Blonde Redhead – Sit Down For Dinner
Han pasado nueve años del último álbum de Blonde Redhead, pero esto no significa que la banda neoyorquina haya estado parada todo este tiempo. Aparte de alguna gira que otra, Kazu Makino publicó su primer trabajo en solitario en 2019. Además, han tenido un éxito viral algo extraño que ha llevado a que una de las canciones más absurdas de su carrera a contar con 75 millones de reproducciones en Spotify. Y luego hay que contar con los cinco años que llevan preparando las canciones este ‘Sit Down For Dinner’, el cual han grabado en varias localidades de Nueva York y en La Toscana italiana. Así que muy parados no han estado.
Buena parte de la inspiración para crear estas canciones viene de ‘The Year of Magical Thinking’, una especie de meditación de la escritora Julie Didion acerca del fatal ataque al corazón que sufrió su marido en la mesa del comedor una noche que se disponía a cenar. Makino se obsesionó con ese ensayo hasta tal punto que terminó poniendo ese titulo al disco. Que, la verdad, es un poco macabro. Pero, lo más increíble de esto, es que, probablemente, estemos ante la colección de canciones más directa y acogedora de la carrera de Blonde Redhead.
Al igual que la mayoría de sus trabajos hasta la fecha, ‘Sit Down For Dinner’ es de lo más variado. Quizá, por eso, siempre se les pone delante la etiqueta de art-pop o art-rock, pero la verdad es que yo, aquí, me encuentro con una gran cantidad de temas de lo más asequibles. Empezando por ‘Snowman’, el delicado y ensoñador corte que abre el álbum, donde se van a una especie de folk electrónico de lo más interesante. O esa “Not For Me” en la que fusionan el folk con un pequeño toque dream-pop. Algo de lo que también dan buena cuenta en “If”. Y funciona a la perfección. Además de “I Thought You Should Know”, una balada épica que es una auténtica maravilla.
Como es de esperar viniendo de Blonde Redhead, también hay una parte del disco un poco más esquiva. Pero lo cierto es que, incluso aquí, están más directos. Ahí tenemos el pop electrónico dramático y épico de “Kiss Her Kiss Her”. Una electrónica que protagoniza las dos partes del tema principal del disco. Aunque sí es cierto que son muy diferentes, porque la primera es reposada y etérea, y la segunda es mucho más pop y bailable. O el art-rock que aparece en “Melody Experiment”, una canción que, a pesar de tener una estructura extraña, cuenta con una melodía de lo más pegadiza. Aunque también es cierto que, en algún momento, se van por las ramas. Como en “Via Savona”, el extenso, y casi instrumental, tema que cierra el álbum.
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