Tears For Fears – The Tipping Point

Tears For Fears solo han tardado 18 años en sacar un nuevo disco. Y casi tenemos que dar las gracias, porque nunca ha estado muy claro que fueran a grabar un nuevo trabajo en todo este tiempo. Es más, comenzaron a trabajar en este álbum allá por 2013, cuando la discográfica les convenció para que hicieran cosillas con grupos de ahora y que su sonido fuera más actual -de ahí salieron sus versiones de Animal Collective, Hot Chip y Arcade Fire-. Algo que no terminó de funcionar. Aunque sí rescataron “I Love You But I’m Lost”, la que fue su colaboración con Bastille, para el recopilatorio que editaron en 2017. Así que, tras descartar ese proyecto, en 2020 se volvieron a reunir y dieron forma a lo que hoy es su séptimo trabajo.
‘The Tipping Point’ nace de una mala racha para Roland Orzabal, uno de los dos miembros del grupo. Primero, en 2017, tuvo que lidiar con la muerte de su mujer, y un año después con un grave problema de salud. Lo que hizo que llamara a Curt Smith, el otro miembro de la banda, y retomaran el contacto -siempre han estado un poco como el perro y el gato-. Todo esto, como es normal, ha terminado influyendo en las letras del álbum, y muchas de ellas están dedicadas a la mujer de Orzabal. Pero no se quedan ahí, y también se dejan llevar por temas más actuales, como el patriarcado o lo jodido que está el mundo.
Uno nunca sabe por donde van a salir estos grupos que tuvieron su mayor momento de gloria en los ochenta. La tentación de recuperar el sonido que los hizo grandes siempre está ahí, pero también las ganas de hacer algo diferente. Lo bueno, y con lo que pueden jugar fácilmente Tears For Fears, es que ellos tocaron todos los palos posibles. Eran capaces de hacerte un hit de synth-pop, temas directos de new-wave, cosas algo más oscuras y cercanas al post-punk, o baladas un poco más mainstream. Y con esa variedad también juegan en este trabajo.
El disco lo abren con “No Small Thing”, una estupenda balada que recupera su sonido más rock, y que termina en una catarsis sonora de guitarras. Un sonido más clásico que también recuperan en “Rivers of Mercy” y “Please Be Happy”, donde el piano se convierte en protagonista. Pero lo cierto es que su sonido más sintético gana la partida. La gran mayoría de canciones cuentan con una capa de teclados, e incluso algunas, como “Break The Man” o “My Demons”, se acercan bastante al synth-pop de los ochenta. Pero no se quedan ahí, y consiguen dar con temas sobresalientes de puro pop, como “The Tipping Point” o “End Of Night”. Además de un par de deliciosas y sedosas baladas como “Long, Long, Long Time” y “Master Plan”.
Tears For Fears han vuelto con un gran trabajo, y no es lo que lo diga yo, solo hay que meterse en metacritic y ver que está entre lo mejor del año junto con bandas actuales tan aclamadas como Beach House o Big Thief.
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