Bleach Lab – If You Only Feel It Once EP.

Me parece un tanto curiosa la elección que han tomado Bleach Lab a la hora de editar sus canciones. Este grupo de Londres, el cual se formó en 2018, está apostando por el EP y parece que, de momento, no tienen ninguna intención de sacar un álbum de debut. Y es una pena, porque, aunque es un formato que a mí me gusta bastante, creo que reduce el impacto comercial. Incluso en artistas ya consagrados. En parte, porque no suelen salir en formato físico, y en parte porque los medios no les suelen dar mucha cancha. Es más, es raro ver una reseña de un EP en las páginas webs más importantes de música. Así que creo que, si hubieran sacado un LP, estarían más en boca de todos. Porque tengo que decir que aquí hay mucho talento.

Si echamos un vistazo a su biografía, podemos ver que tienen a Mazzy Star y The Smiths como dos de sus máximas influencias. Pero no se quedan ahí, porque dentro de ese carro podríamos meter a buena parte de los grandes del dream-pop. Y más en este ‘If You Only Feel It Once’, donde ellos mismos reconocen que han buscado un sonido más pop. Y eso es algo que se nota bastante en “I Could Be Your Safe Place” y “Take It Slow”, los dos estupendos temas que abren el EP. Aquí muestran su lado más efusivo, el cual, además, llenan de guitarras cristalinas y teclados que brillan. Un guion que también siguen en la notable “Obviously”. Aunque sí es cierto que en este tema bajan un poco el ritmo.

Los otros dos temas del EP sí que se mueven un poco más en terrenos ensoñadores. Sobre todo, “Pale Shade of Blue”, que es uno de esos baladones de dream-pop de lo más nostálgicos. No obstante, reconocen que han buscado la nostalgia y el sentimiento hogareño. Y hay que decir que lo han conseguido. Pero es en el tema titular donde se puede ver mejor esa intención. Estamos ante una canción de más de seis minutos en la que van subiendo poco a poco de intensidad hasta llegar a un clima de lo más ensoñador, y en el que la voz de Jenna Kyle suena más acogedora que nunca. Una pequeña joya que no tiene nada que envidiar a lo que hacen los grandes del género.

8,2

Dear Nora – Human Futures

La carrera de Dear Nora es una tanto curiosa. El grupo liderado por Katy Davison empezó su andadura allá por el 2000, cuando, junto con otros grupos, como Mates of State o Casiotone for the Painfully Alone, crearon una pequeña escena de pop lo-fi. Aunque también es cierto que la música de Davison tiraba más hacia el folk. Pero luego, unos años después, desaparecieron del mapa, y no fue hasta 2017 cuando volvimos a saber de ellos. Fue en ese año cuando reeditaron su segundo trabajo. Algo propiciado, en parte, porque se habían convertido en una banda de culto para muchos de los nuevos artistas folk. Lo que también los llevó a publicar su primer trabajo en una década en 2018, y a darle la continuación de la que hablo hoy.

Human Futures’ es un trabajo absolutamente minimalista en el que hay un poco más de electrónica, y en el que las canciones se mueven en mundos de lo más reposados. Pero también es un disco de lo más bello. Y en eso tiene la culpa Davison y su talento para construir canciones que hablan de cosas cotidianas y que, a pesar de no ser muy directas, son bastante pegadizas. Además, ha hecho muy bien no alargando sus temas demasiado, los cuales, en la mayoría de los casos, duran poco más de dos minutos, y van directos al grano.

El último trabajo de Dear Nora empieza de la forma más juguetona posible. “Scrolls of Doom” es una canción en la que experimentan con su lado más electrónico y se sacan de la manga un tema de lo más curioso. Pero en seguida cambian de rumbo y aparece ese lado más delicado y preciosista que, tengo que decir, que es el que más me gusta. Y es que, un tema como “Sedona”, con su delicada guitarra minimalista, y esas notas de teclado que entran en su estribillo, me ha conquistado del todo. O una canción tan bella como “Shadows”, en la que no necesita mucho para dar con la tecla que emociona. Además de esa “Flag (Into the Fray)” compuesta a pachas con Frankie Cosmos, en la que se pueden apreciar las razones por las que se han convertido en una referencia entre los nuevos artistas folk.

No todo en este álbum entra dentro de su mundo más minimalista. También hay canciones en las que se dejan llevar por otros sonidos. Como esa “Flowers Fading” en la que le dan protagonismo a un curioso sonido de sintetizador. O esa delicada “Fruitful Streams”, donde se acercan bastante al soft-pop. Además de “Airbnb Cowboy”, en la se ponen un poco más rabiosos y acelerados para denunciar el mundo de los alquileres turísticos. Aunque sí es cierto que al final se saltan todas las normas que se han puesto en el resto del álbum, y entregan una “Five Months on the Go” que casi se va a los seis minutos. Pero no pasa nada, porque hay que reconocer que les funciona bastante bien.

7,6

Los Punsetes – AFDTRQHOT 

Los Punsetes están más enfadados que nunca. Algo que, si escuchamos su discografía, parece imposible. La banda madrileña se ha especializado en crear pequeños hits llenos de letras mordaces e irónicas. Y a veces ni siquiera se molestan en tirar de esa ironía y van directos al grano. Pero nunca han sido tan contundentes en su odio como en este séptimo trabajo. Y es que, prácticamente, todas las canciones de este álbum están dedicadas a gente que odian o que les cae mal. Incluso se permiten el lujo de “dedicar” un pequeño himno a esa mitad de España que “les sobra”.

Hay que decir que Los Punsetes jugaron al despiste con el primer single que editaron de este ‘AFDTRQHOT’. Esa “Ocultismo” que presentaron hace unos meses hacia presagiar un cambio de sonido en la banda. Y la verdad es que resultó de lo más interesante ver a la banda madrileña meterse de lleno en otros sonidos. Porque, además de su habitual indie-rock, en su más de nueve minutos, nos encontrábamos psicodelia, efectos de voz, cambios de ritmo, o guitarras acústicas que se fusionan con las eléctricas. Y todo esto aderezado con una letra en la que meten cera al capitalismo o la iglesia, y en la que hay frases lapidarias como «no hay liquido más espeso que el odio que te proceso». Pero lo cierto es que es la rara avis del disco, porque en el resto siguen siendo Los Punsetes de toda la vida.

El primer tortazo del disco llega nada más empezar. “España corazones” es todo un anti-himno en el que se meten en un buen fregado criticando a esa España de banderitas y en el que nos dejan perlas como «España, España, España, país, bandera, España, con más tontos que listos, con más fuerza que maña». Pero, a pesar de esa mala leche que destilan, estamos ante una canción muy pop y absolutamente pegadiza. Y ojo con su parte final, donde se sacan de la manga un segundo estribillo brutal. Y así siguen en el resto del álbum. Sacando la garra más noise para desear la muerte en a un grupo de personas en “Cerdos” y “Que te vaya mal”, o hablando de los esfuerzos que tenemos que hacer con gente que no nos cae bien, como es el caso de “Cosas que no me gustan”.

Siempre he pensado que lo mejor de Los Punsetes es lo bien que fusionan su agresividad verbal con una faceta musical muy pop. Gracias a eso, logran dar con un tema como “Hola, destrucción”, en la que se sacan de la manga un pequeño himno de noise-pop con una letra deprimente. O “No puedes correr”, donde incluso se ponen más melódicos. Y lo hacen deseando que a alguien le caiga una «lluvia de hostias». Aunque eso sí, para cerrar el disco prefieren irse hacia su lado más sucio y entregar una reposada “Fomo” en la que las guitarras rugen como nunca.

8

Smirk – Material

Nunca he sido muy fan del punk. De hecho, todas las bandas de estilo que han caído en el blog siempre tenían un lado muy pop y melódico – me vienen a la cabeza Terry Malts y Hunx and His Punx-. Y por eso están por aquí Smirk, una banda de Los Ángeles que, a pesar de contar con tan solo dos años de vida, ya lleva un par de álbumes y algún que otro EP. Y es que, detrás de este proyecto, está Nick Vicario, un musico de la escena hardcore de Portland al que le llegó la inspiración tras dejar su ciudad y mudarse a la soleada California. Quizá, por eso, su punk, no lo es tanto.

Material’ es su segundo álbum, y es incluso más melódico y pop que al anterior. Además de menos sucio. Algo que se puede apreciar nada más empezar. “Material World’s Unfair” es una de las canciones más potentes del disco, pero ese toque tan Sonic Youth que tiene su primera parte, y el lado más amable que nos encontramos en la guitarra que corona la segunda, hacen de ella algo de lo más asequible. Al igual que buena parte de las canciones que vienen a continuación, porque Vicario y sus compañeros de banda manejan de maravilla ese punk a la europea de finales de los setenta y principio de los ochenta. Solo hay que escuchar la estupenda “Revenge”, donde aparece la voz invitada de Iphigenia Foie. O “Symmetry” y su primera parte tan Sex Pistols. Además de la acelerada, y más neoyorquina, “Living in Hell”.

Estamos ante un disco corto que no llega ni a los 25 minutos, pero en ese pequeño periodo de tiempo también coquetean con otros estilos. El sonido punk y algo sucio sigue ahí, pero hay varios momentos en los que pisan bastante el freno. Es el caso de “Souvenir”, el single principal, donde se van hacia mundos más new-wave. Y hay que decir que con bastante acierto. Un camino que también siguen en “Hopeless”, en la que incluso se dejan llevar por sonidos más acústicos. Además de mucho más americanos. Y si nos vamos a “Total Reality”, nos encontramos con un tema que está más cerca del post-punk que de otra cosa. Aunque eso sí, para terminar, no pueden evitar volver a su lado más sucio y entregar la potente “At the Pantomine”.

7,6

The Laughing Chimes – Zoo Avenue EP

The Laughing Chimes fueron una de las grandes sorpresas de 2021. Este dúo de Ohio formado Evan y Quinn Seurkamp, dos hermanos adolescentes que grabaron las canciones de su álbum de debut para un proyecto del instituto, nos dejó pasmados a todos los seguidores del buen indie-pop. De hecho, se colaron en unas cuantas listas de lo mejor del año. Incluida la de esta humilde casa. Y todo desde la más absoluta independencia, ya que incluso crearon su propio sello para editar esas canciones. Algo de lo que ya no tienen que preocuparse, porque han firmado con una grande del indie como es Slumberland, que les ha publicado su nuevo EP, y supongo que harán lo propio con el segundo disco en el que ya están trabajando.

Zoo Avenue’ reincide en el sonido de su álbum de debut. Es decir, que por aquí vuelven a aparecer influencias del Dunedin Sound, de los primeros R.E.M., o del pop británico de toda la vida. Y hay que decir que no han perdido el talento para llevar estos sonidos a buen puerto. Algo que, como siempre comento, no es nada fácil, ya que es un estilo bastante trillado. Pero ellos consiguen que sus canciones suenen frescas. Solo hay que escuchar el pop vibrante y exultante de “Ice Cream Skies”, el tema que abre el álbum. O esa joya llamada “Laurel Heights”, la cual nos lleva directos a Athens. Y si nos vamos a “Zoo Avenue”, nos encontramos con un juguetón y estupendo tema de kiwi-rock.

Están que se salen en prácticamente todas las canciones del EP. Es más, cuando pisan el freno y se relajan un poco, son capaces de entregar un tema como “Cats Go Car Watching”, en el que ensucian sus guitarras y en el que, a pesar de su cachondo título, se ponen un poco más serios. O esa “Airplane Underwater” que también se cuece a fuego lento, y que está envuelta en un mar de guitarras que brillan. Además de una balada como “Kings With the Hawthorne Crown”, que los lleva a un sonido más retro y british.

No cabe duda de que The Laughing Chimes son una de las bandas más frescas del nuevo indie-pop. Algo que ya se dejaba ver con su álbum de debut, y que se confirma con este EP. Y ojo, que ya han aumentado la formación, y están preparándose para los directos. Así que la cosa va muy en serio.

8,1

Palm Ghosts – Post Preservation

Palm Ghosts se formó en 2013, cuando Joseph Lekkas empezó a componer canciones para salir de la depresión y ansiedad con las que llevaba viviendo unos meses. Así, mientras trabajaba en un almacén de Filadelfia, compuso y grabó los temas que acabaron formando su álbum de debut. Lo que no se esperaba era que tuvieran una acogida tan positiva, y que acabara teniendo una banda al completo en un sitio tan diferente como Nashville. Pero ahí está, con su sexto disco recién editado, y con algunos temas suyos sonando en series tan populares como Clarice y 13 Reasons Why.

Tengo que reconocer que yo no supe de la existencia de Palm Ghosts hasta hace unos meses, cuando di con “World Dissolve”, un single que editaron el pasado verano y que cayó en una de las recopilaciones mensuales. Ahí ya pude comprobar que estamos ante un grupo con un evidente sonido ochentero. De hecho, ellos mismos lo describen como «la banda sonora de un baile de graduación de los 80 en una zona de guerra como Nashville». Y es cierto que buena parte de estas canciones podrían haber sonado en una película de John Hughes con Molly Ringwald de protagonista. Así que ya sabéis, si os apetece un buen chute de nostalgia, este es vuestro disco.

Tengo un poco de sentimientos encontrados con este ‘Post Preservation’. Por un lado, cuando se van hacia sonidos más electrónicos y puramente ochenteros, suenan estupendamente y nos dejan canciones notables. Sin embargo, en un par de ocasiones, se dejan llevar por un sonido que acaba convirtiéndoles en una especie de U2 de segunda. Es el caso de “Fractured” y “Close To The Dirt”, que tiran bastante de esa épica que contenían los discos de los 80 de Bono y compañía. Y bueno, la primera tiene un pase, pero es que en la segunda casi se acercan a Coldplay. Y por ahí no paso.

Ellos mismos hablan de New Order, The Cure, o David Bowie como principales influencias. Y es cierto que el sonido de los primeros si se puede apreciar en “Silent Fall”, en la que, con la ayuda de Anne McCue, se van a mundos más electrónicos. Incluso en “No Joy”, que es mucho más dance y nos puede llevar a esa época en la que la banda de Manchester se volvió loca con Ibiza. Pero lo cierto es que yo también noto una fuerte influencia de bandas de aquella época mucho más mainstream. De hecho, “Signal” y “Prefix Patriots” no puede sonar más a Duran Duran. Y si nos vamos a “She Lies Awake”, la que es la joya de la corona del álbum, nos encontramos con una estupenda canción que parece un cruce entre Simple Minds, Echo and the Bunnymen, y sí, otra vez U2. Y yo encantado.

7,6

Field School – When Summer Comes

Supongo que los seguidores más poperos del blog tienen más o menos presentes a Math and Physics Club, ese combo de indie-pop de Seattle que, a lo largo de los últimos quince años, nos ha dejado algunos discos más que interesantes. Aunque sí es cierto que su último trabajo ya data de 2018. Pero bueno, ya sabéis, entre medias, hemos tenido una pandemia. Y lo cierto es que esa ha sido la razón por la que Charles Bert, cantante y guitarrista de la banda, emprendió una nueva aventura llamada Field School. Porque, al ver que no tenia la oportunidad de grabar con sus compañeros de banda, decidió componer y grabar él solo estas canciones en su casa de Olympia. Incluso aprendió a tocar algunos instrumentos sobre la marcha. Y hay que decir que ha dado con una colección de canciones deliciosa.

Bert describe el sonido de Field School como jangle y fuzz pop con tintes de lo-fi. Ahí es nada. Un sonido que le viene muy bien a sus canciones melancólicas, las cuales hablan del cambio de estaciones, o de esos paisajes con los que cuenta la zona noroeste de los Estados Unidos. Lo que hace que ‘When Summer Comes’ sea un disco con una fuerte influencia de la escena de Olympia. Una ciudad que, por otro lado, siempre ha contado con una gran cultura musical. De hecho, ahí tenemos un sello como K Records, que en cuatro décadas ha publicado referencias de bandas como Talulah Gosh, Heavenly, o Beat Happening. Por no hablar de su enorme influencia en la escena alternativa de los noventa.

Tengo que reconocer que me gusta mucho como le sienta ese sonido lo-fi a las composiciones de Bert. Sobre todo, porque la distorsión cuenta con más protagonismo que en sus canciones con Math And Physics Club. Y eso hace que el indie-pop que aparece en temas como “Loving Me Was Never Gonna Work Out”, “Jennifer Valentine”, o “Moon Jellies”, suene más vigoroso y agresivo. Aunque eso sí, nunca pierde el tono melódico del asunto, como bien muestra en “Is This Our Love Song?”, o en esa “You Will Be Light” final, que son un buen ejemplo de como hacer buen pop con algo de suciedad.

Sí es cierto que por aquí también aparece ese pop más twee que ha marcado la carrera de su banda. Pero incluso en esta faceta suena un poco más efusivo. Solo hay que escuchar “I Just Want to Paint You in Pictures”, todo un himno pop lleno de guitarras que brillan, pero que cogen un poco de suciedad en su parte final. O el tema titular, que lo lleva a mundos más soleados. Además, está muy acertado en los cortes más reposados. Como en la preciosa “I’m Starting to Feel a Bit Like Myself Again”, que es algo así como si Teenage Fanclub tratarán de ser la Velvet. O la esperanzadora “Don’t Let This Moment Pass You By”, que te acoge con su monótono ritmo de guitarra y su estribillo de autoayuda. Además de esa joya llamada “If You See Me Around Just Act Like You Didn’t”, donde vuelve a ensuciar un poco su sonido.

7,8

Novedades musicales: noviembre 2022

Por las fechas en las que estamos, supongo que esta será la última recopilación del año. A no ser que de aquí a un mes salgan unos cuantos buenos adelantos. Pero bueno, vamos a centrarnos en estas cincuenta canciones de último mes que protagonizan la entrada de hoy. Medio centenar de temas en los que hay adelantos de los próximos trabajos de gente tan consolidada como Yo La Tengo, Robert Forster, dEUS, Orbital, con nada más y nada menos que Sleaford Mods, o nuestros Punsetes y su mordaz radiografía de España. Pero también de bandas que empiezan y nos dejan grandes canciones, como The Tubs, marine mirage, o Gina Birch. Además de artistas de rabiosa actualidad que han editado nuevos singles, como Hatchie, Romy, o Yves Tumor. Y claro, estando a finales de noviembre, no pueden faltar los villancicos. Como la versión del “Last Chritsmas” que nos dejan Future Islands.

Espero que os guste.

1. Fallout / Yo La Tengo

2. She’s a Fighter / Robert Forster

3. Sniveller / The Tubs

4. So Far Gone / Weird Nightmare

5. Fingers of Steel / Shame

6. I Wish You’d Call / marine mirage

7. Principia / En Attendant Ana

8. Yet Another Window / Goon

9. ESPAÑA CORAZONES / Los Punsetes

10. Flip It / Bleached

11. What Are the Odds / Death Valley Girls

12. Awakening / Las Robertas

13. Season of the Shark / Say Sue Me

14. Wish I Was You / Gina Birch

15. Roadkill / fanclubwallet

16. Close My Eyes / The Age of Colored Lizards

17. Running up Dead End Streets / The Reds Pinks and Purples

18. Queen of Ears / Quasi

19. B. Truck / Holiday Ghosts

20. Must Have Been New / dEUS

21. God Is a Circle / Yves Tumor

22. Neon Signs / Suki Waterhouse

23. Nosedive / Hatchie

24. Forget / COOL HEAT

25. Beauty / GRMLN

26. Hopeful Sludge / Cassettes on Tape

27. UnTruth / Hammock

28. Pistol / Cigarettes After Sex

29. Check For Signs Of Life / Philip Selway

30. One Night with The Valet / Tennis

31. Enter the Day / Patrick Wolf

32. When I Die / Sharon Van Etten

33. A Sky Like I’ve Never Seen / Fleet Foxes

34. Wasted On You / Andy Shauf

35. Idol; RE-run / Westerman

36. Tantas Cosas Buenas / Él mató a un policía motorizado

37. Last Christmas / Future Islands

38. Muse / Lucius

39. Not (BBC Radio 1 Session) / PVA

40. Ghost with a Peach Skin / mui zyu

41. Mad At Me / Samia and papa mbye

42. Parallel / Chasms

43. Sunset / Caroline Polachek

44. Liquid Love / NO ZU

45. Do You Well (feat. Perfume Genius) / Nakhane

46. Misery Remember Me / Ladytron

47. Train to Harlem / Korine

48. Carbon Dioxide / Fever Ray

49. Dirty Rat / Orbital feat.Sleaford Mods

50. Strong / Romy & Fred again..

Weyes Blood – And in the Darkness, Hearts Aglow

No tenía muchas esperanzas puestas en el nuevo trabajo de Weyes Blood. Y eso que el anterior me encantó. Pero sí es cierto que me ha costado un poco meterme en los singles previos que ha ido sacando. Lo que me lleva a la conclusión de que, al final, estos adelantos no valen para hacerse una idea previa de por dónde va a ir un álbum. Y menos uno como este, en el que no se propicia el buscar un focus track, como dicen ahora, que se convierta en viral y termine petándolo. Pero es innegable que Natalie Mering tiene un talento excepcional, y al final, también me ha terminado de enganchar al darle unas cuantas vueltas completas al disco.

Según la propia Mering, ‘And in the Darkness, Hearts Aglow’, es la segunda parte de una trilogía que empezó con ‘Titanic Rising’. Al parecer, aquél, era el relato de una catástrofe que estaba por venir. Y, como ya os podéis imaginar, en este nuevo trabajo ya estamos en plena catástrofe. Pero ojo, que en un principio no iba a ser así, ya que tenía pensado hacer un disco con canciones menos catastróficas, pero la dichosa pandemia lo cambió todo. Así que, al final, termino por escribir una colección de canciones en las que habla del narcisismo de la población, del mal uso de las redes sociales, y del amor, claro. Aunque eso sí, asegura que, si no hay otro contratiempo, el cierre de la trilogía tendrá un final feliz.

La gran mayoría de canciones de ‘And in the Darkness, Hearts Aglow’ se cuecen a fuego lento. De hecho, son de duración generosa, y muchas de ellas se van a los seis minutos. Además, apuesta por un pop muy clásico que empieza reposadamente y termina en un derroche de épica orquestal. Y hay que decir que le funciona a la perfección. Algo que resulta evidente en cortes como “It’s Not Just Me, It’s Everybody” o “Grapevine”, en los que su voz te acoge de la forma más cálida entre un manto de instrumentos de cuerda. O en esa “A Given Thing” protagonizada por un piano, con la que cierra el álbum, y que no puede resultar más emocionante.

Lo que me parece más curioso de este quinto álbum de Weyes Blood, es la elección de singles. Que ojo, como ya he dicho antes, me han terminado gustando, pero hay varios cortes en el álbum mucho más directos. Empezando por “Children of the Empire”, una joya de claro sonido retro -me flipa como suena ese chasquido de dedos que aparece a mitad de canción- que se pega a la primera. O ese balandón llamado “Hearts Aglow”, el cual va subiendo de intensidad hasta llegar a un tramo final épico y maravilloso. Incluso “Twin Flame”, en la que se sale del guion y se va hacia caminos más sintéticos, resulta mucho más pegadiza. Y si nos vamos a “The Worst Is Done”, nos encontramos con un delicioso, y animado, corte de pop de claros aires setenteros. Así que sí, estamos ante un disco más variado de lo que podría parecer en un principio.

8,1

Depresión Sonora – El arte de morir muy despacio

Ya comenté ayer que estaba de lo más enganchando a la nueva corriente post-punk nacional. Y entre los artistas que mencionaba, estaban Depresión Sonora, que no es otra cosa que el proyecto de Marcos Crespo, un madrileño que ha logrado un éxito notable en apenas un par de años. Y lo ha conseguido sin un sello grande detrás, y de una forma muy casera. No obstante, su primera maqueta, se convirtió en una de las bandas sonoras de los días de pandemia. Tanto en España, como en América Latina, donde está consiguiendo bastante reconocimiento. De hecho, ya sabe lo que es tocar en México, y para el año que viene tiene una gira que lo llevará a países como Chile, Perú, Costa Rica o Colombia.

Con tan solo una escucha de sus canciones, ya es fácil darse cuenta de las razones que lo han llevado a triunfar al otro lado del charco. Por allí, la escena dark y post-punk, está más que consolidada y cuenta con una buena legión de seguidores. Y hay que reconocer que Crespo maneja de maravilla estos sonidos donde las guitarras oscuras, pero muy melódicas, y las cajas de ritmos aceleradas, se llevan buena parte del protagonismo. Sí es cierto que se le notan las influencias por todos los lados, y que a veces coge prestadas cosas muy evidentes –“Voy a explotar” casi podría ser una versión del “Disorder” de Joy Division-, pero lo hace con bastante talento. Además, le da un toque bastante personal.

El arte de morir despacio’ es álbum conceptual dividido en tres partes en el que Crespo aborda tres etapas vitales de su vida. Así, el disco se abre con ‘Parte I: introducción a la entropía”, que presenta un lado más sintético con uno teclados que se van acelerando poco a poco. Pero, inmediatamente después, nos deja “Bienvenido al caos”, la que podría ser la mejor carta de presentación para alguien que no ha escuchado a Depresión Sonora en su vida. Aquí aparecen todos sus ingredientes favoritos a la hora de crear una canción. Es decir, las cajas de ritmos aceleradas, las guitarras melódicas, un estribillo muy pop, y una letra que refleja la mierda de mundo que le ha tocado vivir a su generación. Una formula que casi calca en “Veo tan dentro”. Aunque esta vez estamos ante una canción de amor. Eso sí, la canción de amor por excelencia del álbum es “Dos adolescentes y su primer amor”, en la que baja la velocidad al mínimo y entrega un tema de lo más bonito.

La segunda parte se abre con “Parte II: la abrazo con fuerza”, y en ella ya vemos un cambio en sus letras, que son más deprimentes y derrotadas. Además, en su parte final, nos deja el momento más potente e intenso de todo el álbum. Esa intensidad también se deja ver en “Te mientes a ti mismo para ser feliz” y “Voy a explotar”, en las que aparece su faceta más oscura. Sin embargo, en la tercera parte, la cual se abre con “Parte III: muerte y resurrección”, nos presenta una supuesta liberación que llega con la muerte. Y eso se refleja en cortes como “Fumando en mi funeral” y “Dónde están mis amigos”, que suenan tristes, pero muy pop. Una faceta que refuerza en “Como todo el mundo”, el tema que cierra el disco con el estribillo más pop de su corta carrera.

7,9