25 Canciones: Erasure
Esta es una de las secciones del blog que más me gusta hacer, y contaría con más entradas si no fuera tan difícil encontrar grupos que se adapten a ella. Y es que, el limite de 25 canciones que puse en su día, se me queda corto y deja muchas bandas fuera. Pero al final se trata un poco de resumir una discografía extensa y dejarla en lo mejor de lo mejor. Como hago hoy con Erasure. Evidentemente, con más de una docena de discos en su carrera, el dúo formado por Vince Clarke y Andy Bell cuenta con más de 25 temas notables. Además, en la actualidad, siguen sacando discos donde se pueden rascar tres o cuatro temas más que decentes. Pero creo que con esta selección uno se puede hacer una de idea de lo que es su discografía.
El caso de Erasure me parece de lo más curioso. Sabía que habían tenido bastante éxito, y los recuerdo como una de esas bandas que estuvieron en mi radar durante mi infancia y parte de mi adolescencia. Pero me quedé bastante sorprendido cuando vi todo lo que vendían en Reino Unido. Allí, entre finales de los ochenta y los primeros noventa, colocaron cinco discos en el número uno. Y todo esto en una época en la que, si quitamos a Pet Shop Boys, el synth-pop estaba de capa caída. Grupos como The Human League o Soft Cell ya no existían; Depeche Mode estaban a otras cosas, y OMD tratando de conquistar las Américas. Así que lo suyo tiene incluso más mérito. Aunque claro, Clarke venia de hacer el primer disco de Depeche Mode y de tener un éxito enorme con Yazoo. Lo que facilitó bastante las cosas.
Curiosamente, ‘Wonderland’, el que fue su debut, no tuvo mucho éxito en su día. Es más, dada la fama de Clarke, se consideró un fracaso. Al parecer, la voz y la forma de interpretar de Bell no terminaba de encajar entre los fans que venia de Yazoo. Es más, en sus primeros conciertos la gente gritaba qué donde estaba Alison Moyet, la antigua compañera de Clarke. Pero lo que tiempo ha demostrado es que, precisamente, eso es lo que hizo de Erasure una propuesta diferente e interesante. Su rollo más pop y menos oscuro, resultó ser un soplo de aire fresco. Además del buen hacer, claro, de Vince Clarke, todo un experto en crear melodías sintéticas. Y en ese debut ya había unas cuantas maravillas, como “Reunión”, “Heavenly Action”, o esa “Oh L’Amour” que, a la postre, se ha convertido en uno de los mayores éxitos de su carrera.
Con ‘Circus’ las cosas ya empiezan a coger carrerilla y se planta en el número seis de las listas británicas. Pero esto no fue fruto de la casualidad. Previamente, habían hecho una gira bastante extensa con la que lograron cierta repercusión. En parte, también, por el comentado vestuario de Andy Bell -para que luego digan que antes había más libertad y que la gente vivía su sexualidad sin consecuencias-. Pero, lo cierto es que fueron los singles previos a la salida del disco los que hicieron más ruido. “Sometimes” fue número dos en UK unos meses antes, y en países como España o Sudáfrica se plantó en lo más alto de las listas. “Victim of Love” tuvo menos suerte, pero sí fue top 10 en media Europa. Y “It Doesn’t Have to Be”, con su rollo africano, confirmó que estábamos ante un grupo que iba a dar mucho que hablar.
‘The Innocents’ marca el inicio de la etapa dorada de Erasure. Fue el primero de los cinco números uno consecutivos en los charts británicos. Además, con él, entraron en el mercado norteamericano, donde llegaron a colocar un millón de discos. Y todo esto, con Andy Bell recién salido del armario. Algo que no era muy habitual en las estrellas del pop de aquella época. De hecho, ellos mismos comentan que es más melancólico porque lo hicieron cuando la cláusula 28 (legislación represiva hacia la comunidad gay) estaba todavía siendo discutida en el Parlamento y los diarios estaban llenos de detalles fascistas sobre el asunto. Pero vamos a su música, porque este disco es una joya llena de canciones redondas. Empezando por “A Little Respect”, su mayor éxito hasta la fecha, y uno de esos temas imprescindibles en cualquier recopilación de los ochenta que se precie. Pero también por la enérgica “Chains of Love” y por esa preciosa balada llamada “Ship of Fools”. Además de la popera “Heart of Stone”.
Aprovechando el éxito de ‘The Innocents’, en noviembre de 1988 publican ‘Crackers International’, un EP navideño con un tema principal que tiene cero relación con la Navidad -bueno, esas campanas que aparecen por ahí sí tiran hacia ese rollo-. “Stop!” es un trallazo de synth-pop con un ritmo machacón un teclado marca de la casa. De hecho, llevó el EP al número dos en UK, y al número en Argentina, un país en el que siempre han contado con bastante éxito. Algo que se corroboró con ‘Wild!’, su siguiente trabajo. Todo un éxito en el país sudamericano, y en toda Europa, que contenía “Blue Savannah”, la que, para mi gusto, es su mejor canción. Y es que, estamos ante un disco un tanto más serio. Solo hay que escuchar un temazo como “Drama!”, que habla de la tolerancia y el respeto. Por cierto, ese “Guilty!” que se escucha de fondo es obra de los hermanos Reid, sí los de The Jesus and Mary Chain. Y si nos vamos a “Star”, vemos que están menos efusivos que de costumbre.
Tras ‘Wild!’ se toman un relativo descanso de un año. Y digo relativo porque en ese tiempo hicieron una versión de Cole Porter para el recopilatorio ‘Red Hot + Blue’, el cual recaudaba fondos para la lucha contra el SIDA. Una causa que la banda siempre ha apoyado. Además, metieron una canción en la banda sonora de Dick Tracy. Y poco tiempo después se metieron en el estudio para grabar ‘Chorus’, el que sería su primer disco de los noventa. Un trabajo en el que Vince Clarke vuelve a los sintetizadores analógicos que utilizaba con Yazoo. Solo que ahora tiene más experiencia con ellos y crea cosas bastante más complicadas. Aunque realmente comerciales, porque este trabajo fue todo un éxito. En parte, gracias al tema titular y a la coqueta “Breath of Life”, pero, sobre todo, a “Love To Hate You”. Una barbaridad de tema en el que fusilan la melodía del “I Will Survive” que acabó convirtiéndose en uno de los mayores éxitos de su carrera.
Erasure siempre han estado lejos de tomarse demasiado en serio. Como ya comentaba más arriba, parte de la gracia de su propuesta es ese punto petardo que explotan sin ningún tipo de pudor. Y para esto, nada como reivindicar a ABBA en pleno 1992. Una época en la que, os recuerdo, la industria estaba plagada de bandas deprimentes y mal vestidas salidas del grunge. Pues llegan ellos y editan ‘Abba-Esque’, un EP con cinco versiones de la banda sueca que, como no podía ser de otra manera, acaba en el número en Reino Unido. Además, sin cortarse un pelo, editan “Take A Chance On Me” como primer single, y con un vídeo en el que aparecen caracterizados de Agnetha y Anni-Frid.
Al igual que lo fueron para otros grupos que venían de los ochenta, los noventa podían haber sido una época terrible para Erasure. Pero lo cierto es que aguantaron muy bien la primera mitad de la década. En parte, por sus múltiples nominaciones a los premios Brit, pero también por unas giras en las que llenaban estadios. Y, sobre todo, por ‘I Say I Say I Say’, un disco compuesto en Mallorca que se publica en mayo de 1994, tan solo un mes después de la muerte de Kurt Cobain, y con la música alternativa más arriba que nunca. Bueno, pues no solo se convierte en otro éxito en UK, también logran su primer top 20 en USA en seis años. Y lo hacen con “Always”, una balada en la que Bell se deja llevar por un falsete que, incluso, se podría decir que es hasta cursi. Pero hay que reconocer que es un temazo.
Tras el éxito de ‘I Say I Say I Say’, Erasure sorprenden con un álbum homónimo en el que tiran hacia un rollo más experimental en el que hay un instrumental de más de diez minutos, y un buen motón de canciones que sobrepasan los seis y siete. Además, es bastante más relajado e introspectivo, e incluso se podría decir que es su disco de madurez. Lo que no significa que sea un mal trabajo. Tiene unos cuantos temas notables, como “Rescue Me”, “Angel” y “Fingers and Thumbs (Cold Summer’s Day)”, que, si no fuera por su duración, podrían haber sido singles de éxito. Pero el disco fue un pequeño fracaso -no logró pasar del 14 en las listas británicas- y para su siguiente trabajo volvieron al pop de siempre. Aunque con un poco menos de gracia, porque ‘Cowboy’ ya sonaba demasiado a la música electrónica de los noventa, y es algo que no les sentaba muy bien. Con todo, consiguen dar con un hit como “Don’t Say Your Love Is Killing Me”, que se bailó una barbaridad en las discos gais.
A partir de aquí, la carrera de Erasure está llena de lanzamientos un tanto más irregulares en los que siempre hay dos o tres temas interesantes. Yo, personalmente, me quedo con esa bonita “I Could Fall in Love With You” que aparecía en ‘Light at the End of the World’, su disco de 2007. O con la curiosa “Love You to the Sky”, la cual presentaba ‘World Be Gone’, el álbum que publicaron en 2017. Y tengo que reconocer que ese ‘The Neon’ que editaron hace tres años, sí me parece un álbum notable. Eso sí, no les perdono que apenas hayan pisado los escenarios españoles. De hecho, que alguien me corrija si me equivoco, pero veo que tan solo vinieron de gira en 1987. Lo que me parece muy raro.
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