Pearls – Pretend You’re Mine

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Pearls vienen de Australia, concretamente de Melbourne, pero su música tiene muy poco que ver con la que se hace en esa parte del mundo. Este trío se decanta más el glam-rock, el dream-pop, y la new-wave. Y no lo digo yo, lo dicen ellos mismos, que nombran a David Bowie, Roxy Music o Blondie como sus mayores influencias. Es más, aseguran que les hubiera encantado vivir el Nueva York de los primeros setenta y ser coetáneos de artistas como Patti Smith, Television o Talking Heads. En cualquier caso, en su debut, recrean muy bien aquella época y otras más, ya que es un trabajo un tanto ecléctico.

Pretend You’re Mind se publicó en febrero, pero un servidor no lo ha catado hasta hace unos días, que fue cuando me topé con Me & My Girl. Este tema, que empieza como un corte cercano a la new-wave ochentera, y acaba como una canción de The Fresh & Onlys, es una de las joyas del disco. Y es que, se les da muy bien acercarse a los ochenta, y lo demuestran en esta canción, y en esa especie de When Doves Cry pasado por el filtro del dream-pop que es STTH. Toda una delicia que los emparenta con los mejores grupos actuales del género. Otras buenas muestras de esto son Albion, en la que dejan clara su pasión por Twin Peaks, y Part Timer, en la que se acercan un poco más al pop oscuro, y logran un estupendo resultado.

Como ya he dicho más arriba, es un trabajo muy ecléctico, y el glam-rock está muy presente. Además, nada más empezar, con esa Big Shot que es puro 70s. Eso sí, siempre pasado por un pequeño filtro electrónico. Aunque si hablamos de glam-rock, hay que mencionar el tema que da título al álbum, y lo cierra. En ella se acercan a los mejores The Dandy Warhols –sí, en sus primeros trabajos tenían cosas muy chulas-, y van un paso más allá fijándose en las mejores bandas del género (New York Dolls es otra de sus mayores influencias). Pero hay más cosas interesantes, y más estilos diferentes. Ahí está Baby, en la que deciden que no hay nada como el indie-pop para llegar al corazón del oyente. O Dirty Water, donde prefieren sacar a paseo las guitarras shoegaze. En la primera aciertan de pleno, en la segunda no tanto.

Pearls no hacen nada nuevo, y sus influencias son demasiado evidentes, pero lo que hacen lo hacen bien.

7,4

Martin Courtney – Many Moons

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Alex Bleeker tiene a sus Freaks, Matt Mondanile a Ducktails, y Martin Courtney se tiene a sí mismo. Los miembros de Real Estate son de culo inquieto, y parece que no tienen suficiente con todo el tiempo que emplean con su banda principal. Lo raro es que el último en debutar en solitario haya sido Courtney, que es el cantante principal del grupo. Aunque visto lo visto, es mejor que haya sido así. No es que su álbum de debut sea un truño, pero sí es cierto que no encontramos nada nuevo, ni nada mejor que lo que hace con Real Estate. Y mira, para eso haz otro disco con tu banda.

Si habéis escuchado alguna vez a Real Estate, ya sabréis por dónde van los tiros. Pop preciosista, delicado, con guitarras heredadas de The Byrds, y algo de psicodelia suave. Todo suena muy bien, muy bonito, y muy agradable, pero cuando no da con la tecla adecuada, aburre un poco. Es cierto que las primeras sensaciones son muy buenas, y uno escucha Awake y Foto, los dos temas que abren el disco, y se deja llevar por ese preciosismo que tiene su música. Lo malo es cuando el disco va avanzando, y vamos comprobando que ha hecho la misma canción diez veces. Ahí está el problema.

Dice Courtney que este álbum le ha servido para darse cuenta de su madurez, y refleja la vida familiar que tiene con su esposa y su hijo. Quizá por eso es un trabajo tan lineal, en el que apenas hay sobresaltos, y muy pocos momentos destacables. Vamos, como la vida misma. Eso sí, cuando da con todos los ingredientes correctos, es capaz de fabricar algún que otro himno de pop atemporal. Es el caso de Nothern Highway, que, con diferencia, es el mejor tema del álbum, y una de las canciones de 2015. Incluso el tema instrumental que le da título, es más interesante que muchos de los cortes del resto del disco. Más que nada, porque se sale un poco de la norma, y nos deja algo con más chicha.

No se puede decir que Many Moons sea un mal trabajo, suena impecable y todo está en su sitio, pero es un disco soso y que termina resultando aburrido.

6,6

Especial El Genio Equivocado

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No suelo hablar mucho de bandas españolas por aquí, pero si os habéis fijado un poquito, algún que otro disco del sello barcelonés El Genio Equivocado ha caído. Conozco a Rafa y Joan, sus fundadores, desde hace muchos años, y sé que lo que les motiva para seguir con un sello independiente en estos años tan difíciles, es su pasión por la música. Una pasión que les lleva a contratar y publicar a bandas noveles que necesitan ser escuchadas. Por supuesto, no pueden editar todo lo que quisieran, pero en estos casi seis años que llevan en activo, se han convertido en uno de los sellos más prolíficos de este país, y han sacado a la luz a bandas tan interesantes como Murciano Total, Cosmen Adelaida o Grushenka.

El próximo fin de semana celebran una fiesta en Madrid en la que actuarán algunas de las bandas del sello, dos días llenos de música y de multitud de estilos. Y es que, si algo caracteriza a El Genio Equivocado, es su variedad a la hora de contratar bandas. Algo que les hace todavía más interesantes. Por eso quiero recomendar a tres de los grupos que estarán en esta fiesta – aparte de Murciano Total y Cosmen Adelaida, de los que ya he hablado por aquí más de una vez-. Tres bandas que no tienen nada que ver entre sí, y que sirven de ejemplo perfecto de esa variedad de la que hablaba más arriba.

Ghost Transmission

Los valencianos Ghost Transmission debutaban hace unos meses con Apparitions, un trabajo en el que las guitarras y la distorsión son las grandes protagonistas. Ellos representan la cara más ruidosa del sello, con canciones que cercanas al noise y el shoegaze, pero siempre con una buena melodía presente. Se han llevado muchas comparaciones con The Raveonettes por el toque cincuentero que tienen cortes como Creep Me Out, Bring Your Flowers o Lucy’s Charms, que son estupendas, pero también saben sonar mucho más contundentes. Es el caso de Whore, el tema que abre el álbum como una apisonadora, o Apparition Of A Ghost, que lo cierra con una autentica tormenta de distorsión. Nueve canciones intensas que harán las delicias de los aficionados a las guitarras ruidosas y potentes.


Cómo Vivir En El Campo

Los madrileños Cómo Vivir En El Campo son un grupo inclasificable. Por sus canciones se pueden escuchar influencias del pop de los sesenta, el krautrock de los setenta, o el indie-rock de los noventa. Con estos ingredientes consiguen hacer un cocktail musical de lo más interesante, que tiene sus mejores momentos en CVEEC 2, su segundo trabajo, y el primero para El Genio Equivocado. Sus ocho canciones son un derroche de personalidad en el que encontramos maravillas como Perdido, que es la fusión perfecta entre krautrock y dream-pop, La Perla del Pacifico, en la que se acercan al pop español de los sesenta, o los doce minutos de Escándalo En La Autopista, donde dejan ver su admiración, tan evidente, por Yo La Tengo. Además, cuentan con uno de los mejores directos nacionales.


Hazte Lapón

Bossanova, noise, pop electrónico…Los eclécticos Hazte Lapón son el grupo perfecto para El Genio Equivocado. Desde que iniciaron su carrera en 2009, han llenado la escena madrileña de personalidad, y sus letras, en las que hay una fuerte dosis de humor e ironía, han conquistado a crítica y público. Este mismo viernes publican No Son Tu Marido, su segundo largo y el primero para el sello barcelonés. En el siguen con su fusión de estilos, y siguen hilando fino en unas letras que no tienen desperdicio. Como muestra está Odio, uno de los adelantos del disco, y una de las canciones nacionales de 2015. Toda la delicadeza instrumental de la canción se va al garete con la mala leche que se gastan en la letra. Algo así como si La Buena Vida se levantaran de mala hostia. Pero, como no podía ser menos, en No Son Tu Marido hay de todo un poco. No se cortan a la hora de sacar las guitarras y jugar a ser un grupo de indie-rock en Procrastinar, Mudanzas o Bartleby Enamorado, en la que fusionan de maravilla el chamber- pop con el noise. Y tampoco tienen ningún problema en tirar del pop electrónico, y acordarse de Magnetic Fields en El Rey de la Lluvia. Una delicia de álbum capaz de conquistar a cualquier persona.

Y de postre os dejo con la versión que acaban de estrenar Murciano Total de La Radio ha Muerto, un tema de Las Ruinas, el grupo más veterano del sello.

Viernes 30 (Moby Dick Club)

Ghost Transmission
El Lado Oscuro de la Broca
Cómo Vivir en el Campo
Las Ruinas

Man Pop dj

Sábado 31 (Sala CATS)

Murciano Total
Blacanova
Cosmen Adelaida
Hazte Lapón

Paula Quintana dj

Si quieres comprar la entrada sólo para el día 30 (Ghost Transmission, El Lado Oscuro de la Broca, Cómo Vivir en el Campo, Las Ruinas y Man Pop dj):
http://entradium.com/es/entradas/el-genio-equivocado-fest-viernes-30

Si quieres comprar la entrada sólo para el día 31 (Murciano Total, Blacanova, Cosmen Adelaida,Hazte Lapón y Paula Quintana dj)
http://entradium.com/es/entradas/el-genio-equivocado-fest-sabado-31

Line & Circle – Split Figure

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El termino indie-rock abarca tantas cosas y tantos estilos, que es casi imposible definirlo. Algunos apuestan por las guitarras más contundentes, otros por las más ruidosas, y otros por las más luminosas, pero siempre con un nexo en común: un buen estribillo y una buena melodía. Line & Circle es una joven banda de california, que bien podría entrar en el último grupo. Llevan tres años publicando deliciosos singles llenos de guitarras cristalinas y preciosas melodías, que los emparentan directamente con los R.E.M. de la época IRS, Buffalo Tom o Modern English. Bandas que entraban dentro del marco del rock, pero que el fondo tenían un corazón mucho más pop. Algo que también ocurre con este grupo de Los Angeles.

Split Figure es su álbum de debut, y para la producción contando con Lewis Pesacov, Jonathan Low y Brian McTear, tres de los mejores productores de nuestros días, que tienen en su haber discos de The National, Best Coast, o The War On Drugs, banda, por cierto, a la que han teloneado en varias ocasiones. Supongo que este trío tiene algo que ver con el excelente sonido, en el que se aprecian todos los matices, con el cuenta esta colección de canciones.

Si has seguido al grupo durante estos últimos años, no te vas a llevar muchas sorpresas con su Lp de debut. Casi es una recopilación de los singles que han ido sacando desde 2012, y hasta cinco canciones ya habían sido editadas con anterioridad. Pero si no los has seguido, como es mi caso, te vas a encontrar diez temas vibrantes, llenos de vitalidad, grandes melodías, y mejores estribillos. Además, se puede apreciar el pequeño cambio de sonido que han hecho desde su primer single al último. En Roman Ruins, que se editó allá por 2012, se puede apreciar un cierto toque más inglés, muy The Psychedelic Furs, que no se ve en el resto del álbum. La verdad es que, aunque les sienta muy bien, tampoco les hace falta. Les basta con recrear a su manera el mejor indie-rock de finales de los ochenta, y lo demuestran en temas tan buenos como Like a Statue, Mine Is Mine, Mesolithic, o Wounded Desire, que es puro R.E.M. Casualmente, estos son cuatro de los cinco singles previos del disco, pero también están que se salen en los temas nuevos. Buena prueba de ello es Complicated Heart, el tema más reposado del disco, en el que se dejan llevar por el indie-pop con cierto toque british. Una delicia.

Split Figure es uno de esos trabajos que no va a cambiar el mundo de la música, ni falta que hace, pero sí es uno de esos discos que te atrapan y te llenan de vitalidad. Sobre todo si eres un seguidor del buen pop y rock de guitarras. Además, tienen buen gusto, y han colocado una lámina de Paul Klee en la portada.

8

EL VY – Return To The Moon

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La verdad es que no sé de dónde saca el tiempo Matt Berninger, pero entre sus discos y sus interminables giras con The National, ha sacado un hueco para montar EL VY, su nueva banda. En ella se hace acompañar de Brent Knopf, líder de Menomena y Ramona Falls, al que le une una gran amistad. Juntos han creado un disco extraño, en el que hacen un rock un tanto áspero y escurridizo. Así que, los que se esperen algo parecido a The National, que se vayan olvidando. Sí, está la inconfundible voz de Berninger, y en algunos cortes hay algún retazo de su banda, pero poco más.

Si cierto que Return To The Moon (Political Song for Didi Bloome to Sing, With Crescendo), el primer adelanto del álbum, nos despistó un poco. Muchos pensaron que nos íbamos a encontrar con algo así como unos The National un poco más bailongos, lo cual no hubiera estado mal, porque es un temazo. Pero con los otros dos adelantos ya empezaron a dejar claro que los tiros no iban por ahí. Primero nos dejaron I’m The Man To Be, una especie de gamberrada de rock áspero, con guitarras cortantes, en la que solo conceden un momento amable en el estribillo. Tras ella, decidieron que ya era el momento de presentar una de las baladas del disco, y nos dejaron Paul Is Alive. Es una bonita canción en la que Berninger demuestra que también sabe emocionar sin recurrir a la épica. Algo que volveremos a comprobar más adelante en tres temazos como No Time To Crank The Sun, It’s A Game y Careless.

Sería un error pensar que este un divertimiento de Berninger y un amigo. Evidentemente, todo el mundo se va a fijar en el cantante de The National, que para algo es más famoso, pero, en este caso, el talento musical corre a cargo de Knopf. Él es el que ha creado ese cocktail de rock, soul, algo de electrónica, y clasicismo que impregna todo el álbum. Una mezcla que resulta de lo más atrayente en Need A Friend y Sleepin’ Light, dos de los más sofisticados del disco. Por cierto, que en esta última colabora Ural Thomas, toda una leyenda del soul norteamericano que ha tocado con artistas tan grandes como Otis Redding o James Brown. Además, cuando se ponen más crudos, nos dejan Happiness, Missouri, todo un trallazo rockero en el que casi parecen unos Queens Of The Stone Age entregados al pop.

Return To The Moon es un disco algo escurridizo en el que Berninger y Knopf no se van a lo fácil, pero tiene algo que engancha y atrapa.

7,9

Robert Foster – Songs To Play

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Hace siete años que Robert Foster tuvo que recuperar forzosamente su carrera en solitario. La muerte de Grant McLennan en 2006 obligó a Foster a volver a grabar bajo su nombre, y finiquitar la carrera de The Go-Betweens, uno de los mejores grupos de la historia del pop. En 2008 nos sorprendió con The Evangelist, un disco tranquilo, que, lógicamente, estaba muy influenciado por el reciente fallecimiento de su compañero de grupo durante más de 25 años. Ahora vuelve con un nuevo trabajo en el que recupera la frescura que impregnaban los primeros álbumes de The Go-Betweens, y en el que también se deja seducir por la faceta más tranquila que siempre ha mostrado en su carrera en solitario.

Sorprende mucho poner este álbum y que lo primero que encontremos sea una tema como Learn to Burn. En él, Foster vuelve al lado más rock de su carrera, con una canción que casi parece un tema de Lou Reed pasado por el kiwi-rock. Una pequeña maravilla que tiene su punto fuerte en las guitarras punzantes, y en ese violín alborotador que aparece de vez en cuando. No es el único corte en el que podemos escuchar a un Foster rejuvenecido y animado. Ahí está esa A Post Walks, donde también juega con las posibilidades del pop lo-fi, pero añadiendo una trompeta que le da un sorprendente toque fronterizo a la canción.

Si hay algo que siempre hicieron de maravilla The Go-Betweens, y por extensión Foster, son ese tipo de canciones de pop que parecen simples, pero luego no lo son tanto. Aquí hay varias, y destacan especialmente Let Me Imagine You, con su amabilidad y su precioso estribillo, y I’m So Happy For You, que es deliciosa. Aunque es en I Love Myself donde nos encontramos con el mejor Robert Foster, en un corte en el que se vuelve a fijar en Lou Reed (casi parece un homenaje al Walk On The Wild Side), y en el que recupera esa forma de cantar, casi hablada, que tan buenos resultados le dio con The Go-Betweens. Y es que, parece que el que fuera líder de la Velvet, ha sido la gran influencia de este disco, porque lo acaba con Disaster In Motion, un corte en el que se pone más escurridizo e inquietante, que recuerda mucho al primer álbum del grupo neoyorquino.

Songs To Play es una vuelta realmente interesante, en la que Robert Foster recupera algunos de los ingredientes por los que su grupo pasó a la historia del pop.

7,7

Beach House – Thank Your Lucky Stars

BEACH HOUSE

Supongo que, a estas alturas, ya estaréis todos enterados de que hoy se edita un nuevo trabajo de Beach House. Esto no sería nada extraño, si no fuera porque hace apenas dos meses que editaron su anterior álbum. La razón principal por la que el dúo de Baltimore ha decidido hacer públicas estas canciones por separado, es porque, según ellos mismos, no tienen mucho que ver con las de Depression Cherry, a pesar de que se grabaron a la vez. Otra particularidad de este lanzamiento, es que, para evitar filtraciones, no han enviado copias a la prensa. Algo que al final les ha salido rana, ya que lleva toda la semana circulando una copia guarra ripeada de uno de los vinilos que vendieron en un concierto que dieron el pasado fin de semana.

A Beach House les ha venido muy bien este Thank Your Lucky Stars. Y es que, a pesar de que ya estaba todo pensado desde hace meses, su Depression Cherry no fue recibido con todo el entusiasmo que esperaban. Por lo general, las críticas fueron buenas, pero también les metieron algunos palos (el NME lo puntuó con un 5), y muchos tuvieron la sensación de que se estaban empezando a repetir. Este nuevo trabajo les pone de nuevo en el candelero, y les da otra oportunidad.

Ellos mismos dicen que las canciones de este álbum no tienen nada que ver con lo que han hecho nunca, pero debe de ser una broma o algo, porque es lo mismo de siempre. Eso sí, también es la continuación perfecta de Bloom, esa que esperábamos muchos. Una de las cosas que no me gustaban de Depression Cherry era la falta de guitarras y fuerza que impregnaban Bloom, su obra maestra. Aquí vuelven a sacar de paseo esas guitarras, las baterías, y ese toque un poco más animado que le faltaba a su anterior álbum. De hecho, creo que Sparks, el primer adelanto de Depression Cherry, casaría mejor con estas canciones. Temas como Majorette, All Your Yeahs o One Thing, están en la misma onda, y sus guitarras perezosas son una delicia. Sobre todo las de la última, que los convierte en casi una banda de shoegaze. Aunque la partida la gana Elegy To The Void, y ese final en el que un punteo de guitarra es el protagonista.

Para los que prefieren a los Beach House más reposados, y más minimalistas, también hay varias canciones donde nos seducen. She’s So Lovely y Rough Song suenan misteriosas y oscuras, pero son tremendamente atrayentes. Pero es en The Traveller donde mejor juegan sus cartas más íntimas. Se han sacado de la manga un delicioso tema de dream-pop envolvente, en el que no tienen miedo a meter capas y capas de teclados, algo que también se echaba en falta en su anterior álbum.

Creo que estos sí que son los Beach House que han seguido la evolución que comenzaron con Bloom. Fuimos muchos los que no entendimos ese paso hacia atrás que dieron con Depression Cherry, y somos muchos los que agradecemos este nuevo álbum.

8,1

The Mantles – All Odds End

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Tengo una debilidad especial por los grupos de pop y garage de la zona de San Francisco. Bandas como The Fresh & Onlys, Legs o The Growlers, que han conseguido fusionar la psicodelia, el pop y el espíritu libre de la ciudad como nadie. Hasta ahora, The Mantles era una más de estas bandas de eso que los californianos llaman “Bay Area”, pero con su nuevo disco esto debería cambiar. Su tercer álbum es uno de esos trabajos que salen de tapadillo, pero que pueden dar muchas alegrías a los seguidores del mejor pop. Y es que, han dejado un poco de lado su rollo más garage y psicodélico, y han tirado hacia la faceta más luminosa de su música. Todo un acierto, que hace de este All Odds End un disco de lo más disfrutable.

Parte de la culpa de este sonido más claro y menos lo-fi, la tiene Jason Quever, el líder de Papercuts, que ha producido y mezclado el disco. Gracias a su producción, que resalta los teclados y las guitarras cristalinas, nos encontramos con una gran colección de auténticos himnos de pop. Island, Lay It Down, Hate To See You Go, o Doorframe, ya están entre lo mejor del pop de 2015. Sobre todo esta última, en la que casi parecen Real Estate. Algo que también se podría decir de la reposada, y estupenda, Undelivered. Pero nada como Best Sides, una pequeña joya con reminiscencias a los grupos neozelandeses, y a los primeros R.E.M.

Aunque han suavizado su sonido, todavía saben cómo hacer un buen hit de rock con tintes psicodélicos. Es el caso Police My Love, un enérgico trallazo guitarrero que suavizan con unos teclados realmente deliciosos, y un contagioso estribillo. Algo que también hacen en la cortita Time To Come Away y en Stay, el tema con el que cierran el disco dejándonos con ganas de mucho más.

The Mantles han creado uno de los mejores discos de pop del año, en el que solo hay un pequeño bajón – el folk de Lately se hace un poco largo-, y con el que es imposible no contagiarse de su ánimo y buen rollo.

8

 

Hamilton Leithauser And Paul Maroon – I Could Have Sworn Ep.

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Cuando hace un par de años The Walkmen anunciaron un largo descanso, ninguno nos imaginábamos que los íbamos a echar tan poco de menos. Desde entonces, los miembros de la banda no han parado de sacar discos en solitario, y, además, bastante interesantes. Ahora, rizan un poco más el rizo, y se juntan dos de ellos para emprender una carrera conjunta. La verdad es que tiene su lógica, ya que Paul Maroon ha sido el guitarrista en la gira que ha hecho Hamilton Leithauser en solitario, así que era normal que tarde o temprano volvieran a componer juntos.

I Could Have Sworn no es el primer lanzamiento que firman juntos, este verano sacaron un LP titulado Dear God, que yo nunca llegué a escuchar. Y es que, solo sacaron una edición en vinilo de 500 copias, las cuales, si vivías cerca, te llevaban ellos mismos a tu casa. De todas formas, por los dos temas que he podido escuchar en su soundcloud, parece que es un trabajo más íntimo y mucho más reposado. Afortunadamente, en gran parte de este Ep, se han ido hacia el sonido de los últimos discos de The Walkmen, lo que es una gran noticia.

El Ep se abre con My Reward, un corte que no desentonaría en Heaven o Lisbon, los dos últimos trabajos de The Walkmen. Es un tema marca de la casa, donde Leithauser deja claro su poderío de voz sobre un manto de guitarras y una tranquila, pero contundente base rítmica. Algo parecido a lo que pasa en New England Crows, que es el single, y el temazo del Ep. Y es que, me recuerda mucho a los temas de You & Me, mi disco favorito de The Walkmen. La rareza del disco es Cry Out For Me, que es una deliciosa canción, en la que juegan con elementos más clásicos, pero en la que no pueden resistirse a meter un buen subidón guitarrero en el estribillo. Tras ella se relajan y nos dejan dos baladas. La primera, que es una de sus típicas canciones de voz y piano, no me ha terminado de convencer. Sin embargo, Utica Avenue, con la que cierran el Ep, me ha gustado bastante. El órgano, que es el gran protagonista de la canción, le da un toque muy de iglesia, casi de villancico, y la verdad es que les sienta muy bien.

I Could Have Sworn es un gran Ep en el que Leithauser y Maroon demuestran que saben lo que se hacen, aunque no me importaría que llamaran al resto de sus compañeros de banda y se reunieran de nuevo.

8

Girls Names – Arms Around Vision

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Girls Names es una de esas bandas que entiende el post-punk de una forma diferente. Mientras otros grupos se preocupan por sonar oscuros, pero sin renunciar a ese punto amabilidad que les da un toque más comercial, ellos prefieren tirar hacia la intensidad y la claustrofobia. Sus canciones están llenas de paisajes sonoros de guitarras crudas y oscuras que se extienden durante varios minutos, pero que a su vez son realmente atractivos. Ahí está su gran baza, que consiguen atrapar al oyente sin necesidad de sonar efectistas. Un claro ejemplo es Zero Tryptych, el single entre disco y disco que sacaron a principio de este año, en el que nos dejaron once minutos de música brillante, y el preludio perfecto a su nuevo trabajo.

Arms Around Vision es un disco extraño, en el que la banda de Glasgow ha suavizado un poco su sonido, pero sin dejar de sonar oscuros e intensos. Puede que haya un poco más de amabilidad y los teclados suenen más luminosos en canciones como Reticence – atención a esa cambio radical que sufre la canción al principio y al final-, Desire Oscillations, An Artificial Spring, o A Hunger Artist, que son cuatro temazos como la copa de un pino, pero en ellos siguen contando con toda su personalidad. Incluso Chrome Rose, la que podríamos considerar la “balada” del disco, tiene ese punto de dejadez tan característico suyo, algo así como si no quisieran que el tema fuera demasiado directo.

Si nos vamos a los temas más oscuros y escurridizos, hay que destacar Málaga (parece que la ciudad andaluza les conquistó en su última visita), que cuenta con la mejor base rítmica del disco, y con un pequeño oasis de luminosidad que entra a partir del segundo minuto. Pero es en Dysmorphia donde entran los Girls Names más agresivos y contundentes, en uno de esos cortes a los que cuesta un poco adaptarse. Y es que, la parte final del disco es donde se muestran menos receptivos, y para cerrar eligen Take Out The Hand y I Was You, dos temas largos, escurridizos y realmente oscuros.

Sin duda alguna, con Arms Around Vision, Girls Names se confirman como una de las bandas más interesantes del post-punk actual.

7,5