The Essex Green – Hardly Electronic
The Essex Green fueron uno de los grupos más famosos del colectivo Elephant 6. Desde Brooklyn, Sasha Bell, Jeff Baron y Christopher Ziter, inundaron de psicodelia sesentera y pop, que de eso se trataba dentro de ese colectivo, el Nueva York post 11-S, dejándonos tres discos notables llenos de buenas melodías con sabor añejo. Ahora, doce años después, vuelven con un nuevo trabajo que nos ha pillado a todos de sorpresa. Eso sí, pocas cosas han cambiado, porque, en él, siguen llenando de color el pop estadounidense.
En doce años pasan muchas cosas en el mundo que sirven de inspiración para crear canciones. Y eso es lo que nos encontramos en “Hardly Electronic”, un repaso a la última década de cada uno de los miembros del grupo. Por cierto, que está reunión se fraguó durante un eclipse de luna en 2015, momento en el que el efecto del satélite es más poderoso en los Libra. Para que veáis que siguen en su mundo.
En su cuarto trabajo tenemos temas para todos los gustos, pero sí es cierto que, cuando más aciertan, es cuando se acercan al indie-pop. Es el caso de ‘Sloane Ranger’, todo un himno lleno de trompetas y órganos juguetones absolutamente irresistible. Al igual que la menos efusiva ‘The 710’ y la más agresiva ‘Don’t Leave It In Our Hands’, las dos canciones que vienen a continuación. Por desgracia, no vuelven a este sonido hasta casi el final, que es cuando aparecen ‘Smith & 9th’ y ‘Another Story’. Aunque sí es cierto que hay muchas más cosas interesantes entre medias.
Para los que gustan de sonidos más clásicos y más sixties, nos dejan temas como ‘In The Key Of Me’ o ‘Modern Rain’, que es de lo más Beatle. Con ellas obtienen buenos resultados, pero son mejores los de ‘Catatonic’ y ‘January Says’, que cuentan con un sonido más actual y más envolvente. Eso sí, donde se han pasado de frenada es en ‘Bye Bye Crow’, que les ha quedado demasiado “autóctona”. Por decirle de alguna manera.
Se les ha ido un poco la mano con la duración (14 canciones son demasiadas), pero sí es cierto que son bastantes los momentos del disco en los que están muy inspirados. Así que sí, merece la pena su vuelta.
7,7
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