30 Discos de 2017
He estado a un pelo de no recopilar los álbumes del año, pero también he pensado que, al ser un blog de críticas de discos, no tenia sentido no hacerlo. Como siempre, hay discos que, por nota, deberían estar más arriba, pero al final del año, y con el paso de los meses, se van quedando atrás. Pero siguen estando ahí, aunque sea un poco más abajo. Eso sí, hay alguno que al final no ha entrado, como el de Monster Movie, Ariel Pink, o el de EMA, que son muy buenos discos, pero al final se han quedado fuera de esa meta de 30 que he puesto este año. Os dejo con ellos.
30. Ghost Transmission – Echoes
No es la primera vez que los valencianos Ghost Transmission aparecen por aquí, su ‘Creep Me Out’ se llegó a colar entre las mejores canciones de 2015, y también recomendé su álbum de debut. Ahora vuelven con un segundo trabajo igual de recomendable que el primero, en el que siguen tirando de las guitarras ruidosas y las buenas melodías. Además de ese toque tan 50’s que tienen algunas de sus canciones, y que ha hecho que les comparen en más de una ocasión con The Raveonettes.
29. Charlotte Gainsbourg – Rest
Desde luego, Charlotte Gainsbourg tendrá la mitad de sangre inglesa, pero se ha sacado de la manga un disco más francés que la Torre Eiffel. Y le ha quedado muy bien.
Sin duda alguna, creo que hacer indie-pop en 2017 es una de las cosas más arriesgadas dentro del mundo de la música. Muchos de los seguidores de este tipo de música se han ido hacia otro lado y los medios prefieren hablar de otras cosas más “actuales”, dejando de lado a este tipo de bandas. De hecho, casi se podría decir que el indie-pop ha vuelto a la independencia de la que salió. Luego, dentro de esta hornada, tenemos algunas bandas que cuentan con un poco más de suerte y ayuda de los medios. Una de ellas es Alvvays, la banda canadiense que debutó hace tres años con un delicioso trabajo lleno de buenas melodías y estribillos pegadizos cubiertos en un mar de lo-fi. Ahora vuelven con un segundo trabajo en el que siguen por el mismo camino, y agrandan su colección de hits poperos.
27. Broken Social Scene – Hug of Thunder
Han tardado siete años en volver, pero la espera ha merecido la pena, ya que no han perdido ni un ápice de su talento, y siguen teniendo una personalidad arrolladora.
Ya sé que utilizo mucho el recurso de que un artista u otro puede ser una de las sensaciones del año, pero hay veces que, es tan evidente, que hay que utilizarlo. Además, en algunos casos, como el que nos ocupa hoy, no soy el único que lo dice. La todopoderosa Pitchfork le está dando una cobertura importante, y le ha puesto una notaza a este trabajo. Yo no soy tan entusiasta como ellos, pero sí creo que tiene algo. Además, algo más allá de sus canciones, ya que cuenta con un carisma importante, que al final, como no podía ser menos, acaba reflejado en su música.
25. First Hate – A Prayer for the Unemployed
Estamos ante un disco ecléctico, con unos cuantos momentos brillantes, y otros un poco menos interesantes, pero, ante todo, estamos ante un debut inteligente que nos presenta a un grupo tremendamente prometedor.
24. Future Islands – The Far Field
“The Far Field” es el trabajo más contenido que han sacado Future Islands hasta la fecha. Quizá, la inclusión de baterías reales por primera vez, y el hecho de que sea menos electrónico, ha tenido que ver con esto, pero parece más una cuestión de querer quitarse un poco de encima la imagen de grupo épico. Aunque los singles previos no reflejen esto. Tanto ‘Ran’, como ‘Cave’ son los típicos temas marca de la casa que todo el mundo está esperando, y la verdad es que la formula les sigue funcionando. Y no solo en estos dos cortes, también en ‘Time On Her Side’, ‘Ancient Water’ o ‘Day Glow Fire’, que reinciden en la intensidad que inundaba “Singles”. Pero en el resto del disco están un poco más tranquilos.
Hay que prestar atención a Pumarosa y a su debut, que cuenta con un buen número de canciones redondas. No obstante, está recibiendo muy buenas críticas en su país
22. The Molochs – America’s Velvet Glory
Adentrarse en “America’s Velvet Glory” es meterse de lleno en otra década, concretamente en esos 60 convulsivos, que dejaron huella a varias generaciones posteriores. Solo hay que ver cómo estos dos chavales, que no llegan a la treintena, han recuperado ese sonido a la perfección.
Si ya erais seguidores de Anntona, este “Internacional” os va a encantar, y si no lo erais, como yo, es muy posible que caigáis rendidos a sus pies.
“You Tried” es un disco directo, que dura 25 minutos, y el cual dan ganas de volver a poner tras escuchar la última canción. Y es que, con una canción como ‘Carpet’, que abre el disco de forma pausada y con unos punteos de guitarras cristalinos que son una maravilla, es imposible resistirse a lo que viene después
Sin duda alguna, con este tercer trabajo, Torres ha dado un gran paso en su carrera. Más que nada, porque ha conseguido actualizar su sonido, pero no ha perdido su identidad. Además, a pesar de no ser un disco muy convencional, sí es de escucha fácil y entra en la primera.
No falla, me pones a unas chicas fusionando guitarras sucias con melodías y estribillos de lo más pop, y me tienes ganado. Me encanta cuando una banda se fija en The Go-Go’s o las Bangles, y le añaden un poco de rabia, aceleración y suciedad. Por eso me he enamorado locamente del segundo trabajo de The Courtneys (hasta el nombre mola), un trio de Vancouver que está pegando bastante fuerte en los medios norteamericanos con este segundo trabajo –best new track para Pitchfork y mogollón de cobertura en Stereogum-.
“Future Politics” es su tercer álbum, y la verdad es que poco ha cambiado. Quizá, están un poco más sofisticadas que en los dos anteriores. Pero es esa elegancia que despliega su synth-pop lo que hace de su música algo especial. Además, están un poco más melancólicas de lo normal, y sus nuevas canciones emocionan mucho más.
16. Waxahatchee – Out in the Storm
Con artistas como Waxahatchee de por medio, sí que merece la pena adentrarse en cualquier revival. Lástima que la gran mayoría no tengan el talento que tiene ella.
15. Cigarettes After Sex – Cigarettes After Sex
Quizá peque un poco de repetitivo, y las canciones sean un poca parecidas entre sí, pero es un disco que entra como la espuma, y eso, haciendo la música que hacen, es todo un logro.
14. Death of Lovers – The Acrobat
La verdad es que estos Death of Lovers me han gustado bastante, porque, a pesar de que tienen unas influencias de lo más evidentes, para nada suenan trillados. Es como si metemos en una batidora a Duran Duran, New Order, The Cure, un poco de Roxy Music, y mucho de A Flock of Seagulls. La mezcla no puede resultar más interesante.
13. Peter Matthew Bauer – Mount Qaf (Divine Love)
“Mount Qaf (Divine Love)” está al nivel de su debut, y eso es algo que podemos comprobar desde el primer tema. ‘Wild Light’ sigue la estela de ‘Philadelphia Raga’, y en él encontramos esa épica contenida y esos coros femeninos que tan buenos resultados le han dado en el pasado. Quizá se repita un poco, pero da igual. Solo hay que escuchar la potente ‘Full Moon in the Sky’ o ese himno llamado ‘Khidr (American Drifter Music)’, para darse cuenta de que estamos ante un tío que sabe lo que es hacer canciones con gancho. Incluso cuando no los pone un poco más difícil, como es el caso de la minimalista ‘Divine Love to Kill Fascism’, o de la sucia ‘See You In The Streets (Desolate Town)’, también es fácil conectar con su música.
No puedo evitarlo: disco que sacan Los Punsetes, disco al que me engancho a las primeras de cambio. Su caso es de lo más increíble, ya que no hacen nada nuevo, e incluso se podría decir que se repiten bastante, pero saben hacer hits como pocos en este país. Y su nuevo álbum, el quinto ya, es otro ejemplo contundente de esto.
11. The National – Sleep Well Beast
Está claro que, para evolucionar, hay que arriesgar, y ahí te puedes equivocar un poco. Es lo que les ha pasado a The National en alguno de los momentos de este álbum, que no es tan bueno como los anteriores, pero, aun así, es sobresaliente.
10. The Pains of Being Pure at Heart – The Echo of Pleasure
La vida familiar y las giras mundiales no son cosas muy compatibles. Quizá, si eres una estrella y puedes permitirte ciertos tipos de lujos, sí, pero cuando tienes un grupo con ventas modestas que actúa en salas de 1000 personas, se hace muy complicado. Este dilema lo tuvo Kip Berman mientras escribía las canciones de este disco con su mujer embarazada de seis meses. De ahí, que el mismo reconoce que hizo este disco lo mejor pudo, porque podría ser el último. El caso es que, sea el disco final de los Pains, o no, es otro gran trabajo lleno de temazos de puro pop.
9. Alex Cameron – Forced Witness
Puede que ‘Candy May’ sea la canción que más he escuchado en estos últimos meses. El tema que sirvió de primer adelanto, y el que abre el álbum, es una pequeña joya, en la que sigue apostando por el rollo crooner, pero desde una perspectiva más pop. Además, está muy bien acompañado por Angel Olsen, que pone los coros en su magnífico estribillo, y por su saxofonista, que nos deja un solo de lo más majo en su parte final. Con este comienzo, es complicado seguir tan arriba durante el resto de disco, pero el australiano lo consigue con bastante facilidad.
8. Los Planetas – Zona Temporalmente Autónoma
“Zona temporalmente autónoma” no es un disco perfecto, es demasiado largo –esa ‘Guitarra roja’, tan abiertamente política, se hace un poco pesada- y tiene alguna canción que realmente sobra, como es el caso de ‘Hay una estrella’, que quedaría mejor de cara-b de un futuro single. Pero, a pesar de estos dos o tres fallos, sí que es un gran disco, y la mejor prueba de que Los Planetas todavía tienen mucho que decir.
Pocas pegas se le pueden poner al nuevo trabajo de Destroyer, tan solo, quizá, las baladas. Y es que, tanto ‘Sky’s Grey’, como ‘Saw You At The Hospital’, palidecen un poco frente al resto de canciones del disco. Por cierto, que, por mucho que diga él, la primera sí que es bastante Suede.
Hay artistas que tienen algo especial y, con muy poco, consiguen captar la atención del público. Mike Hadreas es uno de ellos. El de Seattle se ha hecho con una de las carreras más brillantes y personales de la actualidad, y ha logrado que el nombre de Perfume Genius se asocie a la palabra calidad. Algo normal, ya que temas como ‘Hood’ o ‘Queen’ son de lo mejorcito de la última década. Y lo mejor es que, tras escuchar su nuevo trabajo, he podido comprobar que no baja la guardia, todo lo contrario, se ha sacado de la manga un disco maravilloso.
5. The War on Drugs – A Deeper Understanding
Por si había alguna duda, con este disco, The War On Drugs dejan muy claro que son una de las grandes bandas de nuestros días. Además, lo son con sus propias normas, con sus canciones largas, que se hacen cortas, y que son capaces de emocionar a la persona más fría del mundo.
4. Molly Nilsson – Imaginations
Una de las sorpresas –a medias, porque ya había algo de esto en su anterior trabajo- de este “Imaginations”, es que nos encontramos con una Molly Nilsson más desinhibida que, incluso, se acerca al reggae más sintético. Lo hace, y muy bien, en cortes como ‘Mona-Lisa’s Smile’, ‘Modern World’ y ‘After Life’, con la que cierra un disco sin apenas fisuras, que debería convertirse en uno de los grandes éxitos de este 2017.
El tercer trabajo de The xx es el álbum del cambio, algo que prácticamente todo el mundo les exige después del aclamado debut en solitario de Jamie xx, que, dicho sea de paso, ha sido el culpable de que éste se haya retrasado. Y ellos no han hecho otra cosa que dar a sus seguidores lo que piden. Los más quisquillosos, les acusan de haber tirado demasiado de Jamie, como si este no se hubiera encargado de la música desde el primer minuto de su carrera. Además, si tienes algo que funciona, para qué vas a cambiarlo. ¿Acaso no es Loud Places una de las mejores canciones de los últimos años? Pues eso. Además, no estamos ante un nuevo trabajo de Jamie xx junto a sus compañeros, siguen teniendo su identidad. Solo que ahora bailan un poco un más. Aunque no en todo el disco.
No tiene que ser fácil de llevar la presión que produce el haber sacado tu primer trabajo con 16 años y recibir elogios hasta del mismísimo David Bowie, que dijo de ella que era el futuro de la música. Y es que Lorde no es una artista de pop al uso. Para empezar, lleva un control absoluto de toda su música, que escribe ella sola, sin ayuda de nadie. Aunque sí es cierto que sí se deja aconsejar por sus productores. En este caso, este cometido ha caído en las manos de Jack Antonoff, el líder de Bleachers, que como músico no me dice demasiado, pero como productor sabe muy bien lo que se hace. Luego tenemos el dato de su edad, que es importante. Y es que, no hay que olvidar que tan solo tiene 20 años, y lleva rodeada de fama desde los 15. Y eso es algo que se refleja en este trabajo, que habla de fiestas, bailar y “pedir copas diferentes en los mismos bares”. Es más, ella mismo ha dicho que es un álbum conceptual, que cuenta la historia de una fiesta en una casa, y que es un trabajo sobre estar sola, “con sus partes buenas, y sus partes malas”.
Ya no sorprende que los grupos vuelven tras años y años sin pasar por el estudio de grabación, pero sí hay vueltas que hacen más ilusión que otras. Una de ellas es la de Slowdive, auténticos pioneros de los que hoy conocemos como dream-pop y shoegaze, y uno de los grupos más personales de esa escena. En apenas seis años, y con tan solo tres discos, se convirtieron en toda una referencia para un buen montón de bandas posteriores. Además, no tuvieron ningún problema en ampliar su paleta sonora, y en su tercer trabajo se adentraron en la electrónica más ambiental. Ahora, 22 años después, vuelven con el que es su cuarto álbum, y nos dan unas cuantas alegrías.
El hecho de que su nuevo trabajo sea homónimo, me hace que pensar que, esto, más que una vuelta, es un nuevo comienzo. Así lo atestigua ‘Star Roving’, el primer adelanto, en el que nos encontrábamos con unos Slowdive mucho más acelerados que de costumbre, y acercándose a sus coetáneos Ride (otros que sacan disco en breve). Pero es un cambio a medias, ya que, en el resto del álbum, no es tan pronunciado. Sí hay algo de esa euforia en el comienzo de la maravillosa ‘Don’t Know Why’, y en la épica ‘Everyone Knows’ pero, al final, los Slowdive de toda la vida ganan la partida.
Realmente, es un disco en el que casi todas sus facetas –falta la electrónica- están representadas. Y es que, por un lado, tenemos esas canciones envueltas en guitarras cristalinas y teclados ensoñadores marca de la casa, que están muy bien representadas con ‘Slomo’, el tema que abre el disco. Y por el otro tenemos el shoegaze contenido de ‘No Longer Making Time’ y ‘Go Get It’, que también funcionan estupendamente. Además, entre medias, nos encontramos con ‘Sugar for the Pill’, una delicada y preciosa balada de lo más ensoñadora. Eso sí, los ocho minutos finales de ‘Falling Ashes’ no me terminan de convencer del todo.
Con su nuevo trabajo, los de Reading superan de sobra la prueba de los años inactivos, y nos dejan un disco realmente estupendo que no defraudará a sus seguidores.
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