Cigarettes After Sex – Cigarettes After Sex
El caso de Cigarettes After Sex es uno de los más sorprendentes de la música actual. Más que nada, porque, sin apenas promoción, han conseguido que sus canciones tengan millones de reproducciones en las plataformas de streaming –sobre todo en YouTube, donde algún que otro tema suyo se acerca a los treinta millones de visionados -. Además, lo han conseguido haciendo una música relajada y tranquila, muy cercana al dream-pop que practicaban Mazzy Star, o al que practican ahora Beach House. Aunque, curiosamente, tienen un álbum perdido de 2008, y en él, practican un indie-pop guitarrero que nada tiene que ver con lo que hacen ahora. Se llama “Romans 13:9”, y es prácticamente imposible de conseguir, pero lo podéis escuchar entero en este enlace.
Realmente, Cigarettes After Sex, es el proyecto de un tejano llamado Greg González que, poco a poco, y con mucha paciencia, ha conseguido llegar hasta donde está ahora. Un Ep en 2012, y unas cuantas canciones sueltas le han llevado a convertirse en una de las promesas de la música actual. Lo que hace que, éste álbum de debut, sea uno de los más esperados de este año. Algo que no nos resulta extraño, ya que es bastante facial enamorarse de sus temas delicados y ensoñadores.
“Cigarettes After Sex” contiene los tres adelantos previos que han sacado en los últimos meses. Tres temas tan enormes como ‘K’, ‘Apocalypse’ y ‘Each Time You Fall In Love’, que se meten de lleno en esos paisajes sonoros llenos de guitarras limpias y serpenteantes. Además de dar prioridad a la voz de González, que es algo perezosa, pero tremendamente cálida. Y esto es lo que nos encontramos en el resto del disco. Sus 49 minutos de duración son de lo más sosegados, y no esperéis algún sobresalto, porque no los hay. Sí es cierto que temas como ‘Flash’, donde meten un pequeño toque jazzy, y ‘Opera House’, que es mucho más minimalista, se salen un poco de lo que podemos escuchar en el resto del álbum, pero solo un poco. El resto siguen el mismo camino que los singles, y la verdad es que es un camino que no está mal, ya que ‘Sunsetz’, ‘Sweet’ o ‘Young & Dumb’ son realmente preciosas. Además, la muy sixties, ‘Truly’, es maravillosa.
Quizá peque un poco de repetitivo, y las canciones sean un poca parecidas entre sí, pero es un disco que entra como la espuma, y eso, haciendo la música que hacen, es todo un logro.
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