Admiro el trabajo que hacen las compañías discográficas para sacar temas hasta de debajo de las piedras. Todo para vender el mismo disco por enésima vez y, sacar tajada de algo que ya está más amortizado. El último ejemplo es esta edición 45 aniversario del White Light/White Heat de la Velvet Undergroud, que sale a la venta el próximo 3 de diciembre. Como siempre, trae un montón de temas que no valen para nada (demos, versiones instrumentales, y el inevitable directo), y como gancho, una canción nunca publicada oficialmente. Se trata de una grabación en directo de 1967 de I’m Not A Young Man Anymore. Este tema ya había sido publicado en un par de bootlegs hace unos años , pero se supone que ahora se han empleado las cintas que tenia John Cale de ese concierto. Tampoco creo que haya mucha diferencia entre una y otra, ya que es una de esas canciones sucias que hacían la Velvet en aquellos años. Seis minutos repetitivos de rock crudo que reflejan lo que era un directo de la banda hace 45 años.
No hace falta que repita lo bien que se les da a los suecos el pop, ya sea electrónico o guitarrero. Desde los tiempos de ABBA, han demostrado que las buenas melodías y los estribillos pegadizos son su especialidad. El último ejemplo es este WHOREHOUSE que adelanta el segundo trabajo de ceo(al chico le gusta que se ponga su nombre en minúsculas). Es todo un hit de pop electrónico, con bien de excesos (coros de niños y gritos extraños incluidos), que es absolutamente irresistible. El nuevo disco se llamará WONDERLAND, y saldrá a la venta el primera semana de febrero. Yo ya lo espero con ganas.
John Grant debe de estar de lo más contento, ya que su Pale Green Ghost está quedando muy alto en algunas de las listas de lo mejor del año; esas que deciden que hay que hacer balance a finales de noviembre. Una de ellas es la de Rough Trade, que lo ha puesto en el número uno, y para celebrarlo ha editado una versión del disco con contenido extra. En ella encontramos este Ep que, también, han editado en vinilo en una edición limitada de 500 copias. En el encontramos cuatro canciones de Pale Green Ghost y una llamada My Love My Life, que no sé de dónde ha salido. Cada una de ellas está regrabada para la ocasión y, lo que es mejor, con un invitado diferente en cada tema. Amigos como Sinéad O’ Connor, que ya tenía una fuerte presencia en la edición original del álbum, o Conor O’Brien (Villagers) que está por partida doble.
Esos duetos son lo más interesante de este Gets Schooled, pero no es lo único. Las canciones están más desnudas que en el disco, y les da un nuevo enfoque, que en algunos casos, funcionan muy bien. Uno de ellos es el de It Doesn’t Matter To Him, donde se sirve de la ayuda de Beth Orton para convertir el tema en una canción folk. Muy en la línea de lo que hace ella, la verdad. O la versión casi desnuda, con las voces en primer plano, de Glacier, con una grandiosa Sinéad.
Si me tengo que quedar con una canción, es con esa desconocida (de verdad, no sé de donde sale este tema) My Love My Life, que es una preciosidad. Además, tiene ese toque electrónico que tenían unas cuantas de las canciones de Pale Green Ghost, y eso siempre es un punto extra. Las voces de Grant y O’Brien se fusionan de maravilla, y en algunos momentos, no sabes quién está cantando de los dos. Supongo que mi predilección por ella será porque es la única canción del Ep que no conocía.
Un Ep interesante, que nos recuerda que John Grant ha sacado uno de los discos de este año. A ver como se porta esta noche en directo, que voy a su concierto en Madrid.
Ya está aquí la última recopilación de novedades del año (la siguiente ya será la de las mejores canciones de 2013), y llega cargada de adelantos de 2014, que para eso casi estamos en diciembre. Nuevos temas de Dum Dum Girls (más oscuras que nunca), de EAGULLS, de The Notwist, o Neneh Cherry, que se juntado con Four Tet, y ha sacado un temazo. También está por aquí la versión que hacen Joanna Gruesome del Tugboat de Galaxie 500, y el Black Tambourine de Withered Hand, mi canción favorita de las últimas semanas.
Por cierto, la portada, como siempre, se la debo a Adolfo, que se ha levantado un tanto religioso esta mañana.
Gabriel Fulvimar es el hombre orquesta que está detrás de Gap Dream, una de las bandas más interesantes de la escena californiana de estos días. Este natural de Ohio, sabe lo que se hace, y su particular fusión de rock psicodélico, garage y synth-pop, funciona. Por lo menos en este segundo trabajo, el cual acaba de editar.
Fulvimar tiene muy claro hacia dónde quiere llevar su carrera, y como conseguir sonar original tirando de algo tan sobado como esto. Y es que, seamos sinceros, el pop californiano de los sesenta y setenta está más que revisitado, pero este chico de largas melenas, y gafas de freak, consigue que suene original y, lo que es mejor, entretenido.
Shine Your Light está lleno de líneas de teclado que te envuelven, guitarras fuzzy y ricas melodías que se acercan al surf. Todo muy californiano, la verdad. Pero no solo tira de la California idílica, la del surf y el sol a todas horas. Por aquí hay alguna referencia esa California más oscura, la del final del movimiento hippie, el auge de las sectas, y el mal rollo en general. De hecho, solo hay que fijarse un poco en las letras llenas de “shines” y “loves” al lado de unos cuantos reproches, o en frases como “quiero ser el último verdugo” y “ser juzgados por sus crímenes”, que bien podrían ser un guiño a uno de esos suicidios colectivos, tan propios de las sectas de aquella época. Pero no os creáis que un disco deprimente, en el que Fulvimar ha decidido amargaros durante 40 minutos. Todo lo contrario, es un disco enérgico, que desprende una energía de lo más positiva.
Quizá, el gran fallo que tiene, es el de empezar con Shine Your Light, que pone el listón demasiado alto desde el principio. Y es que este tema tan deliciosamente aditivo, con el que casi podemos lanzarnos a la pista de baile, es de lo mejor que nos ha dado este tipo de música últimamente. Pero enseguida cambia de tono, y en las siguientes canciones se pone más tristón y melancólico. Eso no significa que baje el listón, ya que Chill Spot y Love Is Not Allowed, también están muy arriba. Como también lo está esa oscura Fantastic Sam, que tiene un toque siniestro, pero también tiene un estribillo de lo más pegadizo.
La segunda parte del disco es un poco menos redonda, y si la comparas con la primera, sale perdiendo. Tiene canciones que merecen mucho la pena, como la que le da título al disco, que bien podría ser su homenaje a los Beatles. Tampoco están nada mal There’s Blood On The Stone, con su base rítmica contundente, y You’re from the Shadow, en la que recupera el tono más melódico, pero no sorprenden tanto como los primeros cortes del álbum. La verdad es que, en conjunto, es un disco de lo más interesante, y crece mucho con las sucesivas escuchas. Voy a ver qué tal está su primer trabajo.
Sí, ya sé que estoy un tanto pesado esta semana con las recomendaciones en streaming, pero ahora apenas hay novedades, y sí muchos adelantos del próximo año. Uno de ellos es este Black Tambourine de Withered Hand, que me tiene loco desde el otro día.
Muchos no tendrán ni idea de que es Dan Wilson, yo mismo no lo sabia hasta hace 48 horas, pero al parecer es un autentico genio escoces del pop. Su primer trabajo recibió elogios de la crítica, y de gente como Jarvis Cocker, que alabó su capacidad para componer melodías estupendas. Pero ahí se quedó la cosa. El año que viene lo vuelve a intentar con un nuevo trabajo titulado New Gods(el primero se llamaba Good News), en el que colaboran miembros de Belle And Sebastian, Frightened Rabbit, Eugene Kelly de The Vaselines, o Pam Berry de los míticos Black Tambourine. Estos dos últimos le ayudan en este single de presentación, el cual, evidentemente, está dedicado a la banda de ella. La canción es todo un himno pop, y os lo advierto, en cuanto le deis al play, os vais a quedar enamorados.
Una de las cosas que más me gusta de tener un blog de estos, es encontrarme con este tipo de discos. Esos discos de debut de grupos desconocidos que te sorprenden gratamente, y que te animan a seguir buceando entre toda la música que tenemos a nuestra disposición en estos días. También es cierto que si en el texto que viene acompañando al disco, me mencionas a Teenage Fanclub, el There She Goes de The La’s o el pop neozelandés de los primeros ochenta, ya me incitas a darle una escucha.
Como bien dice su hoja promocional, Dream Boys es una joven banda de Los Angeles, pero bien podría ser una de Glasgow a mediados de los ochenta, o una banda de pop de los sesenta, muy en la línea de The Byrds. Y es que el disco entero se basa en esas guitarras cristalinas que “Los Pajaros” pusieron de moda, y que tanto han influenciado a las bandas de indie-pop de todas las épocas. De hecho, su punto a favor es que logran sonar frescos haciendo melodías con esas guitarras, y con unas influencias tan trilladas. Todo un logro.
Once canciones que son una absoluta delicia, donde tiran tanto del pop soleado que han estado haciendo últimamente gente como Real Estate o Beach Fossils, como de los R.E.M más acelerados (los de Reckoning). Ese equilibrio entre una variante de pop (no se puede decir que cambien de estilo) y otra, hace que el disco resulte de lo más entretenido, y no el típico rollo que ya hemos escuchado muchas veces. Pero claro, esto no hubiera sido posible si no hubieran estado de lo más acertados con las melodías, y los estribillos. Esa capacidad que tienen para juntar cuatro frases y fusionarlas con dos acordes de guitarra, se la he visto a muy pocos grupos últimamente. Además, huyen del toque cursi y meloso que tienen muchas de estas bandas, lo que es todo alivio.
Es complicado quedarse con un par de temas, ya que todas tienen algo y, aunque bajan un poco el listón hacia el final, me niego a decir nada malo de ninguna de ellas. Pero bueno, si queréis que os recomiende alguna, os recomiendo la deliciosa Blue, el pop acelerado de Born Yesterday o el indie-pop Throught and Through (por esta matarían Beach Fossils). Estas tres resumen un poco lo que nos encontramos en la primera parte del álbum. En la segunda se van hacia el power-pop más clásico, y también aciertan (Citrus Girls es maravillosa), pero sorprenden menos.
Toda una delicia y, sin duda alguna, la gran sorpresa de este final de año.
Si seguís el blog a menudo, sabréis que no soy muy seguidor de las canciones excesivamente largas, pero siempre hay excepciones. Una de ellas es este The Last Trip, el nuevo single de los gallegos Mequetefre, que sacan su segundo trabajo la semana que viene. El tercer adelanto de de Gobi (El Genio Equivocado) es un trallazo de más de diez minutos, en el que los de Santiago de Compostela fusionan psicodélia, shoegaze y pop de una forma excepcional. Desde luego, no tienen nada que envidiar a muchos de los grupos extranjeros que tiran de las mismas influencias. Esta canción es de lo más aditiva.
Vuelven Shocking Pinks, y lo hacen a lo grande, con un triple LP que saldrá a la venta el 18 del próximo mes de febrero. El proyecto del neozelandés Nick Harte es uno de los casos más injustamente ignorados de los últimos años, y su último y, homónimo, trabajo, era una auténtica joya que muy poca gente escuchó. Quizá por eso ha tardado seis años en volver, pero afortunadamente, lo hace en muy buena forma. Not Gambling, el primer adelanto del disco, es un tema oscuro marca de la casa, en el que juega con la electrónica y el pop de una forma envidiable. A ver si los otros 33 cortes que contiene el disco, están igual de bien. Por cierto, ha compuesto más de 300 temas en estos últimos seis años, por lo que deduzco que tiene cuerda para rato.
Peak Twins son australianos, pero por su música bien podrían ser una banda de rock americano de los sesenta. Además, una de las buenas. Este debut tiene un sonido realmente espectacular, y en él, han captado de maravilla la esencia de aquellos años. Por aquí no solo nos encontramos con temas que tiran del garage, ellos se han ido por el camino más complicado, y la gran mayoría de canciones son medios tiempos perezosos, de esos que nuestros padres bailaban agarrados. Dicho así, no suena muy bien, de hecho suena a que el disco es un coñazo. Pero no, han dado en el clavo centrándose en este tipo de canciones.
Empiezan el disco con Only One, una intro corta donde se convierten en un grupo vocal de lo más interesante. La primera canción que escuché de ellos Steppin’ Off, por lo que me esperaba que el resto del disco tirase hacia ese rollo más garage y rockero. Es de los pocos temas en los que sacan las garras de las guitarras y, además, tiene un estribillo de lo más chulo. Pero lo mejor del álbum viene en los dos siguientes cortes. So Long y The Dolphins son dos preciosas baladas, que me han enganchado de una forma espectacular. Sobre todo la segunda, donde sacan a paseo unas guitarras cristalinas que van creciendo a medida que va llegando el estribillo. Una preciosidad.
Para los que prefieren emociones más fuertes, está Salvation, donde coquetean con unas guitarras distorsionadas, más propias del C-86 y del Shoegaze. Me gusta, pero quizá no pinta mucho en este trabajo, que lleva una línea muy clara. Es como si pasáramos de 1966 a 1986 en cuestión de segundos. Me parece mucho más interesante el toque surf y playero de China White o los ocho minutos (que no se hacen largos) que emplean para hacer ese baladón llamado Divine Nature. Con ella prácticamente acaban el disco, ya que en 500 days vuelven a convertirse en ese grupo vocal del principio, en una canción que apenas dura un minuto, y con la que cierran media hora de música brillante.
Don't Eat The Yellow Snow 
Debe estar conectado para enviar un comentario.