrofobia de Sonic Youth, la abstracción del rock arty, la oscuridad del post-rock…el debut de Viet Cong ha sido una de las sorpresas más gratas del año para los que disfrutan con el rock más potente. Un disco en el que han ido más allá, condensado todos esos sonidos, dotándolos de buenas melodías y creando uno propio. Todo un hostión en la cara que no ha dejado indiferente a nadie.
- La Bien Querida – Premeditación, Nocturnidad y Alevosía
El paso a la electrónica que ha dado La Bien Querida le ha sentado de maravilla. La bilbaína se ha dejado de tonterías y, en su trabajo de este año, nos ha dejado una colección de canciones casi perfecta, en la que New Order se alían con Jeanette, y la electrónica más minimalista con el pop de toda la vida. Un paso hacia delante enorme, que la convierte en una de las mejores artistas de nuestro país.
- Blank Real – Illegals In Heaven
Otra vez las antípodas, y otra vez el mejor rock. Blank Realm repiten este año entre los mejores, y lo hacen muy merecidamente. Illegals In Heaven es la demostración perfecta de que se puede conjugar el mejor rock ruidoso y lo-fi, con las mejores melodías. Algo que ya se venía venir con su anterior trabajo, y que en este han perfeccionado. Como ejemplo, River Of Longing, Costume Drama y Palace Of Love, tres hits como la copa de un pino.
- Baio – The Names
No nos esperábamos nada interesante del debut en solitario del bajista de Vampire Weekend, y su proyecto electrónico, pero para sorpresa de todos, se ha hecho con uno de los discos del año. El neoyorquino (ahora afincado en Londres) ha rebajado los beats de sus canciones y de ha centrado en el pop. El resultado no puede ser mejor, tanto cuando se acerca a su banda principal (Sister of Pearl es tremenda), como cuando se pone más puramente electrónico (All The Idiots no tiene nada que envidiar a los mejores del genero).
- Grimes – Art Angels
Pasar del odio al amor con un artista es algo más habitual de lo que parece. Yo mismo lo he vivido este año con Grimes, una artista que no me decía nada hace unos años, y que en este 2015 me ha conquistado. El culpable es Art Angels, un álbum más pop y menos rarito que está lleno de hits. Vamos, que más de una súper estrella del pop actual daría su maño derecha por temas como California o Flesh Without Blood.
- Low – Ones & Sixes
Low siempre son un valor seguro, una de esas bandas que no suele fallar, pero hay veces que están a un nivel superior del habitual. Ones & Sixes es una de esas veces, uno de esos discos desgarradores, en el que los de Minessotta nos dejan del revés. Pero también es un trabajo en el que nos enseñan una faceta más amable que les sienta de maravilla. Como prueba What Part Of Me? o Lies, dos de las joyas del año.
- Reina Republicana – El Despertar
No es fácil hacer algo diferente con tu segundo trabajo, y superar los buenos resultados del primero. Reina Republicana lo han conseguido con El Despertar, un álbum excelente en el que los de Pamplona abrazan el krautrock y la psicodelia, pero sin olvidarse del pop y las buenas melodías. Ahora que hace bueno, Mikoyan, Sin mirar atrás…da igual que canción elijas, todas son extraordinarias. Además, es un trabajo con una producción excelente, llena de detalles y en la que todo encaja. Algo no muy habitual en el indie español.
- Tame Impala – Currents
Currents ha sido uno de los disco que más ha sorprendido este año, y no por su calidad, que es enorme, si no por su sonido. Los fans más talibanes de Tame Impala se llevaron las manos a la cabeza al escuchar estas canciones llenas de vocoders, ritmos bailables y toques de r&b, criticando el cambio tan radical de la banda australiana. De lo que parece que no se dieron cuenta es que, detrás de ese envoltorio, había una colección de canciones enorme (la mejor de su carrera). Solo hay que ponerse The Less I Know The Better, Eventually o Let It Happen, para darse cuenta.
- Francisco Nixon – Lo malo que nos pasa
Otro artista que ha cambiado su sonido este año ha sido Francisco Nixon. El que fuera miembro de Australian Blonde y La Costa Brava se ha sacado de la manga una colección de canciones con influencias del pop español de los setenta, y aquél sonido que se popularizó a mediados de aquella década en los alrededores de la Castellana. Saxos, ritmos cercanos al disco, algún deje ochentero – si se descuida un poco, se hace con un Last Chritsmas en Un Paseo por la Costa Fleming – , y unas letras costumbristas, que hacen que este trabajo sea de lo más disfrutable.
- Courtney Bartnett – Sometimes I Sit And Think, And Sometimes Just Sit
En los últimos años hemos visto como algunas bandas recuperaban el sonido de los noventa centrándose en la parte más noise del asunto. Algunas lo han hecho excepcionalmente, como Deerhunter, que se han convertido en una de las mejores bandas de la actualidad, y otras, se han dedicado a copiar lo que ya escuchamos en aquella década. Courtney Bartnett es de las listas, y, a pesar de que suena a los noventa por todos los lados, lo hace con gracia y grandes canciones. Por no mencionar esas letras irónicas e inteligentes con las que completa su pasión por las guitarras sucias y las buenas melodías.
- Murciano Total – Quereres y Dejenes
Murciano Total ya nos avisaron en colección de maquetas de lo que eran capaces de hacer, y en su álbum de debut lo han confirmado. El dúo de Murcia se ha convertido en uno de los grupos españoles del momento con su fusión de pop electrónico, y sus letras con cierto aire a folclore español. Quereres y Dejenes es uno de esos trabajos en el que prácticamente todas las canciones podrían ser un single, aunque yo me quedo con La Montaña Azul y La Casa Parisina, dos auténticas joyas que todo el mundo se debería saber de memoria.
- Chvrches – Every Open Eye
Chvrches lo tenían difícil con su segundo trabajo tras la gran acogida que tuvo su debut, pero han superado las expectativas con creces. El trío de Glasgow ha vuelto dejar constancia de que, a la hora de hablar de synth-pop, no hay quien les tosa. Además, en esta ocasión, también se han dejado llevar por el lado más comercial de su música, entregándonos algunos temas que bien podrían sonar en todas las radio-formulas del mundo. Eso sí, lo mejor sigue siendo su faceta más sintética. Ahí está esa enorme Clearest Blue para demostrarlo.
- Jamie xx – In Colour
Jamie xx no ha defraudado con su álbum de debut, sino todo lo contrario. Con In Colour, el británico ha dejado claro que es que uno de los artistas que mejor maneja la electrónica en la actualidad. Además, se ha sacado de la manga un trabajo de lo más ecléctico, en el que también hay espacio para acordase de su banda principal (Loud Places es una de las canciones del año), o de adentrarse en terrenos más “tropicales” en esa I Know There’s Gonna Be (Good Times) tan veraniega.
- Majical Cloudz – Are You Alone?
Los canadienses Majical Cloudz están empeñados en que su música es esperanzadora, pero cuando escuchas sus discos, es imposible no sumirte en la tristeza. Este año, más de uno ha querido cortarse las venas con Are You Alone?, su último álbum, que es triste, pero también es tremendamente bonito. Un trabajo que recuerda a los Radiohead de Kid A (ellos mismos hacen un homenaje a una de las canciones de ese álbum el tema titular) por su forma tan minimalista de utilizar la electrónica, pero en el que también tienen algún hueco para dotar con un poco más de alma a sus canciones. Ahí están So Blue o Change para demostrarlo.
- Deerhunter – Fading Frontier
Ya lo decía más arriba, Deerhunter son una de las mejores bandas de la actualidad, y este año no nos han fallado. Su Fading Frontier es un otra pequeña obra maestra en la que vuelven al indie-rock más delicado y se dejan de lado el rock sucio de su anterior trabajo. Han rebajado una barbaridad la intensidad de las guitarras, y se han dejado llevar por un tono más ensoñador. Incluso han tenido tiempo para sacarse de la manga un tema como Snakeskin, todo un homenaje a los Primal Scream de Screamadelica.
- Sufjan Stevens – Carrie & Lowell
No podía ser de otra manera, el primer puesto se lo queda Sufjan Stevens. El norteamericano ha desnudado su alma en Carrie & Lowell, un álbum dedicado a sus padres, con el que ha puesto los pelos de punta a más de uno. Además, lo ha hecho de la forma más difícil, sin artificios, y dejando todo el protagonismo a su guitarra y su voz. Es cierto que, de vez en cuando, aparece algún teclado (el de Should Have Known Better es una delicia), pero su y tranquilidad y su sinceridad, es lo que ha hecho de este trabajo el mejor de 2015.
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