Grimes – Miss Anthropocene
Resulta más que curioso que, el primer gran disco que se ha filtrado de 2020, sea el de Grimes. La canadiense es de una de las artistas que más apoya los avances tecnológicos, y desde que es pareja de Elon Musk, el mandamás de Tesla, se ha convertido en una especie de reina de la tecnología, y en una firme defensora de cosas como la inteligencia artificial. Algo que, últimamente, le ha causado algún problema con Zola Jesus. Y es que, en unas declaraciones que hizo la propia Grimes, afirmaba que el final del arte humano tiende a desaparecer, y que la música en directo será una de las grandes perjudicadas. Algo que no ha gustado nada a la artista norteamericana, que llamó a la de Vancouver “la voz del privilegio fascista de Silicon Valley”. Ahí es nada. Pero vamos, que lo curioso es que, a la primera que la tecnología le ha jugado una mala pasada, ha sido a ella.
“Miss Anthropocene” es un disco conceptual sobre la Diosa antropomorfa del cambio climático: Un demonio/belleza psicodélico residente en el espacio que disfruta del fin del mundo. Sí, sé lo que muchos estáis pensado, que menuda pereza todo este rollo de la inteligencia artificial en el que se ha metido Claire Boucher, pero hay que reconocer que le ha venido bien como inspiración para sus canciones. Porque su quinto trabajo vuelve a tener una buena cantidad de grandes temas. Además, yo la veo más pop y más relajada que nunca.
El álbum se abre con ‘So Heavy I Fell Through the Earth’ en su versión “art mix”, el radio edit se llama, muy acertadamente, “algorithm mix”. Es un corte tranquilo, en el que la Vancouver se deja llevar por sedosos ritmos electrónicos y, entre orgasmos vocales llenos de vocoder, se saca de la manga una buena melodía. Aunque es el último single, no es lo mejor que hay en el disco. Resulta mucho más sorprendente e interesante ‘Delete Forever’. Más que nada, porque se apoya en una guitarra acústica, e incluso, al final, se puede escuchar un banjo. Todo esto, aderezado con una pausada caja de ritmos, la cual, casi podría ser una batería, y una Grimes cantando como si de una cantante pop se tratara. Siguiendo en esta línea, nos encontramos con cortes igual de chulos, como es el caso de ‘You’ll miss me when I’m not around’, el single ‘Violence’, o la impresionante ‘IDORU’, donde se deja llevar por su lado más synth-pop durante más de siete minutos.
La Grimes más acelerada y potente también aparece en este trabajo. Especialmente en un tema como ‘4ÆM’, que empieza tranquilo, y en su estribillo se convierte en una tormenta de ritmos espídicos y guitarras eléctricas. Unas guitarras eléctricas que son las protagonistas de ‘My Name Is Dark’, en la que se mete de lleno en un mundo apocalíptico y oscuro. Y la verdad es que no se le da nada mal.
Cada vez tengo más claro que Grimes quiere convertirse en una artista pop más, pero, por alguna razón, necesita teñir sus canciones de extrañezas, o darles un concepto que nada tiene que ver con el pop mainstream que nos encontramos todos los días. El caso es que, al final, no dejan de ser buenas canciones. Da igual de qué color las pinte.
7,9
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