Caribou – Our Love
Daniel Victor «Dan» Snaith forma parte de ese elenco de artistas de música electrónica que cuentan con el beneplácito de los oyentes que son menos propensos a escuchar este tipo de composiciones. Supongo que es por el toque abiertamente pop que tienen algunas de sus canciones, y el hecho de que, aunque se basan en una continua repetición de los mismos elementos, no son demasiado machaconas. Dicho así, parece que lo suyo no tiene mucho mérito, pero creo que es todo lo contrario. Pongamos como ejemplo Can’t Do Without You, el primer single de su nuevo trabajo. Es una canción de cuatro minutos en la que repite la misma frase una y otra vez, mientras la música va creciendo hasta llegar al clímax final. Así, con algo tan supuestamente simple, se saca de la manga todo un hit. Y no es la única que vez que lo consigue a lo largo del disco.
Our Love es el séptimo trabajo del de Ontario (si contamos los dos que sacó como Manitoba y el que sacó el año pasado como Daphni), y en él sigue habiendo un poco de todo. En algunos temas de este álbum se acerca un poco al soul, y lo hace desde la perspectiva de la electrónica. Buena prueba de ello es la sedosa Silver, que es una maravilla, o Back Home, que también resulta de lo más atractiva. Incluso se va al r&b en Second Chance, lo que no ha sentado muy bien a sus seguidores más puristas. La verdad es que la canción no está mal, pero espero que no siga ese camino. Más que nada porque ya hay mucha gente tirando de lo mismo, y él tampoco hace nada especial con estos ingredientes.
No nos engañamos, lo que más nos gusta de Caribou es que nos haga bailar, y de eso hay bastante por aquí. Aparte del ya mencionado Can’t Do Without You, nos encontramos con el temón que da título al disco, que empieza tímidamente, y acaba convirtiéndose en todo un homenaje al acid house. Esos bajos tan de finales de los ochenta me recuerdan una barbaridad a Inner City y bandas por el estilo, y eso solo puede ser bueno. La lástima es que no esté tan acertado en Julia Brightly, en la que se le ha ido un poco la pinza con esas subidas y bajadas de volumen. Además, me recuerda un poco al Go de Moby. Lo que sí me ha gustado un poco más es el toque minimalista de Mars, aunque le ha quedado un poco larga.
Al final le ha quedado un disco notable, un tanto ecléctico, pero con media docena de temas muy interesantes.
7,5
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