Paul McCartney – McCartney III

No me esperaba terminar el año con un disco de Paul McCartney, pero ya nada me sorprende de este 2020. Y eso que no soy para nada fan de su carrera en solitario -tampoco soy un entusiasta de los Beatles-, pero tengo que reconocer que este trabajo me está apañando musicalmente las navidades. Más que nada, porque estamos lejos del típico álbum de un señor de casi ochenta años que ya ha hecho casi de todo en su carrera. Aquí, McCartney, tiene ganas de adentrarse en caminos nuevos, y lo hace con bastante soltura, y sin querer hacerse el moderno. Y eso ya es un punto a su favor.
Al igual que el primer y el segundo ‘McCartney’, de los que han pasado nada más y nada menos que 50 y 40 años, ‘McCartney III’ está grabado al completo por Paul McCartney. Y, como muchos otros, lo ha hecho durante el confinamiento. De hecho, comenta que se divirtió mucho haciendo estas canciones. Además, su método de trabajo era muy básico: grababa la canción con el instrumento con la que estaba compuesto, y más tarde le iba añadiendo capas. Y esa diversión se aprecia en bastantes cortes a lo largo del álbum, ya que muchas de ellas destilan buen rollo.
Estamos ante un trabajo ecléctico y algo sorprendente por momentos. Ahí está ese pseudo instrumental que lo abre llamado “Long Tailed Winter Bird”, donde juega con la guitarra, y se adentra en tonos psicodélicos y festivos. O los estupendos ocho minutos de “Deep Deep Feeling”, en la que se pone oscuro y consigue resultados excelentes. De hecho, suena más fresco que muchas bandas actuales. Incluso también resulta sorprendente ese pop “buenrollista” que nos deja en la pegadiza “Find My Way”, y en la muy Beatle “Seize The Day”. Y ojo, porque también le funcionan los cortes más reposados y que se acercan más a su sonido clásico. “Pretty Boys” y “Deep Down” son notables, y “Women And Wives” con ese piano, y con ese poso melancólico, no puede resultar más bonita. Lo que sí que no me ha gustado es su lado más rock. Creo que temas como “Lavatory Lil” y “Slidin’’ son los que resultan menos interesantes y frescos. Aunque sí tengo que reconocer que la segunda suena de lo más potente.
Paul McCartney acierta de pleno con este trabajo, y parece que no soy el único que lo piensa, porque ha obtenido unas críticas bastante buenas, y se ha colocado en los primeros puestos de las listas de medio mundo. La última (buena) sorpresa de este 2020 de mierda.
7,8
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