Whitney – Forever Turned Around
Aunque parezca algo curioso, hoy es el día de Whitney en Chicago. Y es que, el alcalde de esta ciudad, ha decidido concederles ese honor en el día que editan su segundo trabajo (¿os imagináis a Martínez-Almeida proclamando el día de Los Punsetes o Carolina Durante? Yo no, desde luego). Esto da una idea de, hasta qué punto, es querido el dúo en su ciudad. Pero también fuera de ella, porque, desde la separación de Smith Westerns, Max Kakacek y Julien Ehrlich han logrado un nivel de popularidad que jamás tuvieron con la banda madre. Por eso estamos ante uno de los discos más esperados del año.
“Forever Turned Around” reincide en esa especie de folk indie con tintes de soul que inundaba su debut. De hecho, tienen bastante claro cuáles son influencias y la época concreta que quieren recrear. The Carpenters, Neil Young, Love, The Byrds, Simon and Garfunkel…Su música nos lleva directamente al desencanto de finales de los sesenta, pero con bastante más optimismo y luminosidad. Musicalmente, porque las letras siguen centradas en la soledad y en las rupturas sentimentales.
Una de las cosas que más me gustan de Whitney, es el uso de las trompetas, y como estás se llevan buena parte del protagonismo del álbum. Lo hacen desde el principio del álbum, con la delicada ‘Giving Up’, y con ‘Used To Be Lonely’, la cual guarda un cierto parecido con el mayor éxito de Albert Hammond (padre). Y es que, el dúo de Chicago, cuenta con una cualidad importante. Su música, suena absolutamente reconocible, pero a la vez, también cuenta con un buen chorro de frescura. Por eso nos resulta tan fácil escuchar canciones como ‘Before I Know It’ o ‘Song For Try’, en las que se acercan a ese soul blanco que tanto furor causó a finales de los sesenta. Algo que también hacen en la estupenda ‘My Life Alone’, donde se ponen un poco más épicos. Además, también saben llevar muy bien los medios tiempos, y al final del disco, nos entregan ‘Day & Night’ y ‘Forever Turned Around’, dos pequeñas joyas a las que es imposible resistirse.
No solo es que Whitney no hayan perdido ni un ápice del talento que mostraban en su debut, es que, incluso, han perfeccionado un poco más sonido (la producción de Jonathan Rado de Foxygen es una delicia), y han logrado dar con una colección de canciones un poco más redonda. Eso sí, a ver si no vuelven a tardar cuatro años en sacar otro disco.
7,9
Debe estar conectado para enviar un comentario.