Ezra Furman – All Of Us Flames

Cada vez me gusta más el camino que ha tomado la carrera de Ezra Furman. La artista norteamericana lleva unos cuantos discos desgranando parte de la sociedad de su país a base de temas de rock que parten de muchas influencias. De hecho, en su anterior trabajo, reflejaba el cabreo que tenia en una colección de canciones punk que hizo que incluso se destrozara un poco la voz. Ahora vuelve con un nuevo trabajo en el que baja bastante las revoluciones, y recupera el sonido del estupendo ‘Transangelic Exodus’, pero en el que no pierde ese espíritu crítico que tanto me gusta.
Como no podía ser de otra manera, ‘All Of Us Flames’ está compuesto en el grueso de la pandemia. Aunque sí es cierto que, salvo alguna referencia al fin del mundo, o a como era antes, no es el tema principal del disco. Una vez más, Furman se vuelve a centrar en su identidad como persona trans. Y lo hace desde el orgullo al que le ha costado un poco llegar. Algo que cuenta en una estupenda entrevista que ha dado para Jenesaispop. Pero también desde su perspectiva como judía, y de cómo esas dos identidades pueden llegar a chocar.
Musicalmente, estamos ante un álbum que recupera su sonido más retro. No obstante, menciona a Bob Dylan como una de las mayores influencias. Algo que no resulta complicado de ver en “Train Comes Through”, el tema que abre el disco. O en esa delicada “Book Of Our Names” en la que escribe su propio texto sagrado. Pero casi se podría decir que es un pequeño repaso a una época concreta de la música norteamericana. Lo que también nos lleva a encontrarnos con alguna canción que tiene como mayor referencia a los grupos de chicas de los 50 y 60, como es la preciosa “Dressed in Black”. Eso sí, todo adornado con la producción rota y sucia de John Congleton.
Hay otra influencia importante en algunas canciones de este trabajo, y no es otra que la de Bruce Springsteen. Algo que no sorprende mucho, porque ya estaba en algunas canciones de sus últimos discos. Además, con ella consigue dar con los mayores himnos del álbum. Temas infalibles como “Forever in Sunset” y “Lilac and Black”, donde entran en juego los teclados más épicos, y donde la voz de Furman se desgarra con más pasión que nunca. Pero también hay una parte del álbum más relajada, y algo sintética, que me ha gustado mucho. Es el caso de la rota “Ally Sheedy in The Breakfast Club”, en la que cuenta como el personaje de Ally Sheedy en ‘El club de los cinco’ marcó su infancia. O de la más sofisticada y pop “Poor Girl A Long Way From Heaven”, que es una delicia. Aunque eso sí, para terminar, prefiere volver a Dylan y entregar la delicada “Come Close”.
7,9
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