Water From Your Eyes – Everyone’s Crushed
Water From Your Eyes es una de las pocas bandas que últimamente me han dejado con la boca abierta. Su concierto de hace unos meses abriendo para Interpol en Madrid me pareció algo alucinante. Y eso que fue una pequeña locura en la que tan solo llevaban una caja de ritmos que se fusionaba con unas guitarras que lanzaban distorsión a chorros. Además de la voz de Rachel Brown, claro. El caso es que su media hora de concierto, donde ya tocaron algunas canciones nuevas, me gustó bastante más que lo que hicieron Interpol después. Así que estaba esperando con ganas que sacaran su nuevo trabajo.
Aunque es la primera vez que cae por aquí un disco de Water From Eyes, el dúo de Brooklyn ya lleva unos cuantos trabajos y años de carrera. Además, Rachel Brown es la cabeza pensante de Thanks For Coming, a los que os presenté el año pasado. Pero lo cierto es que este ‘Everyone’s Crushed’ es su gran oportunidad para llegar a un público más masivo, ya que se lo edita Matador y, no sólo han estado abriendo para Interpol, también para Pavement o Spoon. Eso sí, siempre teniendo en cuenta las limitaciones comerciales que puede tener una banda que hace un rock arty algo experimental, como es su caso.
‘Everyone’s Crushed’ llega tras un trabajo como ‘Structure’, el cual fue escrito y grabado en una fumada de hierba constante. Pero, según ellos mismos, ahora se han domesticado y ya no son unos fumetas. Eso sí, siguen haciendo las cosas a su manera, porque se comenta que grabaron el disco con un portátil medio escacharrado y una interfaz que les costó 100$. Y así lo enviaron al sello. Pero no penséis que estamos ante un hueso duro de roer. Yo, que particularmente no soy muy de rollos experimentales, le he pillado el punto a la primera. Es más, creo que cuenta con algunos de los temas más interesantes de lo que llevamos de 2023.
Water From Your Eyes han sido muy listos con la secuencia de este disco. Meter “Barley” tras la intro que abre el álbum es todo un acierto, porque estamos ante un trallazo de rock sintético, y algo extraño, que se te mete en la cabeza a la primera. Quizá, también, por su letra tan simple. Una locura que también se deja ver en “True Life”, donde las guitarras entrecortadas se fusionan con una base rítmica que es una apisonadora. O de “Out There” y su estribillo lleno de guitarras cortantes y estridentes. Pero ojo, que no necesitan epatar con su distorsión para dar con un tema brillante. Es el caso de “14”, una delicada balada llena de cuerdas sintéticas, que es una delicia. Además, también saben domesticar su faceta más rock y entregar un tema como “Buy My Product”, que sigue la estructura de una canción “normal”.
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