bdrmm – I Don’t Know

Con su estupendo álbum de debut, los británicos bdrmm se metieron de lleno entre lo mejor de la escena shoegaze actual. Una escena que, como todos sabréis, está de lo más saturada. Así que lo suyo tiene más merito todavía. Y esto en parte creo que se debe a que no tenían ningún problema en salir de su zona de confort de vez en cuando y meterse en camino más ensoñadores y pop. Algo que se acentúa en su segundo trabajo, que los saca directamente de la etiqueta shoegaze para llevarlos a un mundo más amplio. Y hay que decir que es todo un acierto.

I Don’t Know’ empieza dejando las cosas bien claras. “Alps” es un tema en el que los de Hull se meten de lleno en mundos puramente electrónicos. Una pasada coronada por una caja de ritmos y unos sonidos de lo más sintéticos, que estalla en su parte final, cuando entra una arrítmica batería y unas guitarras de lo más ensoñadoras. No es el único corte en el que se dejan llevar por la electrónica. Si nos vamos a “Advertisement One”, nos encontramos con una canción de post-rock sintético que los emparenta con los últimos Mogwai. Algo que no creo que sea casual, porque graban para el sello del grupo escoces. Y si nos vamos “Hidden Cinema”, podemos comprobar que también saben llevar esta faceta más electrónica a mundos más pop. Además, con resultados excelentes.

Resulta curioso, pero en este nuevo trabajo de bdrmm veo una notable influencia de Radiohead. Sobre todo, en un par de temas. El primero es “Be Careful”, donde suenan más limpios que nunca y se dejan llevar una sección rítmica que es hasta cálida. Además, aquí, la voz de su cantante incluso tiene un aire a la de Thom Yorke. Algo que se aprecia un poco más en “It’s Just a Bit Of Blood”. Aunque eso sí, solo en su primera parte, porque luego sacan la garra y ensucian sus guitarras. De hecho, su estribillo, sí que se mete de lleno en el shoegaze.

Ese shoegaze que protagonizaba su álbum de debut también tiene algo de presencia por aquí. Pero sí es cierto que lo atacan de otra forma. En aquel trabajo, la influencia de My Bloody Valentine era más que notable, y aquí apenas se aprecia. De hecho, diría que tan solo aparece en las guitarras de “Pulling Stitches”. Porque, luego, tenemos un tema como “We Fall Apart”, donde mezclan ese sonido con una faceta más kraut. Y si nos vamos a “A Final Movement”, nos encontramos con ocho envolventes minutos de pop etéreo y ensoñador. Y es que, como decía al principio: lo suyo va más allá de un solo estilo.

7,9

Martin Frawley – The Wannabe

No cabe duda de que Twerps fueron una de las bandas que revitalizaron ese indie-rock australiano que bebía de bandas como The Clean o The Bats. Y, como suele pasar con los grupos pioneros en algo, no tuvieron el éxito que se merecían. Aunque ojo, tampoco les fue mal. De hecho, creo que, si no se hubieran separado, ahora serian una de las bandas emblema de este sonido. Pero es lo que tienen los grupos que están formados por parejas, que cuando estas se rompen, es bastante habitual que también lo haga la banda. Y que sus miembros emprendan carreras en solitario, como ha hecho Martin Frawley, que acaba de publicar su segundo trabajo.

Tengo que reconocer que no recordaba que Martin Frawley había sacado un álbum de debut en 2019. Pero claro, he visto la entrada que puse en su día, y ya sé el porqué de esto. Y básicamente es porque no me gustó mucho. En aquel álbum, nos encontramos con un Frawley triste que todavía acusaba la disolución de su banda y de su relación de pareja. Algo que se notaba bastante en sus canciones, que eran muy reposadas, e incluso un poco aburridas. Pero eso ha cambiado en este ‘The Wannabe’. El artista australiano vuelve a estar enamorado, ha tenido un hijo, y ha encontrado las ganas de seguir con su carrera musical. Y ya os digo que la diferencia con su primer álbum es abismal.

Para crear estas canciones, Frawley se ha rodeado de lo mejor de la escena rock de Melbourne. Así que, por aquí, tenemos a Dan Luscombe (The Drones), Steph Hughes (Boomgates, Dick Diver), Nik Imfeld (Tyrannaman) y Dan Kelly. Y hay que decir que se nota. Sobre todo, en los temas más movidos. Solo hay que escuchar ese himno pop llamado “This Is Gonna Change Your Mind”, con el que abre el disco de la mejor forma posible. O esa especie de swing-rock que protagoniza “My Hearts Beats”, que no deja de ser una bonita canción de amor. Incluso se atreve con un pop-rock de lo más bailongo en “Heart In Hand”. Y hay que decir que es todo un acierto, porque es una autentica maravilla de canción. Además, ese teclado que tiene me vuelve loco.

Martin Frawley ha recuperado su amor por ese sonido australiano que protagonizaba los discos de Twerps. Y yo encantando, porque, como ya he dicho antes, se les daba muy bien. Así, nos encontramos con una “The Wannabe” en la que levanta un poco el pie del acelerador, pero en la que no se olvida de sus guitarras limpias y muy melódicas. O con esa “Assumptions” un poco más oscura, pero también muy pop. Además, no se ha olvidado esa la influencia de Lou Reed que protagonizaba su debut. Pero sí es cierto que la ha mejorado y con ella hace una bonita canción como “Lola”, que parece que está dedicada a su mujer. Pero también se va hacia “el lado salvaje de la vida” y nos deja una “5th Of The 5th” en la que entrega de lleno al rock sucio y crudo. Además de esa etérea y bonita “Given Everything” final, que casi parece una mezcla en Reed y Dylan.

7,9

Novedades musicales: junio 2023

Ya llevamos medio año y las recopilaciones mensuales siguen siendo de lo más abultadas -hacer la lista con mis favoritas de esta temporada va a ser un parto-. Este mes, en el que ya empieza el verano y, supuestamente, la cosa tiene que parar un poco, me he topado con 65 canciones. Artistas como Slowdive, Blonde Redhead, PJ Harvey, The Smile, Woods, o Peter Gabriel, que cuentan con nuevos temas. Algunos son adelantos de próximos trabajos, y otros no, pero, en cualquier caso, son estupendos. Como también lo son algunas canciones de artistas más desconocidos que ni siquiera han pasado por el blog. Es el caso de Who Is She?, Diners, Life Strike, o los nacionales Pálida Tez y Dharmacide. Por cierto, estos últimos producidos por Mark Gardener de Ride. Incluso tenemos hasta un tema inédito de Sparklehorse.

1. Heaven Is Your Company / Death Bells

2. Escapades / Attic Ocean

3. All I Wanna Do / Blush

4. Lovers / Dharmacide

5. Arquitecta de mi propia tristeza / Pálida Tez

6. Keep The Faith / The Churchhill Garden

7. Awake / Echo Ladies

8. dead / Occult X

9. Horsegait / ultrasaturated

10. kisses / Slowdive

11. All I Want / Swiss Portrait

12. La Persiana / Apartamentos Acapulco

13. Caesar / The Popguns

14. Matadora / El Último Vecino

15. MoviePass / Who Is She?

16. Build a Bridge / Deeper

17. Dream Some More / The High Water Marks

18. Part Time / Oceanator

19. 1952 / Mull Historical Society

20. The Power / Diners

21. Downwinders / Life Strike

22. Worship The Whip / Be Your Own Pet

23. My Big Day / Bombay Bicycle Club

24. Oversized Sweater / Shamir

25. Odyssey / Beck and Phoenix

26. True Religion / Couch Prints

27. Wet / Claud

28. Stop Staring At You / Annie Hart

29. Better Together / Eaves Wilder

30. Snowman / Blonde Redhead

31. Life’s A Joke / Islands

32. Dying in May / The Clientele

33. I Inside the Old I Dying / PJ Harvey

34. Quiet Eyes / Sharon Van Etten

35. Sliver of Ice / ANOHNI and the Johnsons

36. Spitting Off the Edge of the World (Lush Version) / Yeah Yeah Yeahs feat. Perfume Genius

37. Bending Hectic / The Smile

38. Evening Star Supercharger / Sparklehorse

39. Kaitlin / NoSo

40. Lucifer’s Glory / The Natvral

41. Every Day’s A Lesson In Humility / Suki Waterhouse and Belle and Sebastian

42. Highway / Lewis OfMan feat. Empress Of

43. Between The Past / Woods

44. Waiting / Sonny & The Sunsets

45. Circle Circle / Strawberry Runners

46. Road to Joy (Dark-Side Mix) / Peter Gabriel

47. 67 Overdrive / The Silencers

48. I Thought I Understood / The Underground Youth

49. Vanity / Drab Majesty feat. Rachel Goswell

50. No llores, Dr G / Alcalá Norte

51. Dormido / Haunt Me

52. Prah / The Violent Youth

53. Accelerated / Fotocrime

54. Afectuosamente suyo / Alexanderplatz

55. Charming City Life /  Hoorsees

56. Easy Out / THALA

57. Fader / Róisín Murphy

58. More Than a Feeling / Samantha Urbani

59. Heart Attack / Locate S,1

60. Midnight / Cindy Wilson

61. Te Faire Danser / Camp Claude

62. People Pleasing / Atzur

63. Luna / Roosevelt

64. Fiesta de disfraces / Joe Crepúsculo

65. (It Goes Like) Nanana / Peggy Gou

Lloyd Cole – On Pain

Creo que no me equivoco si digo que soy una persona bastante informada musicalmente. Porque, como muchos sabréis, no sólo escribo aquí, también lo hago a diario en una web de actualidad musical. Y os puedo asegurar que a mi bandeja de correo me llegan decenas de notas de prensa diarias. Además, investigo bastante y miro en otras webs. Pero ni a mi bandeja ha llegado la nota de prensa del nuevo álbum de Lloyd Cole, ni he visto la noticia en otros sitios. Algo que me ha parecido bastante extraño, porque su anterior trabajo tuvo bastante repercusión. Pero bueno, el caso es que la pasada semana me llevé una grata sorpresa al encontrarme con este trabajo.

Dice Lloyd Cole que se sigue emocionando al encontrar nuevos sonidos y perspectivas con las que hacer sus discos. Además, también comenta que le da igual que tengan éxito o no, que lleva treinta años instalado ahí y que ha seguido sobreviviendo. Así que, al igual que su anterior trabajo, ‘On Pain’ es otra colección de canciones en las que el artista británico se deja llevar por un lado más electrónico. Y lo vuelve hacer con la ayuda Neil Clark y Blair Cowan, los dos ex-‘commotions’ que ya participaron en ‘Guesswork’. Además, por ahí aparecen los coros de Joan Wasser, que no es otra de Joan As Police Woman.

Buena parte del disco se entrega sin complejos a un synth-pop algo minimalista. No obstante, salvo esas colaboraciones puntuales, prácticamente lo ha grabado él solo en su estudio de Massachussets. Pero sí que hay un par de temas que tienen en los que aparece un lado más rock. El primero es “Warm by the Fire”, el que es el single principal del álbum, y una de esas canciones que el propio Cole podría haber sacado en los ochenta. Además, una de las buenas, porque es de pegada instantánea. Y luego tenemos “You Are Here Now”, un tema muy oscuro que empieza de la forma más sencilla y minimalista, y termina con unos buenos guitarrazos y una potente batería.

A pesar del tono reposado, y algo etéreo, que tiene prácticamente todo el álbum, Lloyd Cole consigue que funcione bastante bien. Y lo hace desde el principio con el acogedor tema que da título al disco. O con esa maravilla llamada “The Idiot”, en la que su synth-pop se vuelve más melódico y da con lo que podríamos llamar un hit. Además, como no podía ser de otra manera, no pierde la elegancia que siempre ha caracterizado su carrera. Algo que se aprecia fácilmente en la estupenda “More of What You Are”, o en esa “Wolves” final que casi lo acerca a los Roxy Music de los ochenta. Y ojo, porque se atreve a experimentar un poco y pasar su voz por el autotune en “I Can Hear Everything”. Además, lo hace de una manera nada sutil, pero sí es cierto que le pega al sonido sintético de la canción.

7,8

Triángulo de Amor Bizarro – SED

Me he quedado un poco sorprendido con el nuevo disco de Triángulo de Amor Bizarro, y no por el sonido, que también resulta sorprendente en algunos momentos, sino por su temática. La banda gallega ha hecho algo que se acerca bastante a un disco conceptual. Y ahí viene la sorpresa, porque ese concepto no es otro que la fama. Los de Boiro reflexionan sobre esto desde la perspectiva de un grupo que tiene éxito, pero que no es ultra famoso. Y hay que decir que es una visión que resulta bastante atractiva. Sobre todo, porque no tienen ningún problema en decir las cosas tal y como las piensan, lo que los lleva a soltar alguna de esas frases lapidarias marca de la casa – utilizar la palabra “plástico” como un insulto me parece una genialidad-. Además de tirar de unas referencias cinematográficas bien chulas.

SED’ es un disco que vuelve a estar producido por la propia banda y por Carlos Hernández. Además, lo han grabado en su propio estudio sin ningún tipo de presión. Y quizá, por eso, es su trabajo más variado hasta la fecha. Por aquí hay pop electrónico, shoegaze, rock de lo más contundente, y hasta una especie de balada que se va a la música de los cincuenta. Lo bueno es que, al tratar un mismo tema, todos estos estilos casan sin problema y el disco funciona a la perfección.

Poco a poco, Triángulo de Amor Bizarro han ido haciendo honor a su nombre y metiendo algunos sonidos que tiran bastante de New Order, pero lo de “Estrella Solitaria” es otra cosa. La canción que abre el álbum casi es un homenaje a la banda de Manchester. Además, a una época muy concreta: la del ‘Technique’. Esas cajas de ritmos remiten a ese álbum grabado al amparo de la fiesta de Ibiza. Pero lo bueno es que sus teclados, guitarras, y letra, están llenos de pura melancolía. De hecho, su historia tira bastante del ‘Crepúsculo de los Dioses’. Y hay que decir que la canción es una pasada. Pero ojo, que el pop no es el camino que siguen en el resto del álbum, este tema casi es una anécdota.

Ya en su anterior trabajo, Triángulo de Amor Bizarro nos mostraron un sonido más duro de lo habitual, y aquí se regodean bastante en él. La aspereza que aparece en “Comprate un Yate” los lleva a un camino que no habían pisado antes. Además, le viene muy bien a esa letra en la que nos hablan de venderse al diablo, que en este caso es la industria musical. O esa fuerza que tiene “Huele a Colonia Chispas”, la cual podría ser una referencia al “Smells Like Teen Spirit” (Teen Spirit era una marca de desodorante), y a esos artistas que no pueden con la fama. Además de esa barbaridad llamada “Estrella Antivida”, que es toda una apisonadora sonora, y de “Cripto Hermanos”, donde se acercan a los Primal Scream más contundentes.

A pesar de que me gustan estos Triángulo de Amor Bizarro más contundentes, sigo disfrutando más de su lado más pop y melódico. Algo de lo que, afortunadamente, nos dejan unas cuantas muestras por aquí. Ahí tenemos “La Espectadora”, toda una delicia en la que se van a un shoegaze de lo más ensoñador. Eso sí, sin olvidarse de una base rítmica potente. O esa balada casi retro llamada “Canción de Muerte del Pez Dorado”, que cuenta con un sonido envolvente que les sienta de maravilla. Pero el gran momento del disco llega con “La Carretera”. Aquí vuelven al shoegaze en una canción que va subiendo de intensidad hasta que termina en un mar de guitarras y teclados de lo más melódicos. Y es una autentica pasada. Aunque eso sí, prefieren acabar el disco con “La Condena”, donde se relajan un poco más y se meten en sonidos más dream-pop.

8

Pet Shop Boys – SMASH: The Singles 1985-2020

No soy de poner recopilaciones de grupos en el blog. Y menos de una banda tan conocida como son los Pet Shop Boys. Pero hay veces que no puedo resistirme. Llevo años intentando repasar la carrera del dúo formado por Neil Tennant y Chris Lowe, pero al final nunca me cuadraba. Es más, traté de hacer una entrada dentro de la sección “25 canciones”, pero al recopilar sus temas, fui incapaz de recortar tanto. Así que ahora, que acaban de sacar la compilación más completa de su carrera -con el permiso del estupendo ‘PopArt’-, y que hace apenas dos semanas que los vi en directo, me lanzo a la piscina.

Es imposible que no me gusten los Pet Shop Boys, ya que buena parte de mi infancia estuvo marcada por sus canciones. De hecho, el único regalo que conservo de mi comunión es el maxi-single del “West End Girls”, el cual cayó por parte de una amiga de mi hermana. Si a eso le unimos que son una referencia musical y cultural para los maricas de mundo, entre los que me incluyo, pues ya tenemos el combo perfecto. Pero lo cierto es que son uno de los mejores grupos de pop de la historia. Y eso es innegable. Sólo hay que escuchar este ‘Smash -The Singles 1985-2000’, donde, evidentemente, recopilan todas las canciones que han editado como single a lo largo de su carrera. Y es brutal la cantidad de temazos que contiene.

Smash -The Singles 1985-2000’ está dividido en tres discos y nos presenta los singles de Pet Shop Boys de forma cronológica. Algo que podría resultar perjudicial para cualquier banda, pero no para ellos. Porque sí, se supone que la época dorada del dúo británico termina en 1993, con el estupendo ‘Very’, pero hay mucho buen tema más allá. Evidentemente, competir con gemas de pop electrónico como son “Opportunities (Let’s Make Lots o Money)”, “Suburbia”, “It’s a Sin”, o su versión de “Always on My Mind”, es prácticamente imposible. Al igual que puede que no encontremos canciones tan bonitas como “Rent” y “Being Boring” en su última época. O que en los últimos años no se hayan adelantado al sonido del futuro, como sí hicieron llevando el house al pop en “Left To My Own Devices” y “It’s Alright”. Pero insisto, hay cosas muy buenas fuera de estos años.

Puede parecer que en la segunda mitad de los noventa estuvieron dando palos de ciego por diferentes estilos, pero al final les salieron unos singles de lo más apañados. Fueron los años en los que les entró la calidez repentina y nos dejaron “Single-Bilingual” y “Se a vida è”, que la verdad es que tampoco resultó muy extraño que tiraran hacia mundos latinos, ya lo hicieron muy bien en los ochenta con “Domino Dancing”. Pero también fue la época en la que mezclaron el Hi-NRG con el musical en esa locura de versión del “Somewhere”. Y de ahí volvieron a la elegancia house, la cual iba a protagonizar sus primeros dosmil. Y lo hicieron con una pasada de canción como es “I Don’t Know What You Want but I Can’t Give It Any More”, y con un hit tan grande como es “New York City Boy”.

El cambio de siglo les pilló en plena crisis de madurez, y esta época está marcada por un sonido menos dance y más reposado. De hecho, se podría decir que buscaron su segundo ‘Behaviour’. No lo consiguieron, pero por el camino nos dejaron una joya como “You Only Tell Me You Love Me When You’re Drunk”, que a mí me parece una de las mejores canciones de su carrera. Además de su mejor título. O esa preciosa “Home and Dry”, la cual funcionaba por su sencillez. Y ojo con esa “Flamboyant” que sirvió de acompañamiento al ‘PopArt’. Lo bueno es que esa crisis de madurez les duró poco, y en su última etapa tenemos estupendos hits de pop, como “Love etc.” y “The Pop Kids”; una “Vocal” que se iba al tecnazo, y hasta una especie de reggaetón llamado «Twenty-Something”. Aunque mi favorita de esta época es “Love Is a Bourgeois Construct”, donde se adueñan de una melodía de Michael Nyman para construir una maravilla de pop electrónico.

9,2

VULPIX – Innocent Pleasures, Repeated Measures

Un VULPIX no sólo es un tipo de Pokemon, también es el proyecto musical de Jordan Barrow, un productor australiano que cumple todas las reglas de eso que llamamos bedroom-pop. Es decir, que lo hace todo solito y con pocos medios desde su casa. Además, cuenta con las influencias que suelen tener estos proyectos, y en su perfil de Spotify se puede ver una lista que le ha servido de inspiración en la que hay nombres como The Radio Dept., Beach Fossils, o Flyying Colours. Con lo que no cumple es con la productividad asociada a este tipo de artistas, porque editó un single en 2014, un EP en 2016, y hasta ahora no ha publicado su álbum de debut. Aunque sí veo que en los últimos años ha estado involucrado en otras bandas.

Dicen que lo bueno se hace esperar, y tal vez sea cierto, porque el álbum de debut de VULPIX es un pequeño caramelo para todos aquellos que disfrutan de ese dream-pop con tintes de shoegaze al que tantas bandas recurren. Un estilo un tanto saturado en el que es difícil destacar, pero este ‘Innocent Pleasures, Repeated Measures’ lo hace con una facilidad pasmosa. Porque no sólo se trata de conseguir un buen sonido que te transporte a mundos ensoñadores y etéreos, también hay que saber dar con una melodía que se te quede en la cabeza. Y ahí es donde Barrow no falla. Además, a lo largo del disco nos va dejando algún gancho que otro.

Una de las cosas que más me gusta de este debut de VULPIX es que también tiene un lado mucho más pop que te saca de su mundo ensoñador. Algo que se aprecia nada más empezar con “Red Moon”, uno de los estupendos singles del disco. Aquí se deja llevar por un sonido mucho más animado y melódico que lo emparentan directamente con el mundo de Sarah Records o con una banda como The Pains of Being Pure at Heart. Una influencia que todavía resulta más evidente en la maravillosa, y muy luminosa, “Weekend Off”. Incluso en “Lo-Life”, donde las cajas de ritmos entran en juego y se fusionan con un juego de guitarras alucinante. Además, es capaz de volverse aún más pop, y dejar que una voz femenina lleve las riendas en la preciosa “I Am Just A Shell”.

En esa lista de influencias que ha puesto en Spotify, aparecen The Radio Dept. unas cuantas veces. Y no creo que sea una casualidad, porque la sombra del grupo sueco es alargada en algunas canciones del álbum. Ahí tenemos “Organ Chords//Bad Dreams”, que recoge estupendamente su faceta más dream-pop. O esa “Dream Sketch #3 (January 2nd)”, donde entra en juego una melancolía arropada por unas guitarras acústicas y un sonido algo más lo-fi. Incluso en “Losing Sleep”, que es algo más juguetona, se puede ver una influencia de los de Lund. Pero también sabe cuándo salir de ahí y dejarse llevar por un dream-pop absolutamente precioso y entregar la enorme “Still Young”. O cerrar el álbum con “Feels Like Sunday”, donde se mete en terrenos más shoegaze. Y le sale de maravilla, como todo.

8,1

Flasher – In My Myth EP

En una entrada de hace unos meses, no sé cuál, prometí que iba a hacer más caso a los EPs que se iban editando a lo largo de 2023. Y, aunque no lo estoy cumpliendo mucho, sí que creo que están cayendo más que otros años. De hecho, ayer cayó uno, es probable que mañana caiga otro, y ahora os dejo este de Flasher que tenia en la nevera desde hace un tiempo. Pero es que no me da tiempo a todo.

In My Myth’ sigue exactamente donde Flasher lo dejaron el año pasado con su tercer trabajo. Es decir, que el dúo de Washington vuelve a sacar su vena más pop para fusionarla con unas guitarras que beben claramente del indie-rock – sus primeros trabajos casi eran un homenaje a Pavement y Pixies-. Y luego ya se van por las ramas con alguna caja de ritmos o con algún teclado que otro. Lo que hace que no estemos ante el clásico grupo de indie-rock que no se sale de la norma, y sí ante uno de lo más interesante. Además, el dúo formado por Owen Wuerker (producción) y Jorge Elbrecht (mezcla), les saca un sonido estupendo.

El EP se abre con “Eastern Ave”, toda una delicia pop en la que sólo se plantean pisar el pedal de distorsión en su parte final. Y bien que hacen, porque esta canción en la que reflejan al amor por su ciudad natal y por las personas que les importan, funciona de maravilla por su lado luminoso y preciosista. Una limpieza que también se puede escuchar en buena parte de “Hands On”, el tema que cierra el EP yéndose a un indie algo perezoso. Eso sí, entre medias, tenemos una pequeña locura como “Adriene”, que cuenta con unos guitarrazos de lo más potentes en su estribillo y base rítmica que casi parece salida de sonido Manchester. Además de “Motive”, un corte de puro shoegaze en el que no tienen ningún problema en mezclar sus guitarras con una caja de ritmos. Y el resultado es genial.

8

Certain Times – Desire

Sinceramente, no sé cómo he llegado a Certain Times. Este dúo formado por un matrimonio de Atlanta que ahora reside en Brooklyn es todo un misterio. Tan solo sabemos de ellos que militaban en una banda de noise-rock llamada Carnivores, los cuales sacaron tres álbumes a principio de la década pasada, colaboraron un poco con Bradford Cox de Deerhunter, y se disolvieron. Y ojo, porque uno de sus miembros acabó formando Omni, esa banda de post-punk que graba para Sub Pop. Es más, los mismos Certain Times se han encargado de producir sus discos. Lo que nos puede llevar a pensar que la música de este dúo se centra en las guitarras y el rock, pero no, porque lo suyo tiene poco que ver, ya que se van al synth-pop más ochentero sin ningún tipo de pudor.

Desire’ es su álbum de debut, y solo puedo decir de él que es una autentica delicia. Porque, aunque es evidente que se han fijado en los ochenta más sintéticos, se puede decir que lo han hecho de unas cuantas formas diferentes. Para empezar, creo se fijan en el lado más norteamericano del asunto. El cual es un tanto diferente al europeo. Sólo hay que escuchar “Half Life”, el tema que lo abre. En él se ponen juguetones y se dejan llevar por un kazoo que marca el ritmo. De hecho, este tema, y “Domino”, que llega un poco más tarde, me han recordado un poco a Tom Tom Club. Y si nos vamos a un tema como “Power” vemos que saben manejar muy bien ese pop sintético menos oscuro y algo más comercial.

Otro de los puntos fuertes de este debut es su lado más arty. Hay momentos en los que atacan su synth-pop sin irse hacia el camino más evidente. Ahí tenemos la movida “Today Tomorrow Always”, que cuenta con un piano que los acercan a un lado más teatral. Algo así como unos The Associates a la americana. Y si nos acercamos a la estupenda “Attraction”, nos encontramos con un tema podría pertenecer a unos The B-52’s pasados por el filtro sintético. De hecho, su inicio, me ha recordado bastante al de “Party of Bounds”. Quizá es un homenaje a uno de los grupos más importantes de su ciudad.

Sí es cierto que se les ha quedado algo del lado oscuro que tenía su antigua banda. Sólo que ahora está enfocado hacia el mundo de synth-pop. Lo que es todo un acierto, porque temas como “Lose Control” y “Naturally Nothing”, que se meten de lleno en este sonido, funcionan estupendamente. Pero, como ya he dicho, se enfrentan al pop sintético de muchas formas. Y la prueba la tenemos en una canción como “Do Right”, un medio tiempo que es puro pop y que no puede ser más ochentas. Además, la parte femenina del dúo se viene arriba y llena su interpretación vocal de sentimiento y melancolía. Y les sale de maravilla. De hecho, diría que es mi canción favorita del disco.

7,9

The Reds, Pinks and Purples – Unloveable Losers EP

No han pasado ni tres meses desde que cayó por aquí el último trabajo de The Reds, Pinks and Purples. El cual, como viene siendo habitual, es una maravilla. Pero ya tenemos por aquí un nuevo lanzamiento de Glenn Donaldson. Y ojo, porque, aunque puede parecer que no ha pasado mucho tiempo entre uno y otro, diría que este año está mucho más comedido de lo normal. Porque, de momento, solo llevamos un LP oficial y este EP que ahora edita él mismo. Aunque por el camino también han caído versiones de nuevos temas de Depeche Mode y Lana Del Rey.

Unloveable Losers’ forma parte de estos lanzamientos que Donaldson auto-edita y regala en su bandcamp. Porque, va tan sobrado de canciones, que se puede permitir el lujo de regalar unas cuantas y pasar de esos sellos que se rifan sus discos. Y no penséis que estamos ante un material menor de The Reds, Pinks and Purples, lo que nos encontramos aquí son cinco canciones -seis si acudís a su bandcamp-, que nada tienen que envidiar a las que formaban ese trabajo oficial que publicó en marzo. Es más, su rollo más casero que le da su punto.

Siempre que me enfrento a un nuevo lanzamiento de The Reds, Pinks and Purples me pregunto cuando caducará su fórmula. Y siempre llego a la misma conclusión: nunca. Lo que hace Donaldson con el pop es atemporal, y por muchas canciones que edite a lo largo del año, no consigue quemar su proyecto. Sólo hay que escuchar la melancolía con la que ataca el tema que titula y abre el EP. En el que, además, deja que sus guitarras se impregnen de una suciedad de lo más melódica. O esa épica a lo The Cure que hace de un corte como “Best Sides” algo de lo más emocionante. Además de la tremenda “Cleaner City”, donde se saca de la manga una base rítmica de lo más potente y un juego de guitarras que casi parecen de Dinosaur Jr.

Está claro que Donaldson no necesita que sus canciones vayan a toda velocidad para conseguir dar con una composición emocionante. Sólo hay que escuchar “Richard in the Age of the Corporation”, que tiene como protagonista a una guitarra acústica de lo más dulce. Eso sí, hasta que llega su estribillo y entra un chorro de distorsión. Una distorsión que apenas se deja ver en “The World Should be Ashamed”, toda una preciosidad en la que recurre a su arma infalible: la melancolía. Y, como siempre, me he quedado con ganas de más.

8