The Rentals – Q36

Matt Sharp resucita a The Rentals cuando le viene bien. El músico norteamericano no cuenta con el calendario típico de un artista, y lo de disco-gira-disco, no va mucho con él. Así que solo compone canciones cuando tiene una idea que le gusta. Aunque, en este caso, fue una norma que se impuso. Según él mismo, estaba harto de hablar de sus experiencias personales y compuso hasta 50 canciones que no tenían nada que ver con su vida. Además, en ese tiempo, terminó encontrando una temática común: el espacio.
‘Q36’ es el cuarto trabajo de The Rentals, pero en realidad es un disco a pachas con Nick Zinner, el guitarrista de Yeah Yeah Yeahs. Los dos trabajaron las canciones en sus respectivos estudios caseros, y cuando las tuvieron terminadas, se las pasaron a Dave Fridmann para que las mezclara. Por cierto, que este último se unió al proyecto cuando se enteró que la temática era el espacio. Y la verdad, es que, para ser un disco de The Rentals, cuenta con un sonido un poco más sucio de lo habitual. Algo que supongo que se deberá a la influencia de Zinner. Lo que no sé es si es del todo acertado, porque se echa un poco de menos ese lado más pop de Sharp. Un lado que aquí apenas aparece en la estupenda “Spaceships” y en la acelerada “Great Big Blue”, que son las pocas canciones que cuentan con sus típicos coros femeninos.
A pesar de esa suciedad que impregna casi todo el disco, no cuenta con un mal comienzo. Tanto “Shake Your Diamons” como “Nowhere Girl” son notables, y nos devuelven al Matt Sharp más melódico. Sobre todo la segunda, que es todo un hit. Pero, de repente, descoloca con “9th Configuration”, una balada acústica de seis minutos que, a mí, me ha recordado a los Suede más introvertidos. Es más, esa que casi parece que está cantando Brett Anderson. Quizá, esto viene de la influencia que hay de Bowie en parte del disco, y que se puede ver perfectamente en la muy glam “Forgotten Astronaut”, o en la épica “Elon Musk Is Making Me Sad”. Pero ojo, que Zinner también hay impuesto algo de su sonido en el disco. Ahí está la estupenda “Invasion Night”, que juega con esa intensidad que suelen tener los Yeah Yeah Yeahs. Es más, me puedo imaginar perfectamente a Karen O cantando el estribillo.
Estamos ante un disco que al principio descoloca un poco por su sonido, pero, tras unas pocas escuchas, se le termina pillando el punto. Además, creo que es superior a su anterior trabajo, aquél irregular ‘Lost In Alphaville’ de 2014.
7,3
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