Dinosaur Jr. – Give A Glimpse Of What Yer Not

Dinosaur Jr. - Give A Glimpse Of What Yer Not (2016)

Enfrentarse a un nuevo disco de Dinosaur Jr. con este bochornazo que hace en Madrid es una tarea complicada. Sus largos solos de guitarra, sus riffs machacones, y sus baterías secas, son difíciles de llevar con este empane que producen las altas temperaturas, pero, afortunadamente, ellos mismos proporcionan las armas para combatir la parte más seca de su música. Una vez más, la melancólica voz de J Mascis, el toque melódico de algunas canciones, y la pasión por el folk de Lou Barlow, hacen que un disco de Dinosaur Jr. no se me haga bola. Bueno, el aire acondicionado también ayuda.

Antes de nada, hay que dejar clara una cosa: Give A Glimpse Of What Yer Not es el mismo álbum de siempre. Hace tiempo que los de Massachusetts le pillaron el punto a un tipo de canción, y no salen de ahí. El mejor ejemplo es Tiny, el primer single, que es una de esas canciones directas con un buen estribillo y una base rítmica potente. Un clásico marca de la casa que, todavía, les sigue funcionando. Junto a ella, se pueden meter temas como I Told Everyone, que es lo que podríamos calificar como una canción “bonita” de Dinosaur Jr., o Lost All Day, en la que están mucho más amables que de costumbre. Aunque para amabilidad la de Lou Barlow, que siempre se desmarca un poco en los temas en los que canta. En Love Is… fusiona su lado más folk con el indie-rock de toda la vida y, gracias a esto, consigue uno de los mejores cortes del álbum. Además, tanto en esta, como en Left/Right, la otra canción que canta, saca a relucir una acústica, algo que se agradece bastante.

Lo bueno que tienen los Dinosaur Jr. más duros, es que siempre hay canciones en las que se suavizan en el estribillo, y no pierden su pasión por las buenas melodías. Este trabajo cuenta con varias de esas canciones, cortes que empiezan con riff casi heavys, y acaban derivando en un estribillo absolutamente pop. Es el caso de Going Down, con la que abren el álbum de una forma muy potente, o de Good To Know, en la que, si es cierto, que se les va la mano con el solo de guitarra.

Una de las cosas que más sorprenden de este trabajo, es que hay momentos en los que están muy tiernos. Ya no solo en una canción como Be A Part, que es una balada en la que se atreven a meter instrumentos de cuerda, la palabra Love aparece en varias ocasiones, y en Knocked Around, J Mascis no puede parar de decir lo mucho que echa de menos a una persona. Eso sí, es una canción que empieza sosegada, y termina acelerada y con un torbellino de guitarras.

Sí, Dinosaur Jr. han hecho el mismo disco de siempre, pero también es cierto que, una vez más, les sigue funcionando. Eso sí, están un poquitín menos inspirados que en otras ocasiones.

7,4

Jay Arner – II

jay arner

Creo que fui de los pocos que puso por las nubes el debut de Jay Arner, un trabajo que llegó a colarse entre los mejores discos de 2013 para este blog. Por desgracia, no tuvo mucho reconocimiento, y pasó bastante desapercibido. Es probable que los pocos que, en su momento, escucharon a este canadiense, ya se hayan olvidado de él, yo mismo lo había hecho, pero el de Vancouver está de vuelta para que el mundo le dé una segunda oportunidad.

Al igual que en su debut, en II, Arner se encarga de tocar casi todo lo que suena en este trabajo. Aunque sí es cierto que, esta vez, ha cedido algunos instrumentos a Jessica Delisle, compañera en Energy Slime, su otro proyecto musical que, por cierto, no está nada mal. Juntos han creado otra colección de canciones que beben de la new-wave de los primeros ochenta, y que resultan de lo más atractivas.

II es uno de esos discos que pueden gustar a todo el mundo, ya que tiene nueve cortes y apenas dura media hora, por lo que se pasa en un suspiro. Y, aunque está un poco más relajado que en su debut (y un poco menos inspirado), resulta un trabajo de lo más entretenido. Le funcionan muy bien los temas más animados, como esa Crystal Ball tan aditiva, que acaba con unas guitarras de lo más juguetonas, o Street Freaks, donde casi se convierte en un nuevo romántico. Pero es en Personal Line donde nos encontramos con el Jay Arner más similar al de su debut. Es un corte muy pop, en el que es fácil escuchar ecos del primer Elvis Costello o del Nick Lowe de Cruel to be Kind.

Si nos vamos a los temas más reposados, hay que prestar atención a Back to School, el corte que abre el álbum. Aquí nos deja un pop lisérgico, casi perezoso, en el que se hace con un estribillo redondo que le funciona a la perfección. Aunque también hay que destacar el toque synth-pop de Like a Dracula y el entusiasmo que le pone a What’s Reality, en la que se va al pop más mainstream de aquellos años ochenta que tanto le gustan.

No es un álbum tan redondo como su debut, pero sí es un trabajo entretenido y fresco. Ideal para esta época del año.

7,5

The Julie Ruin – Hit Reset

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Kathleen Hanna puede presumir de haber mantenido una carrera más o menos estable durante un cuarto de siglo. La de Portland rompió muchos moldes a finales de los ochenta con Bikini Kill, uno de los buques insignia del movimiento Riot Grrrl, y siguió haciendo lo propio con Le Tigre, aquella banda en la que fusionaba electrónica y rock con bastante atino (¿os acordáis de este pedazo de hit?). En esta década sigue haciendo de las suyas con The Julie Ruin, su última banda, de la que ahora publica su segundo trabajo.

Lo que empezó como un proyecto en solitario a mediados de los noventa (justo antes de formar Le Tigre), se ha convertido en toda una banda al completo con la que Hanna está haciendo algunas de las mejores canciones de su carrera. Se podría decir que, en ella, ha intentado hacer una fusión de sus dos proyectos anteriores. Y es que, en este Hit Reset, vemos retazos del punk y el sonido crudo de Bikini Kill, pero también saca a la luz su faceta más pop, esa que perfeccionó con Le Tigre. Todo ello regado de sus ya habituales letras feministas. Algo que sigue haciendo mucha falta dentro del mundo del rock, que es lo de lo más machista.

Hit Reset está lleno de guitarras potentes y aceleradas, pero también de teclados juguetones y melodías de lo más inocentes. Solo hay que escuchar el tema que abre y da título al álbum, en el que nos encontramos con un estribillo en el que, tras los habituales gritos de Hanna, aparecen unos coros propios de cualquier girl-group de los sesenta. Y es que, esa influencia del pop sixties está muy presente en el álbum. La encontramos en canciones como Rather Not, Planet You, Let Me Go, en la que, no sé si son imaginaciones mías, pero me parece oír el punteo del Heroes de Bowie en el estribillo, o Roses More Than Water, que podrían calificarse de “deliciosas”. Incluso se atreve a cerrar el álbum con una balada al piano.

No penséis que, de repente, Kathleen Hanna se ha convertido en una cantante pop. Para nada, el disco conserva buena parte de la rabia que ha desplegado a lo largo de su carrera, y que aquí aparece en temas tan potentes e interesantes como Be Nice, Record Breaker o Hello Trust No One. Pero lo mejor del álbum lo encontramos en I Decide, un tema oscuro que tiene una base rítmica realmente chula, y en I’m Done, donde hace un punk de lo más juguetón.

Creo que no me equivoco al afirmar que estamos ante uno de los mejores discos de la carrera de Kathleen Hanna. Además de uno de los más accesibles, que no a todo el mundo le gusta la forma tan “peculiar” que tiene de cantar que tiene la norteamericana.

8

Shura – Nothing’s Real

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Blood Orange, Mariah Carey, Phil Collins, J Dilla, Drake, Peter Gabriel, Haim, Whitney Houston, Janet Jackson, Elton John, Madonna, Massive Attack, Pink Floyd, Pixies, Portishead, Prince, Diana Ross, Patrice Rushen y Tina Turner…Esta lista, tan ecléctica, y con tanta estrella, no es otra cosa que otra cosa que las influencias de Shura, la nueva estrella del pop femenino británico.

Esta chica de Manchester lleva haciendo música desde su adolescencia, pero ahora, tras publicar unos cuantos singles en los últimos años, es cuando ha puesto en circulación su álbum de debut. Y es que, según ella misma, ha preferido aprender un poco más y llevar ella misma todo lo referente a su música. Una sabía decisión, ya que, para empezar, esto hace que resulte más interesante que el 99% de las estrellas femeninas del pop actual (el 1% restante se lo adjudicamos a Grimes). Pero es en su eclecticidad donde reside gran parte de su encanto. Prácticamente, todos esos nombres que he puesto más arriba, se ven reflejados en estas canciones, que funcionan estupendamente como conjunto del disco.

Nothing’s Real es un álbum de pop, de esos que tienen unos cuantos hits que conquistarían a cualquiera, pero también cuenta con una parte un poco más ambiental y menos comercial. Solo hay que escuchar White Light y The Space Tapes, los dos temas que cierran álbum (empezando la casa por el tejado). Son dos cortes muy diferentes entre sí – la primera más bailable, la segunda más ambient-, en los que no tiene ningún problema en irse a los diez minutos, dejando fuera toda opción de que el tema se convierta en un hit. Aunque sí es cierto que la primera sirvió como carta de presentación para muchos de sus seguidores.

Supongo que, el descarado parecido con la primera Madonna, ha sido parte fundamental de su despegue. Y es que no puede negar que, tanto el estupendo tema que da título álbum, como Indecision, beben una barbaridad de la artista de Detroit. Sobre todo la segunda, en la que si se descuida se hace con una versión de Holiday. Pero no solo de Madonna vive Shura, también se saca de la manga algún que otro hit de pop más actual, como la maravillosa What’s It Gonna Be?, e incluso un corte más rock, como es el caso de What Happened To Us? Incluso sabe lo que es hacer buenas baladas, que siempre es la parte más delicada de este tipo de estrellas pop. Ahí está la minimalista Kidz ‘N’ Stuff, o las sensuales Tongue Tied y 2Shy, que son tres buenos ejemplos de que, cuando se relaja, también acierta.

Con Nothing’s Real, Shura demuestra que se puede hacer buen pop comercial de calidad,  y que no hay ninguna necesidad de hacerse la estrella para venderlo.

7,7