Waxahatchee – Tigers Blood

Waxahatchee consiguió un éxito importante con ‘Saint Cloud’, un disco en el que dejó de lado el indie-rock que marcó el principio de su carrera para meterse en un rock sureño, e incluso country. Ella misma estima que ese álbum duplicó su audiencia y ahora mismo tiene preparada una gira por Estados Unidos en salas de 3000 personas. Para que os hagáis una idea, yo la pude ver en 2018 en una sala El Sol (400 personas de aforo) medio vacía. Así que es totalmente lógico que en su nuevo trabajo siga por ese camino. Porque, además de ese subidón de público, se llevó las mejores críticas de su carrera. Algo que parece que ya está superando con ‘Tigers Blood’. 

Según palabras de la propia Katie Crutchfield, que es la artista que se esconde bajo el nombre de Waxahatchee, <<está tratando de quitarse de encima esa idea de que tienes que tener una vida caótica y torturada para hacer canciones interesantes>>. La de Alabama se mudó a Kansas hace unos años, cuando todavía salía con Kevin Morby, dejó de beber, y ahora vive tranquilamente en su casa con su perro. No tiene horarios locos y hace cosas cotidianas como todo el mundo. Lo que se refleja en las letras de este álbum, donde hay canciones que simplemente hablan de una relación estable, de dormir todo el día, o de un viaje en carretera hasta el lago. Y lo cierto es que ha conseguido hacer algo interesante de esa vida cotidiana. 

Musicalmente, sigue donde lo dejó en ‘Saint Cloud’. Brad Cook aparece de nuevo tras el sonido del álbum y el rock de raíces sureñas está a la orden del día. Aunque hay veces que no pierde la oportunidad de rasgar un poco más su guitarra y acercarse a su adorado Tom Petty. Como en el caso de la estupenda “Evil Spawn”, donde aparecen unos coros masculinos que, la verdad es que no sé a quién pertenecen. Quizá sean de MJ Lenderman, el líder de Wednesday, que aparece acreditado en “Right Back It”, esa maravilla de single country-folk con el que presentó el disco. Pero volviendo a ese lado más rock que aparece por aquí, no puedo dejar de mencionar esa vibrante “Ice Cold” en la que, de alguna manera, regresa a sus primeros trabajos. O esa “Bored” en la que simplemente habla de estar aburrida. 

Si hay algo que consigue Crutchfield con su voz, es emocionar. Solo hay que escuchar esa “3 Sisters” que abre el disco de una forma delicada y va subiendo de intensidad hasta que entra una batería potente y el piano y la guitarras se convierte en protagonistas. O esa preciosidad llamada “Burns Out at Midnight”, en la que lleva los sonidos country a un mundo muy pop. Algo que también hace en otros cortes notables del álbum, como son “Long Star Lake” y “Crowbar”. Aunque uno de los momentos más emocionantes del disco llega con “365”, un tema que, en un principio, iba acompañado de una caja de ritmos, pero al final se ha quedado en algo más minimalista. Y la verdad es que funciona de maravilla. Al igual que el tema principal, que contiene un último tramo lleno de coros que es una delicia. 

Adrianne Lenker – Bright Future

Creo que no me equivoco si digo que Adrianne Lenker es la única artista que consigue que un disco de folk clásico me emocione. La cantante y principal compositora de Big Thief tiene una voz y una forma de interpretar que me resultan irresistibles. Quizá sea por cómo deja que sus canciones en solitario se empapen de la calidez y melancolía que desprende su voz. Porque, como ya sabréis, en estos trabajos, deja que la protagonista sea su voz, la cual, en muchas ocasiones apenas viene acompañada de un tímido piano o de una guitarra susurrante. Aunque luego miras los créditos del disco y te encuentras a una buena cantidad de personas en ellos. Como en este trabajo, donde cuenta con unos cuantos colaboradores. 

Una de las cosas más alucinantes de la carrera de Adrianne Lenker es la facilidad y el tiempo que tiene para componer canciones. Y es que no hay que olvidar que Big Thief sacaron dos discos en 2019 y que su último trabajo era doble y contenía veinte temas. Y entre medias publicó otros dos discos en solitario en 2020. Además, da cursos de composición y hace apenas unas semanas puso en su bandcamp varios temas inéditos para recaudar fondos para los niños palestinos. Algo que hace que, incluso, me caiga mejor. Y entre toda esta vorágine de trabajo, a la que tenemos que sumar las giras con su banda, ha compuesto y grabado las canciones de este ‘Bright Future’. 

Al igual que su anterior trabajo, las canciones de ‘Bright Future’ están grabadas directamente en cinta analógica y de la forma más básica posible. Eso sí, ha contado con la ayuda de Philip Weinrobe, su ingeniero y coproductor, y de músicos como Mat Davison, Josefin Runsteen, o Nick Hakim. Además de su hermano Noah, que toca la percusión en varios temas del álbum. Todos ellos se van repartiendo los instrumentos principales, que son el piano, la guitarra y el violín, a lo largo de estas doce canciones. Incluso podemos oír sus voces en algún tema, como en ese “Donut Seam” lleno de calidez. O haciendo los coros en esa preciosidad country-folk llamada “Sadness As a Gift” y en las delicadas “No Machine” y “Free Treasure”. 

No sé si estáis al tanto de la polémica que tuvieron Big Thief con “Vampire Empire”. La versión en estudio de esta canción que estrenaron en directo en la televisión norteamericana, y que fue uno de los puntos fuertes de su última gira, no gustó a algunos de sus seguidores, que decían que había perdido toda su fuerza. Una tontería, porque era tremenda. El caso es que, para terminar de rizar el rizo, Adrianne Lenker ha incluido otra versión aquí. Una que se adapta a este sonido country y folk que tiene todo el álbum, y que funciona a la perfección, precisamente, por su fuerza y su épica. Es uno de los grandes momentos del disco, pero no el único. Ahí tenemos la belleza que desprende la delicada “Already Lost” y esa “Ruined” final absolutamente desgarradora y devastadora. 

The Jesus and Mary Chain – Glasgow Eyes

A pesar de que llevo más de dos meses escuchando el nuevo trabajo de The Jesus and Mary Chain, todavía no sé si me parece una genialidad o una tomadura de pelo. Supongo que me terminé decantando por algo que se quede a medias de estos dos extremos. Y es que, el grupo de los hermanos Reid ha vuelto con un trabajo en el que, supuestamente, hay muchos más elementos electrónicos -mencionan a Kraftwert y Suicide como influencias- y una inspiración del jazz. Así que uno se podría pensar que, a estas alturas de su carrera, iban a explorar nuevos sonidos. Y el caso es que lo intentan, pero la mayor parte del tiempo se quedan a medias y la cosa no termina de cuajar. Pero luego tampoco suena mal del todo. No sé, este disco me tiene la cabeza hecha un lío. 

Glasgow Eyes’ no empieza nada mal. “Vance Joy” es un trallazo sonoro en el que sí se puede ver esa influencia de Suicide que mencionaba más arriba. Y hay que decir que ese traqueteo electrónico que tiene la canción casa de maravilla con sus voces y sus guitarras. Algo que también ocurre con “jamcod”, esa canción en la que narran su separación durante una actuación en un festival en 1998. Una fusión de electrónica y rock que aparece de nuevo en la notable “Chemical Animal”. Aunque aquí lo hace en forma de balada y metiendo en la ecuación su amor por las producciones de Phil Spector. Al igual que en esa “Second of June” que viene a continuación, con la que nos dejan uno de los grandes momentos del disco. Además del segundo tema en el que se auto mencionan. 

Está claro que, tras cuarenta años de carrera, tampoco podemos pedirle a The Jesus and Mary Chain que sigan haciendo discos rompedores como el ‘Psychocandy’. Es más, casi mejor que no se repitan y que traten de darle un lavado de cara a su sonido. Ahí tenemos “American Born”, un estupendo tema en el que vuelven a dar una pequeña pincelada electrónica a su rock. O esa “The Eagles and the Beatles” tan pop y tan marcada por el “I Love Rock ’N Roll” de Joan Jett. Y es que se podría decir que, en algunos momentos del disco, les da una especie de ataque de lo más pop. El caso más evidente es “Girl 71”, donde se sacan de la manga un riff de guitarra de lo más limpio e inofensivo. Pero lo cierto es que la canción funciona. 

La peor parte del disco llega con los experimentos. Cuando tratan de hacer algo diferente se terminan metiendo en jardines de los que les cuesta salir. Solo hay que escuchar un tema como “Mediterranean X Film”, donde dan con un inicio molón que termina resultando repetitivo por la falta de ese punto melódico que siempre ha tenido la música de The Jesus and Mary Chain. Además de las repetidas paradas que cortan el ritmo de la canción. Algo parecido pasa con “Discotheque”, un corte con un sonido sintético que mola bastante, pero al que le falta un buen estribillo y una buena melodía. Pero es peor es ese intento de imitar a la Velvet más experimental en la segunda parte de “Hey Lou Reid”, la cual termina resultando de lo más aburrida. 

Novedades musicales: marzo 2024

Novedades marzo 2024

No podía dejar que os fuerais de vacaciones (el que las tenga) sin la recopilación de novedades del mes. Una selección de 60 canciones en las que, como siempre, hay un poco de todo. Tenemos la vuelta de un peso pesado y una estrella planetaria, como es Nick Cave, que recupera a sus The Bad Seeds. Grandes nombres como St. Vincent, Vampire Weekend, Ride, Camera Obscura, o Cigarettes After Sex. Esos artistas medianos que tantas alegrías nos dan, como The Reds, Pinks & Purples, Dehd, Cold Cave, The Lemon Twigs, o John Grant. Además de esas bandas que no llevan mucho tiempo, pero que ya están entre mis favoritas. Y ahí es donde entran Alcalá Norte, que se han convertido en mi última obsesión.

Espero que os guste.

  1. La Vida Cañón / Alcalá Norte
  2. Come Hang From The Roof Tops / Soft Kill
  3. Tamagotchi / Blushing
  4. Soul-net / DIIV
  5. Light Your Way Home / METZ
  6. Another Blind Machine / Palm Ghosts
  7. Second Rhythm / Drahla
  8. Cultural Consumer III / BODEGA
  9. Allatonceness / Arab Strap
  10. Broken Man / St. Vincent
  11. Fall Apart / Joyer
  12. Running Through The Campus / Cloud Nothings
  13. Jesse (feat. Day Wave) / Hazel English
  14. Daylight / Club 8
  15. Packhorse / Rural France
  16. Big Congratulations / Holiday Ghosts
  17. Phonebooth in the Desert of the Mind / Motorists
  18. Light On / Dehd
  19. Haircut / Finom
  20. Easy / fanclubwallet
  21. Daffodil Girl / Avis
  22. What’s Going On With Ordinary People / The Reds, Pinks & Purples
  23. Coffee / Hinds
  24. Hammer / Hana Vu
  25. Eating Rust / gglum
  26. Chemtrails / Chastity Belt
  27. Meant / Hovvdy
  28. Behind My Mouth / Aluminum
  29. Let It Go (feat. Midwife) / American Culture
  30. Classical / Vampire Weekend
  31. Mon Argent / Corridor
  32. Empty And Silent (feat. King Krule) / Mount Kimbie
  33. Act Of God / Gossip
  34. A Dream Is All I Know / The Lemon Twigs
  35. We’re Going to Make It in a Man’s World / Camera Obscura
  36. Impossible House / Phosphorescent
  37. Tejano Blue / Cigarettes After Sex
  38. Crystal Blue / Still Corners
  39. Wild God / Nick Cave & The Bad Seeds
  40. Our World / James
  41. Monaco / Ride
  42. Cinta / El Último Vecino
  43. Is This Love? / Red Sleeping Beauty
  44. 2 to 3 / Phantom Youth
  45. In Yr Head (1818) / TOLEDO
  46. Boys / Amen Dunes
  47. Dancing in the Club / This Is Lorelei
  48. DOING IT AGAIN BABY / girl in red
  49. Embarrassed Dog / Chanel Beads
  50. No Light / How To Dress Well
  51. the mould / mui zyu
  52. Letter To My Daughter / Bat For Lashes
  53. Change Shapes / Lauren Mayberry
  54. It’s A Bitch / John Grant
  55. Run Your Mouth / The Marías
  56. Constellations / CD Ghost
  57. New World (Flow) / Joe Goddard feat. Fiorious
  58. Pull the Rope / Ibibio Sound Machine
  59. Britpop / A. G. Cook
  60. She Reigns Down / Cold Cave

    Horsebeach – Things To Keep Alive

    Han pasado cinco años desde que Ryan Kennedy publicara ‘The Unforgiving Current’, el que es el cuarto trabajo de Horsebeach, su proyecto musical. Desde entonces, han pasado muchas cosas en la vida de este artista de Manchester. Para empezar, ha dejado atrás Tokyo, donde ha vivido durante varios años, y ha vuelto a su ciudad natal. Todo esto después de la pandemia, que fue un periodo bastante duro para Kennedy y para su salud mental. Pero, como el mismo dice, ha aprendido a lidiar con la depresión a base de cuidar a sus plantas, a sus gatos, y a las personas que ama. Y yo diría que ese espíritu un poco más alegre se aprecia bastante en algunas de las canciones de su nuevo álbum.

    Things To Keep Alive’ es el trabajo más variado de la carrera de Horsebeach. Hasta ahora, y salvo en su debut, que ahondaba en el mundo del C86, Ryan Kennedy estaba muy cómodo en un indie-pop lleno de guitarras cristalinas y languidez. Y la verdad es que se le daba bien, pero creo que su propuesta necesitaba un cambio. Algo en lo que parece que está de acuerdo, porque en este álbum encontramos bastante más distorsión, incluso acercándose al shoegaze en algún momento, otro poco de ese C86 que tanto le gustaba al principio de su carrera, alguna balada muy british y muy Beatles, y hasta una versión de All Saints.

    Nada más empezar ya podemos ver como su indie-pop cristalino cambia de perspectiva en “A Friend By The Lake”. Su tímida caja de ritmos marca el paso a unas guitarras que, sí, suenan limpias, pero el resto de los ingredientes se dejan llevar por un lado más lo-fi. Y hay que decir que es algo que le sienta muy bien a este tema lleno de melancolía. También acierta de pleno fusionando el C86 y el shoegaze en el inmenso tema que da título al disco. Un shoegaze que se convierte en el protagonista absoluto de la estupenda “In The Shadow Of Her”. Y ojo, porque cuando se deja llevar por la euforia jangle-pop y entrega la acelerada “Cinnamon Challenge”, acierta de pleno. O cuando decide irse hacia un sonido más clásico y nos deja una maravilla como “Until You”.

    Como es lógico, no se olvida de ese indie-pop limpio que ha marcado buena parte de su carrera. Pero tengo que decir que aquí suena más directo y vibrante que antes. Solo hay que escuchar “A Fault In All Of Us”, una canción por la que Real Estate matarían. O esa “Colourless” tan animada, donde incluso se atreve con una guitarra un tanto psicodélica. Además de fusionar este sonido con algo mucho más pop en la magnífica “Pure Shoes”, la versión de All Saints que comentaba más arriba. Aunque sí que es cierto que la ensucia un poco en su parte final. Eso sí, para cerrar, prefiere volver al sonido más luminoso y entregar un tema tan esplendoroso como “Tradition”.

    Boy With Apple – Attachment

    Hace cuatro años que los suecos Boy With Apple aparecieron por este blog con su EP de debut. Incluso llegaron a colar una canción entre las mejores de 2020 para un servidor. Pero lo cierto es que les perdí la pista y no he vuelto a saber nada de ellos hasta ahora que han publicado su álbum de debut. También es cierto que no se han prodigado mucho y apenas han editado unos pocos singles en todos estos años. Además, los han metido todos en este trabajo, así que no me he perdido mucho.

    Lo que me cautivó en su día de la música de Boy With Apple fue su fusión de dream-pop y shoegaze con una electrónica fría y elegante. Sobre todo, el uso sin pudor de unas de cajas de ritmos de claro corte retro. Y, como es lógico, en esas siguen en su álbum de debut. Porque, como ya he dicho antes, en este ‘Attachment’ han metido todo los singles que han ido sacando a lo largo de los últimos cuatro años. Como ese “Green Eyes” a medio camino entre el synth-pop y el shoegaze que los dio a conocer. O “Strawberry Boy”, donde aparece una faceta un poco más oscura. Aunque las cajas de ritmos siguen por ahí.

    La idea está más o menos clara: coge el sonido de bandas como Cocteau Twins o Slowdive y dales una vuelta más electrónica. Así, nos encontramos como temas donde las voces etéreas y las guitarras ensoñadoras se dejan arrastrar por un ritmo que, a veces, puede llegar hasta la pista de baile. Como en la vibrante “Valentine”, donde las cajas de ritmos van a toda leche y se fusionan con unas guitarras muy shoegaze. Algo parecido a lo que hacen en la acelerada “My Girl”. Solo que esta vez las guitarras suenan más limpias. Además, también aparece una batería de toda la vida por ahí. Al igual que en la preciosa “CBG Hills” y sus guitarras a lo New Order. Aunque, si hablamos de cajas de ritmos, hay que mencionar “Bright Than The Sun”. Y es que ese ritmo envolvente y noventero que la protagoniza le sienta de maravilla a su dream-pop.

    Boy With Apple también saben cuándo bajar un poco el ritmo y entregarse a sonidos menos efusivos. Ahí tenemos la estupenda “Rosemary’s Baby”, en la que se acercan bastante a los Beach House más electrónicos. Además, sacan a relucir sus referencias cinematográficas -su nombre viene de un cuadro que aparece en ‘El Gran Hotel Budapest’-. O esa “Linger On” mucho más convencional y dream-pop, pero realmente hermosa, donde su cantante demuestra que sabe como crear este tipo de texturas sonoras con su voz. Y ojo con el shoegaze de “Iceage”, que no tiene nada que envidiar al de Slowdive. Eso sí, quizá, se podrían haber ahorrado dos temas cortos como “Aquatic Sun Theme” y “Beside Me”, que tampoco dicen mucho.

    Dancer – 10 Songs I Hate About You

    Hace unos años que estoy obsesionado con Altered Images, una banda británica que tuvo su mayor momento de gloria a principios de los ochenta, cuando metieron varios temas en el top 10 de su país. Desde entonces, han seguido más o menos en activo y participando en esos festivales nostálgicos en los que los artistas de una época tocan sus hits. Aunque sí es cierto que en 2022 editaron un disco que, por desgracia, pasó sin pena de gloria. Ahora es cuando os preguntareis a santo de qué viene esta película que os acabo de contar. Pues es tan sencillo como que Altered Images son una de las mayores influencias de Dancer, el grupo del que me ocupo hoy. Eso sí, no es la única.

    Dancer es una banda de Glasgow que, tras un par de EPs, debuta con este ‘10 Songs I Hate About You’. Además, en el sello madrileño Meritorio Records, que ya sabéis que es un sello de garantía. Aunque no son nuevos en esto, ya que algunos de sus miembros forman parte de otras bandas de la escena de Glasgow, como Nightshift o Current Affairs. De hecho, una de las curiosidades de este trabajo, es que lo han grabado en directo y, al parecer, no les costó mucho. Les bastó con juntar unas cuantas canciones antiguas con algunas nuevas, y seguir el patrón que marcan sus influencias. Unas influencias en las que, además de los ya mencionados Altered Images, aparecen bandas como Life Without Buildings, Elastica, Owls, y The Cardigans.

    Puede que lo más fácil para sea meter a Dancer dentro del carro del post-punk, pero lo cierto es que no sería justo. Sí que hay bastante de ese sonido más primigenio que tenían este tipo de bandas a finales de los setenta y principio de los ochenta, pero es solo una parte de lo que encontramos por aquí. Ahí tenemos la primitiva “Change”, que gana puntos por ese toque tan pop que tiene y por ese teclado que aparece de vez en cuando. O esa “When I Was A Teenage Horse”, en la que es inevitable no acordarse de Altered Images. Algo que también propicia la voz tan directa y particular con la que cuenta Gemma Flet. Y si nos vamos a “Turns Out”, nos encontramos con una pequeña joya de indie-pop ruidoso.

    Hay varias cosas que convierten este trabajo en algo especial. Para empezar, tenemos la presentación de cada canción, que puede parecer una tontería, pero lo cierto es que queda muy bien y te mete en el disco. Pero lo más importante es el juego de bajo, batería, y guitarras que logran. Y es que, está hecho con muy poco, pero saben jugar muy bien sus cartas. Así, nos encontramos con temas como “Bluetooth Hell” o “Rein It In”, donde pasan de la limpieza a la distorsión en cuestión de segundos. Y todo esto con un ritmo vibrante y casi punk. O esa “International Birdman” en la que una sección rítmica propia de los Talking Heads se alía con unas guitarras dignas de Television. Una fusión que también aparece en la estupenda “Passionate Sunday”. Aunque la canción que no me quito de la cabeza es “Troi” y su sonido juguetón.

    Boeckner – Boeckner!

    Wolf Parade, Divine Fits, Operators, Atlas Strategic, Handsome Furs… La carrera de Dan Boeckner está llena de grupos que aparecen y desaparecen sin dejar rastro. Yo, personalmente, ya no sé si Wolf Parade, que es algo así como la banda madre, siguen en activo. El resto que he mencionado tengo más o menos claro que no. Quizá, por eso, ha querido empezar este nuevo proyecto llamado Boeckner, que es lo más parecido una aventura en solitario que ha tenido en toda su carrera. Aunque, según sus propias palabras, <<estamos ante una especie de biografía en la que encontramos las explosiones de sintetizadores que aparecían en Atlas Strategic, los sintetizadores exuberantes de Operators, o la guitarra noise de Handsome Furs. Además de la influencia de todo tipo de artistas, desde Stockhausen hasta Tom Waits. Y todo eso al mismo tiempo>>.

    Boeckner!’ es un disco en el que el artista canadiense va directo al grano. Ocho canciones en las que se deja llevar por todos esos ingredientes sonoros que han marcado su carrera. Además de su melancólica voz, claro, que es absolutamente reconocible e irresistible. Y, por si esto fuera poco, ha contado con la batería de Matt Chamberlain, toda una eminencia de este instrumento que ha dejado su huella en discos de Bob Dylan, Bruce Springsteen, Leonard Cohen, o David Bowie. Lo que hace que, buena parte del disco sea un poco más rock y menos electrónico que de costumbre.

    Ya en “Lose”, el tema que lo abre, vemos que esa fusión de los sonidos que ha marcado su carrera funciona a la perfección. Estamos ante todo un pepinazo en el que una batería potente se deja guiar por unos sintetizadores que chirrían y por una guitarra que le da fuerza a la canción. Eso sí, en su parte final sorprende con un saxo al que da total libertad. Esa efusividad es la que marca la primera parte del álbum y temas como “Ghost in the Mirror” y “Wrong”, que son estupendas. Sobre todo, la segunda. Aunque es en “Dont’ Worry Baby” donde aparece el mejor Dan Boeckner. Estamos ante una canción llena de melancolía en la que deja que los teclados se conviertan en los protagonistas. Lástima que decida acabarla con ese final abrupto que no viene a cuento.

    La segunda parte del disco se cuece un poco más a fuego lento. Boeckner pisa un poco el freno y entrega un tema como “Dead Tourists”, el cual está compuesto junto al líder de Kiwi Jr. -Boeckner produjo su último disco-. Y la verdad es que sería una canción redonda si no jugaran y afearan tanto ese sintetizador que la acompaña. De hecho, le ha quedado mejor “Return to Life”, un tema que podría formar parte de cualquiera de esos discos del Bowie más noventero y rock. O esa “Euphoria” que empieza de la forma más tranquila y termina en una explosión de épica rock marca de la casa. Algo parecido a lo que ocurre con “Holy Is The Night”, el tema que cierra el álbum. Aunque sí es cierto que aquí está un poco más pop.

    Devon Welsh – Come With Me If You Want To Life

    Me da mucha rabia que la carrera de Devon Welsh en solitario no termine de despegar. Con esto no quiero decir que Majical Cloudz lo petaran en su día, pero sí que tuvieron bastante más repercusión. Quizá se debe a que comenzó está carrera en solitario con un disco al piano excesivamente intimista. Pero lo cierto es que, ya en su anterior trabajo, volvió a dar rienda suelta a su lado más electrónico. Además, se sacó de la manga un tema tan grande como “Dreamers” -que no se convirtiera en un hit es toda una injusticia-. Y en esa línea sigue en su nuevo trabajo, que, viendo las paupérrimas cifras de streaming de sus adelantos, tampoco tiene pinta de que vaya a triunfar mucho.

    Dice Devon Welsh que ‘Come With Me If You Want To Live’ es la banda sonora de una película de acción que no existe y que no debería existir. De ahí esa imagen apocalíptica que rodea el disco y ese vídeo del primer single en el que aparece hiper musculado gracias a la IA. Pero también dice que, a pesar de que está basado en fantasías, éstas, son personales, así que también es un álbum más personal. Además, deja claro que es un disco que celebra la vida. Y lo más curioso: el título es un homenaje a Terminator.

    Una de las grandes bazas de este trabajo es el uso que hace de las cajas de ritmos. Ahí tenemos “You Can Do Anything”, que abre el álbum mostrándonos una faceta muy sucia de Welsh. Y en parte es por esa caja de ritmos que se adentra que en sonidos jungle de una forma un tanto lo-fi. Lo bueno es que le da un toque pop que convierte la canción el algo realmente alucinante. Un sonido más animado, y prácticamente bailable, que también se deja ver “That’s What We Needed”, toda una joya en la que vuelve a emocionar tirando de mundos más melódicos y pop. Y es que, el mismo dice que estamos ante un trabajo de pop. Algo que, tras escuchar maravillas como “Fooled Again” o “Best Laid Plans”, resulta más que evidente. Y si nos vamos a “Before The Moon Was Full”, ya es cristalino.

    Creo que no me equivoco si digo que este el trabajo de la carrera en solitario de Devon Welsh en el que más se acerca a lo que hacia con Majical Cloudz. Solo hay que escuchar un tema como “Stranger”, que vuelve a centrarse en esa melancolía sintética tan emocionante que hizo del dúo canadiense algo especial. O esa preciosa “Heaven Deserves You” bañada en unos sintetizadores de lo más épicos. Además de ese lado más introspectivo y oscuro que aparece en cortes como “Face To Face” y “Brother”. Pero, hasta en este tipo de canciones, se pueden apreciar las ganas de hacer algo más directo y pop. La prueba la tenemos en “Alone”, el tema que cierra el álbum empapándonos de esa melancolía tan intensa que nos produce su voz.

    Allie X – Girl With No Face

    Sinceramente, no supe de la existencia de Allie X hasta hace unas semanas. Y es que, a pesar de que sus anteriores trabajos han tenido bastante éxito, y de que ha colaborado con artistas como Troye Sivan o Mitski, nunca ha estado en mi radar. Quizá, porque el pop un poco arty que aparecía en esos discos no es mi rollo. Pero todo ha cambiado con su nuevo álbum, ya que Alexandra Hugues, que es la persona que se esconde detrás de ese nombre, se ha lanzado a componer una colección de canciones en la que se va directa al pop electrónico de los ochenta. Y ya sabéis que ese rollo sí que me va.

    Girl With No Face’ es el primer trabajo que produce íntegramente la propia Allie X. Hugues sufre una enfermedad autoinmune que, con la pandemia, la obligó a estar más tiempo recluida en casa. Ahí fue donde empezó a trabajar en estas canciones que ella misma dice que puede que estén pasadas de moda, pero también comenta que le da igual, porque es el estilo de música que más disfruta en este momento. Y lo cierto es que el cambio respecto a sus anteriores trabajos resulta sorprendente. No porque haya hecho algo innovador, todo lo contrario, esto es un pastiche de los sonidos de los ochenta. Pero lo cierto es que le ha quedado bastante bien. Además, es un disco muy entretenido.

    Viendo esa portada, uno puede llegar a pensar que estamos ante una cosa más gótica y dark. Y algo de eso hay. Sobre todo, en como suenan las guitarras de temas como “Weird World” y “Staying Power”. Pero claro, esto lo fusiona con unas bases de lo más bailables y luminosas. Especialmente en la primera, que es un hit en toda regla. Aunque puede que el tema más oscuro sea el principal. Ahí también aparecen unas guitarras algo sucias, pero, además, baja un poco la velocidad y le pone un poco más intensidad a su voz. Es algo así como si Kate Bush se hubiera hecho gótica. Y luego tenemos un baladón como “Saddest Smile”, al que no le vendría mal un vídeo con mucha gente vestida de negro y rodeada por una niebla de lo más espesa.

    Entre muchas de las influencias de este disco, encontramos a artistas como Depeche Mode, The Human League, o Madonna. Y de esa mezcla surge una canción como “Off With Her Tits”, donde aparece un lado muy pop, pero también un sonido electrónico más metálico que se acerca bastante a los Depeche de mediados de los 80. Algo que también ocurre con “Black Eye”, la que, probablemente, es la mejor canción del disco. Y es que, menudo pedazo de estribillo tiene. Sin embargo, si nos vamos a un tema como “John and Jonathan”, vemos que el synth-pop empieza a coger bastante más protagonismo. Y “Gallina” es puro pop sintético de los ochenta. Una canción que podría pertenecer a Madonna, Taylor Dayne, o Bananarama. Aunque es más inquietante “You Slept On Me”, donde fusila sin pudor el “Maniac” de Michael Sembello. Y la verdad es que le ha quedado bien.