Frankie Cosmos – Vessel

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Es imposible no querer a Greta Kline y no hacerse seguidor de su música. Con Frankie Cosmos, la artista neoyorquina ha dado muestras de sobra de que, cuando se trata de indie-pop, siempre hay que contar con ella. Su facilidad para crear pegadizos himnos poperos es asombrosa y, con poco más de veinte años, ya cuenta con una carrera sólida. Algo normal, teniendo en cuenta que cuando era una adolescente ya contaba con más de 50 canciones en su bandcamp. Obviando esta parte de su carrera, estamos ante el que es su tercer largo, y el más sólido hasta la fecha. Se nota bastante que ha sido un disco creado junto al resto de su banda, y las canciones están más maduradas. Pero no os asustéis, sigue contando con su encanto lo-fi.

Se supone que “Vessel” es su disco dedicado al amor, pero lo cierto es que no hace mucho que lo dejó con su novio (el líder de Porches). Afortunadamente, no estamos ante un disco de ruptura, ya que, buena parte del mismo, está escrito antes de esa ruptura. Lo que aquí tenemos son 18 canciones irresistibles, en las que, la delicada voz de Kline, se adentra en un mar de melodías, algún arrebato acelerado, casi punk, teclados juguetones y guitarras distorsionadas. Lo bueno es que, ahora, sus canciones, están mejor construidas. Y ojo que, por primera vez, algunas de ellas sobrepasan los tres minutos. Algo que le viene muy bien, como bien muestran ‘Caramelize’ y ‘Cafeteria’, que son de las mejores canciones del disco. Sobre todo la primera, que abre el álbum de una forma inmejorable. Esto también le viene bien a sus clásicos temas de poco más de dos minutos; esos en los que va al grano desde el principio. Solo hay que escuchar ‘Apathy’, ‘Jesse’ y ‘Being Alive’, que son los tres singles del disco, para darse cuenta de que ahora suena más compacta y madura que nunca, pero igual de entretenida.

La madurez que sobrevuela todo el disco no le ha hecho perder frescura, y muchas de las canciones del disco siguen teniendo esa especie de encanto de principiante que siempre ha rodeado su música. Temas tan directos como ‘Accommodate’, ‘Bus Bus Train Train’ o ese maravillo dúo llamado ‘Ballad of R & J’, derrochan energía y buen rollo por todos los lados. Y ojo, porque en cortes más tranquilos, como es el caso de ‘Duet’ o ‘I’m Fried’, también está de lo más acertada.

Entretenido, fresco, lleno de himnos pop…Poco más se le puede pedir a “Vessel”, el que ya es el mejor trabajo de Frankie Cosmos.

8,1

Unknown Mortal Orchestra – Sex & Food

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Tengo que reconocer que llevo unos días dándole vueltas a este disco, y todavía no sé muy bien qué pensar de él. Por un lado, cuando escuché el primer single, no me gustó nada. Principalmente, porque ese sonido sucio no me cuadraba para nada con su anterior trabajo, en el que tiraba del funk y el soul. Dos estilos que, a la postre, siguen siendo protagonistas en este nuevo álbum, en el que también mete algo de rock, disco y psicodelia. Todo envuelto en una capa de baja fidelidad que recuerda un poco al sonido de sus primeros trabajos.

Los discos de Unknown Mortal Orchestra suelen girar en torno una misma temática, y este no es una excepción. Además, lo deja bien claro con el título, porque aquí lo que encontramos son canciones que hablan de sexo y comida. Lo que, según el mismo, son dos de las cosas más placenteras de la vida de una persona. Ruban Nielsen utiliza estos dos temas para hacer una radiografía del consumismo en el que estamos inmersos, y en cómo nos está afectando esta fiebre absurda que nos lleva a consumir sin necesidad alguna.

Si obviamos la corta intro que abre el disco, podríamos decir que “Sex & Food” empieza de la forma más potente posible. Porque, la primera canción como tal, es esa ‘American Guilt’ que eligió como primer single y, que como he dicho un poco más arriba, al principio no me gustó nada. Al final me ha terminado entrando, porque hay que reconocer que, ese riff tan cerdo, tiene su punto, pero no se va a convertir en una de mis canciones favoritas. Al igual que tampoco lo va a ser ‘Major League Chemicals’, la otra canción en la que vuelve a sacar a pasear las guitarras más sucias. Aunque, aquí, también le da protagonismo a un Hammond que mola bastante y suaviza un poco la canción.

En parte, el salto de popularidad que dio con su anterior trabajo, fue por culpa de los sonidos funk y soul, y de una mejoría en la calidad de sonido, así que sería absurdo no repetir la fórmula por la que tantos elogios recibió. Y la verdad es que acierta de pleno, porque temas como ‘Everyone Acts Crazy Nowadays’, ‘How Many Zeros’ o ‘Hunnybee’, que se centran en esos sonidos, son estupendos. Al igual que algunas de las baladas, como es el caso ‘If You’re Going to Break Yourself’ y ‘Ministry of Alienation’, que también son notables.

A pesar de que nos engañó con el primer single, no estamos ante el disco rock de Unknown Mortal Orchestra, y sí ante una continuación lógica de su anterior trabajo, en la que explora un poco con otros sonidos.

7,7

Caroline Says – No Fool Like an Old Fool

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Ponerse de nombre artístico una canción de Lou Reed es una gran jugada para todos los que somos seguidores de la carrera del neoyorquino. Otra cosa es que luego la música de este artista tenga algo que ver con la del mítico líder de la Velvet, que no es el caso que nos ocupa hoy. La propuesta de Caroline Sallee, una chica de Austin que se esconde bajo el nombre de Caroline Says, tira hacia a otro lado. Aunque si es cierto que le va la faceta intimista que tenía esa canción, pero lo suyo es algo más introspectivo y ensoñador. Además, le gusta jugar con la electrónica y adentrarse en mundos un tanto psicodélicos.

No Fool Like an Old Fool” es su segundo trabajo, y en él ha ampliado sus horizontes musicales más allá del surf-pop que copaba buena parte de su debut. Un disco que, por cierto, se llamaba “50,000,000 Elvis Fans Can’t Be Wrong”, como una de las recopilaciones más famosas del Rey del Rock. El caso es que, en este segundo trabajo, le ha pillado el punto a la electrónica minimalista y algo psicodélica, en la que se acerca bastante a la música de Broadcast. Tanto ‘Sweet Home Alabama’ (otro nombre de canción mítico), como ‘Rip Off’, beben directamente de las influencias de la banda británica. Pero también sabe ponerse un poco más ensoñadora y utilizar las cajas de ritmos para entregarnos un delicado y bonito tema llamado ‘A Good Thief Steals Clean’.

El mundo del pop de guitarras también está presente en este trabajo. Es el caso de ‘Mea Culpa’, una bonita canción en la que las guitarras cristalinas y las melodías dulces se llevan el protagonismo. Pero también sabe ponerse un poco más oscura, y fusionar con bastante habilidad kraut e indie-pop en ‘Cool Jerk’. Además de acercarse a los ritmos bossa y hacer una canción tan veraniega como ‘I Tried’. Lo que ya no me parece tan interesante son canciones como ‘Black Hole’ y ‘Lone Star Tall Boy’, en las que se deja llevar por el mundo de la guitarra acústica y termina aburriendo un poco.

No Fool Like an Old Fool” es un bonito disco, algo ecléctico y bastante interesante. Además, confirma a esta chica norteamericana como una de las artistas a las que no hay que perder de vista.

7,6

Caroline Rose – Loner

Caroline Rose / Preview

Si os metéis en el perfil de Spotify de Caroline Rose, veréis que alguna canción suya está incluida una lista que se llama “Women of Pop”, donde comparte espacio con artistas femeninas como Demi Lovato, Ariadna Grande o las mismísimas Spice Girls. Pero no, no os asustéis, tan solo una muestra más de lo mal que hacen las recopilaciones en la famosa plataforma de streaming sueca. La música de esta neoyorquina tiene muy poco que ver con esas artistas. Y sí, hace pop, pero es un pop muy diferente. Además, no le tiene miedo a meterse de lleno en terrenos mucho menos fáciles para el consumidor medio de música.

Loner” es su segundo trabajo, y en él ha dado un cambio radical de sonido respecto a su álbum de debut, en el que tiraba hacia el folk y la americana –de ahí que también aparezca en otra lista llamada “Women of Folk”-. Estamos ante un disco con claras letras feministas, mucho sentido del humor, y mucha ironía. Según ella misma, ha querido hacer un trabajo inspirado en la música de Justin Timberlake, Britney Spears y el punk de los setenta, y la verdad es que ha conseguido algo así. Yo diría que, en algunos momentos, es como una Carly Rae Jepsen guitarrera. Es el caso de ‘More of the Same’, ‘Cry!’ o ‘Soul No. 5’, que son tres hits tremendos. Pero no se queda en ese rollo, y en el disco podemos encontrar muchas cosas diferentes. Ahí está ‘Jeannie Becomes a Mom’, en la que se va hacia el soul setentero de tintes lo-fi, o ‘Money’ que, si te dicen que es una canción de los Yeah Yeah Yeahs, te lo crees.

Otra prueba más de que no estamos ante una artista que se vaya a lo fácil, es ‘To Die Today’, un tema electrónico, más o menos oscuro, en el que se acerca al trip-hop. Y si nos vamos a ‘Bikini’, nos encontramos con un corte sucio en el que un órgano se convierte en el gran protagonista. De hecho, lo es en buena parte del álbum.

Me ha gustado la propuesta de Caroline Rose y su forma de ver el pop. Por supuesto, no es la primera que trata de fusionar el pop más comercial con otros estilos de música, pero a ella le ha quedado muy bien, y este álbum es todo un soplo de aire fresco en el mundillo musical que vivimos.

7,8

Sonny Smith – Rod For Your Love

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Sonny Smith es uno de los artistas norteamericanos actuales con más talento. Tanto en su carrera en solitario, como con Sonny and the Sunsets, nos ha dejado una buena colección de canciones, pero su preferencia por el mundo del lo-fi, ha lastrado algunos de esos temas. Por eso, es una gran noticia que ahora vuelva con un disco bien producido –nada más y nada menos que por Dan Auerbach de los Black Keys-, en el que saca a relucir su faceta más melódica, con la que nos entrega su mejor colección de canciones hasta la fecha.

Rod For Your Love” es un disco bastante más alegre de lo habitual, y no lo digo yo, lo dice el propio Smith, que define este trabajo como un “a fun, guitar-driven record”. Algo que resulta de lo más evidente con tan solo una escucha y nada más empezar el álbum. Y es que, hacía años que no nos dejaba una canción tan deliciosa como ‘Pictures of You’, todo un himno pop absolutamente irresistible. Y lo mejor es que no es el único tema directo y pegadizo, porque ‘Adventures’ es incluso mejor y un hit en toda regla. Y aunque ‘Slaves’ no termine de despegar del todo, también es un gran tema de lo más contagioso. Al igual que ‘Live, Love and Be Free’, esa canción en la que le dice a su hijo que “sea libre y que, aunque la vida sea oscura, en esa oscuridad encontrará la luz”. Una frase que da bastantes pistas de lo feliz que está últimamente el de San Francisco.

Una de las cosas que ya sabes de antemano cuando te pones a escuchar un disco de Sonny Smith, es que te vas a encontrar un trabajo con un sonido muy americano. Aquí no estamos ante una excepción, y en él podemos retroceder en el tiempo hasta la década de los cincuenta, y encontrarnos con temas que recuerdan al rock de aquella época, como ‘Lost’ y ‘Refugees’, o meternos de lleno en la fusión de rock y soul que se practicaba a finales de los sesenta y principios de los setenta. Y ojo, porque esto se la da muy bien, y es capaz de hacer un baladón como ‘Burnin’Up’, en el que, por cierto, podemos escuchar los coros de Angel Olsen, o un tema más juguetón, como es el caso de ‘Bores Me to Tears’.

Diez canciones, media hora de duración, grandes estribillos, buenas melodías, un sonido excelente…Sonny Smith se ha marcado un buen tanto con su nuevo trabajo, y si el mundo de la música fuera justo, este disco sería todo un éxito.

8

Recomendaciones en Streaming: Perapertú – Miramar

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Siempre me ha gustado el pop oscuro, y es fácil que, cuando un grupo lo practica, éste cuente con mi atención. No sé si será porque, cuando era niño, viví toda la oleada de bandas madrileñas que tiraban de este rollo a principio de los ochenta. La cual, por otro lado, era difícil de evitar, porque era normal ver a estos grupos en la tele casi todos los días. Y cada vez tengo más claro que es algo que, inconscientemente, se ha quedado en los miembros de los grupos de la capital, que constantemente vuelven a esos sonidos. Incluso una banda como Perapertú, que cuenta con una formación que casi parece la ONU, pero que están afincados en Madrid, tienen esa influencia. Aunque, para ser justos, hay que decir que, la suya, es una propuesta mucho más ecléctica.

Miramar” es álbum de debut tras dos Eps que les pusieron en el mapa, y en él encontramos un viaje musical de lo más variado en el que no tienen ningún problema en salirse de la norma. Es cierto que empieza con ‘Cézanne’ y ‘En Dakar’, dos sobresalientes cortes de pop oscuro donde dan bastante protagonismo a los teclados. Con ellos, sacan unas melodías absolutamente increíbles, pero, aunque siguen muy presentes en el resto del disco, a partir de la tercera canción, la cosa cambia un poco. Así, sin ningún tipo de complejo, en ‘Pomo de Oro’, se van a una especie de post-punk acelerado y potente; en el tema que da título al disco, se sacan de la manga algo que podríamos calificar de synth-pop caribeño, y en ‘Ínsula Barataria’ tiran hacia sonidos más afro. Y lo mejor de todo esto, es que todas resultan de lo más interesantes. Eso sí, es en la intensa ‘Dibújalo antes’, la cual, personalmente, me recuerda un poco a los Radio Futura de los primeros años, y el pop preciosista de ‘Curare’, donde mejores resultados obtienen. Y no me olvido de ‘Amor de Java’, toda una delicia, en la que, incluso, se atreven con un saxo y un piano de lo más jazzy.

Perapertú han sacado un debut notable, en el que demuestran que no le tienen miedo al riesgo, y en el que, de unas influencias muy variadas, sacan algo realmente interesante.

8

Air Formation – Near Miss

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Hasta hace un rato, estaba convencido de que ya había puesto algo de Air Formation en el blog, pero veo que dejaron de editar discos en 2010, así que, si puse algo, fue en la primera etapa. Y es que, a lo tonto, y cambiando un poco de tema, este blog ya ha cumplido más de una década. Lo malo, es que, muchos de esos años, son irrecuperables. Pero bueno, vamos a lo que nos toca hoy, que no es otra cosa que el shoegaze de manual que hacen los británicos Air Formation.

Este grupo de Brighton nació a finales de los noventa con la idea de seguir las directrices de bandas como Slowdive, Spacemen 3 o The Jesus and Mary Chain, y durante unos cuantos años consiguieron hacerse un hueco en la escena shoegaze de su país. En 2010 se tomaron un descanso, y no volvieron hasta 2015 con “Were We Ever Here”, un Ep que contó con cierta repercusión. Ahora, tres años después, editan el que es su quinto álbum, y nos recuerdan lo mucho que nos gusta el shoegaze bien hecho.

Near Miss” es un disco que no sorprenda por su originalidad, ya que no hay nada que no hayamos escuchado con anterioridad una buena cantidad de veces, pero sí lo hace por sus canciones y por el buen sonido que le han sacado. No obstante, está producido por Pat Collier, todo un experto que ha estado a los mandos de algunos discos de The House of Love, Primal Scream y The Jesus and Mary Chain. Como os podréis imaginar, estamos ante un trabajo en el que las guitarras con feedback, los paisajes de teclados, y las voces suaves están a la orden del día. Todo un manual de cómo hacer shoegaze, que tienes sus mejores momentos en los dos temas que abren el álbum. Tanto ‘Near Miss’, como ‘Vanishing Act’, son dos potentes cortes de lo más melódicos, en los que las guitarras rugen sin compasión y con fuerza. Algo que también sucede en la también notable ‘A.M.’, que es puro Ride, y en la más reposada, pero igual de contundente, ‘Formation 4’.

Cuando se van hacia mundos más ensoñadores, también saben muy bien lo que se hacen. Lo demuestran en la épica ‘God Let Me Down’, y en los más de diez minutos de ‘Clouds of Orion’, en la que se acercan al post-rock. Pero es en ‘Night Chimes’ donde obtienen mejores resultados. Aquí, se van al mundo del dream-pop, sacándose de la manga un precioso tema que nos recuerda a las mejores bandas del género.

Si eres de los que te gusta el shoegaze de toda la vida, estas ante tu disco soñado, y si no, puedes intentarlo, porque es posible que te lleves una sorpresa.

7,7

The Decemberists – I’ll Be Your Girl

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The Decemberists necesitaban urgentemente un cambio de sonido que los sacara de ese estancamiento en el que llevaban metidos varios años. Su anterior trabajo no estaba mal, pero sí es cierto que terminaba empachando un poco por su larga duración y por reincidir en los mismos sonidos de siempre. Por eso me pareció una buena noticia cuando, hace unos meses, anunciaron un nuevo álbum influenciado por la electrónica de New Order y Depeche Mode, y nos dejaron un primer single bastante molón. Pero claro, como pasa siempre, al final, el cambio no es tan radical y solo se basa en unos pequeños matices electrónicos y meter alguna que otra locura de vez en cuando. Aunque, eso sí, con tan solo eso, han conseguido que vuelva a prestar atención a su música.

Estos pequeños cambios se aprecian más en la primera parte de “I’ll Be Your Girl”, la cual es la más interesante. De hecho, la mejor canción del disco, es la que lo abre. ‘Once in My Life’ es un pedazo de baladón electrónico, con un bajo de lo más New Order y un sonido sintético cercano al que conseguían The Human League cuando se ponían más melosos. Esto, unido a la melancólica voz de Colin Meloy, y el atino con el que cuenta para dar con una buena melodía, hace de esta canción una de las mejores de su carrera. Siguen muy arriba con ‘Cutting Stone’, otro corte en el que los teclados y los ritmos electrónicos se ponen al servicio de su melancolía. Tras ellas, llega ‘Severed’, ese single oscuro, casi kraut, que tan buen sabor de boca nos dejó hace unas semanas. A partir de aquí, los The Decemberists de toda la vida empiezan a tener más presencia, y las irregularidades empiezan a aparecer. Sus ingredientes de siempre les funcionan en ‘Starwatcher’, una de sus típicas canciones con ritmo militar, que resulta interesante porque emplean una caja de ritmos. Al igual que ‘Your Ghost’, que sigue el camino de un tema como ‘The Infanta’, pero desde una perspectiva más juguetona –esos coros, y esos órganos tan progresivos, le dan un rollo de lo más atractivo-. Sin embargo, una balada como ‘Tripping Along’ aburre, y los ocho minutos de ‘Rusalka, Rusalka / The Wild Rushes’ se hacen pesadísimos.

A pesar de que, buena parte de sus letras siguen reflejando las miserias del mundo, hay algunos cortes que cuentan con un tono más festivo. Es el caso de ‘Everything Is Awful’, un corte de lo más directo y pegadizo, que acaba en una toda una tormenta de guitarras distorsionadas. Algo que no es propio de su sonido. Pero más sorprendente resulta el tono glam y sucio, el cual suavizan con unos coros infantiles, en la gamberra ‘We All Die Young’, que tiene su gracia.

Nunca está de más un cambio de aires, y este “I’ll Be Your Girl’ es una buena prueba de ello.

7,7

Preoccupations – New Material

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Tengo que reconocer que, la fusión de oscuridad, rock, electrónica y claustrofobia que practican Preoccupations, tiene algo que me fascina. El hecho de buscar caminos distintos que el resto de sus compañeros que se centran en el mundo del rock más oscuro, ya me parece un punto a su favor, pero es que, además, con esa experimentación, logran resultados de lo más llamativos. Como ya pudimos comprobar con su anterior trabajo, el primero como Preoccupations, el cambio de nombre no afectó para nada a su sonido y sus buenos resultados. Algo que resulta más evidente en este nuevo álbum.

New Material” (no se han comido mucho la cabeza con el título del álbum) es otro disco crudo y un tanto esquivo. La suya es una música creada para epatar al oyente, y resulta casi imposible que produzca indiferencia. Sí es cierto que tienen una pequeña parte más melódica, que en este álbum está representada por canciones como ‘Descompose’, ‘Disarray’ y ‘Solace’, las cuales son maravillosas. Pero es cierto que, a pesar de contar con un estribillo más facilón, o una buena melodía de guitarra, no dejan de sonar crudos y oscuros. Aunque nada comparado con esa ‘Espionage’ tan Joy Division, en la que dan bastante protagonismo a las cajas de ritmos y a los teclados. O ‘Antidote’, donde juegan con la percusión y hacen algo así como una canción “dark” de ritmos tribales. Y si ya nos vamos a ‘Compliance’, nos encontramos con un corte misterioso en el que triunfan con una electrónica de lo más sucia.

Una cosa que me ha sorprendido de este trabajo, es lo bien que les han quedado las baladas. Tanto ‘Manipulation’ como ‘Doubt’ resultan emocionantes. Aunque sí es cierto que en la segunda obtienen mejores resultados. Más que nada porque se meten de lleno en el mundo del synth-pop oscuro, y vuelven a recordar al mítico grupo de Manchester.

Preoccupations siguen a lo suyo, y hacen bien, porque su propuesta es de lo mejor que se puede encontrar en el mundo del rock actual.

7,9

Vundabar – Smell Smoke

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Últimamente me cansan un poco los grupos de indie-rock masculinos, y tanto guitarrero y tanta testosterona me aburre un poco, pero, de vez en cuando, sale alguno que me sorprende. Es el caso de Vundabar, un trío de Boston que ya va por su tercer trabajo, el cual les está reportando muy buenas críticas y dando a conocer fuera de su país. Y la verdad es que son totalmente justificadas, porque cuentan con varias canciones que tienen gancho y pegada. Aunque, eso sí, a medida que van pasando las canciones, se les va yendo un poco la cabeza, y el disco se convierte en una pequeña locura.

Smell Smoke” empieza a toda leche con ‘Acetone’, el primer single, y el corte más directo del álbum. Es una canción muy urgente, con una melodía muy pop, y un estribillo en el que su cantante se atreve con unos coros un tanto surferos. Siguen a tope con ‘Harvest’, un tema de rock pesado y contundente, en el que se ponen algo más oscuros. Pero, inmediatamente después, en ‘Tar Tongue’, bajan un poco el ritmo, y se dejan llevar por el pasotismo de Pavement. Algo lo que vuelven más tarde en cortes como ‘Diver’ y ‘A Man Loses a Hat’, dos cortes que no están nada mal. Aunque sí es cierto que prefiero su faceta más contundente, como la que muestran en ‘Tonight I’m Wearing Silk’, una de esas canciones que empieza directamente con su estribillo, el cual es redondo y de lo más pegadizo.

No están muy acertados cuando se van hacia otros caminos, como es el caso de los seis minutos de ‘$$$’ que, a pesar de su arrebato final, se hacen de lo más pesados. Y ese rock a lo Jack White de ‘No People to Person’ tampoco me termina de convencer.

Potente, algo sucio, pegadizo…el tercer álbum de Vundabar es un notable disco de indie-rock en el que nos difícil adentrarse.

7,6