Liz Lawrence – Peanuts

Liz Lawrence empezó su carrera con un disco de pop y folk bastante estándar en el que había algunas canciones notables. Además, con “When I Was Younger” logró dar con un pequeño éxito. Pero tras ese debut aparcó su carrera en solitario para dedicarse completamente a Cash+David, un dúo de música electrónica que sacó un par de EPs a mediados de la década pasada. Y no les fue nada mal. Pero, una vez más, Lawrence decidió cambiar de rumbo y volver a su carrera en solitario. Una carrera que cuenta con una discografía de lo más variada en la que hay pop, indie-rock, o algo de indietronica. Así, hasta llegar a su último trabajo, que es una de esas pequeñas joyas escondidas que salen de vez en cuando.

De algún modo, ‘Peanuts’ nace por consecuencias de la pandemia. Sin conciertos a la vista y ninguna otra forma de ganarse la vida, Liz Lawrence tuvo que dejar Londres en 2020 y volver a su pequeña ciudad en West Midlands. Allí, tras lidiar con una depresión, empezó a conectar con la naturaleza y a ver el mundo de forma diferente. Así, su nueva colección de canciones, habla de un país que está en la mierda más absoluta, de ecología, o de cómo se están perdiendo los espacios públicos de las ciudades y de cómo la gente cada vez está más desconectada de sus vecinos, familiares o amigos.

Para crear las canciones de este disco, Liz Lawrence envío un mensaje al productor Ali Chant (Perfume Genius, Yard Act, Aldous Harding) y le dijo que quería hacer algo que sonara como un encuentro entre Cate Le Bon y Primal Scream. Lo que hace que nos encontremos ante un disco de pop que vira hacia muchos caminos diferentes. Así, nada más empezar, nos deja un “Big Machine” en que la que el rock se fusiona con algo de electrónica y con un ritmo vibrante. Un lado más rock que también aparece en la más calmada, pero absolutamente estupenda, “No One”. O en esa “Oars” de ritmo funk y espíritu guitarrero. Además de en la potente, pero muy melódica, “No Worriers If Not” y sus guitarras cargadas de electricidad. Y de esa “Nitrogen” en la que se puede apreciar una notable influencia del rock de principio de siglo.

Uno de los puntos fuertes del álbum es su variedad. Casi se podría decir que cada canción es mundo, pero, a su vez, todas se conectan muy bien entre sí. Así, entre sus arrebatos rockeros, aparece un tema como “Names Of Plants and Animals”, donde saca una tímida caja de ritmos que llena todo de calidez. Una electrónica que también se deja ver en la arrogante “Strut” y su ritmo bailongo. O en la algo extraña “On Loss and Overcoming Despair”, la cual le da el punto arty al disco. Eso sí, para cerrar, prefiere entregar “Top Level Joy”, todo un baladón de final épico y emocionante.

Un comentario

  1. yellowsnow77 · 12 Days Ago

Deja un comentario