25 canciones: Talking Heads
Supongo que me estoy metiendo en un buen fregao al hacer una recopilación con tan solo 25 canciones de Talking Heads. Está claro que el grupo de Nueva York tiene muchos temazos más, y que cada seguidor tendrá sus favoritos, pero cuando creé está sección del blog puse el límite en ese número. Sobre todo, porque se trata de repasar la carrera de una banda y mostrar una pequeña parte de su discografía. Porque, aunque no os lo creáis, hay mucha gente que no sabe quiénes son Talking Heads. Sin ir más lejos, hace unos meses, cuando salió la noticia de que habían rechazado una millonada por hacer una serie de conciertos, un compañero de trabajo me preguntó qué quiénes eran esos. Y eso que las nuevas generaciones los están reivindicando y haciendo versiones suyas. Así que parece que no está de más hacer un repaso de su carrera.
En realidad, Talking Heads duraron poco más de una década, pero en ese corto periodo de tiempo editaron ocho discos y un álbum en directo que pasaría a la historia. Además de convertirse en una de las bandas más influyentes del planeta. Y no es que lo diga yo, lo dicen grupos como Radiohead -le deben el nombre a una de sus canciones-, Vampire Weekend, Franz Ferdinand, o St. Vincent. Pero lo cierto es que no había muy buen rollo entre los miembros de la banda. De hecho, el resto de los miembros se enteraron de que David Byrne se había ido de la banda por un articulo en la prensa. Así que dijeron eso de que Talking Heads no se habían disuelto, que simplemente fue Byrne el que se fue. Es más, llegaron a girar sin él como Shrunken Heads. Y sacaron un disco como The Heads.
Es bastante alucinante que una banda como Talking Heads tuvieran éxito. Porque, a pesar de que estaban en Nueva York en el momento más indicado, cuando la escena punk empezó a florecer, no tenían nada que ver con eso. David Byrne y Chris Frantz venían de la escuela de arte de Rhode Island y sus influencias musicales eran de lo más variopintas. Le gustaba el rock, pero también artistas como Funkadelic y Fela Kuti. Aun así, su primera actuación fue en el CBGB como teloneros de los Ramones. Y sí se podría decir que ‘Talking Heads ‘77’, su álbum de debut, tenía bastante de new-wave. Aunque ahí ya se veían algunos ritmos y sonidos cercanos a la world music. Ahí tenemos “Love → Building on Fire” y su tono festivo. O la calidez que desprende “Uh-Oh, Love Comes to Town”. De hecho, si miramos “Psycho Killer”, el que es el mayor éxito de este disco, es una canción con una estructura de lo más extraña. Además de un estribillo que roza lo absurdo. Pero es un temazo como la copa de un pino.
Tras conseguir un pequeño éxito con “Psycho Killer” gracias a la psicosis que había ese año con el asesino en serie conocido como el hijo de Sam, Talking Heads logran que Brian Eno produzca sus tres siguientes discos. Aquí ya no se cortan un pelo y hacen lo que les da la gana. Así, en ‘More Songs About Buildings and Food’, llevan el “Take Me To River” de Al Green a su fusión de rock, sonidos africanos y funk. Además de al top 30 estadounidense. Y si nos vamos a ‘Fear of Music’, su siguiente álbum, nos encontramos con un disco de lo más variado. Tenemos la influencia más que evidente de la música africana en “I Zimbra”; un coqueteo con el post-punk en “Cities”; pop festivo y de muchos kilates en “Life During Wartime”, y una balada tan inmensa y emocionante como “Heaven”.
Con la llegada de los ochenta, Talking Heads dejan de lado buena parte de la escena new-wave para crear su propio sonido. Y ahí aparece ‘Remain The Light’, uno de sus discos más venerados. Estamos ante un trabajo en el que la banda neoyorquina necesita a más de una decena de músicos extras para que toquen todos los ritmos que tienen en su cabeza. Los sonidos y percusiones africanas están a la orden del día, y los fusionan con su pop y rock con una habilidad alucinante. Es el caso de ese pedazo de hit llamado “Once in a Lifetime” y su famoso vídeo. O de la psicotrópica y espídica “Crosseyed and Planes”. Dos canciones sin las que, probablemente, el catalogo de DFA no existiría. Además, aquí ya empezaron a preocuparse más por la estética y fabricar piezas audiovisuales chulísimas.
‘Speaking in Tongues’ llega tras un pequeño parón discográfico, solo roto por un disco en directo, y el éxito de Tom Tom Club, la banda que forman Chris Frantz y Tina Weymouth –“Genius of Love” se convierte en todo un hit en las pistas de baile-. Es un trabajo más pop y con él pegan un pequeño pelotazo comercial. Todo gracias a “Burning Down The House”, la cual viene acompañada de un vídeo que la MTV emite a todas horas. Pero el mejor tema de este trabajo es “This Must Be the Place (Naive Melody)”, una canción deliciosa que, a la postre, se ha convertido en una de las favoritas de sus fans. Además, este disco los llevó a la gira bautizada como ‘Stop Making Sense’, que, como todos sabréis, se convirtió en algo mítico gracias a la película del mismo nombre que filmó Jonathan Demme.
Talking Heads encaran la segunda mitad de los ochenta convertidos en una banda que, sin llegar a ser ultra comercial, sí funciona muy bien. En parte, porque el propio grupo responde a la demanda del público y entrega unos trabajos mucho más pop y llenos de hits. Y sí, puede que ya no suenen tan innovadores como al principio, pero discos como ‘Little Creatures’ y ‘True Stories’ también son muy interesantes. Además, es imposible no caer rendido ante trabajos donde aparecen temas como “And She Was”, “Creatures of Love”, “Road To Nowhere”, o “Wild Life”. De hecho, para los que crecimos en los ochenta, es aquí donde empezamos a saber de esta banda que hace canciones extrañas, pero muy atrayentes. Es más, en esta época empezaron a tener más éxito en Europa que en su propio país.
Para grabar ‘Naked’, el que terminaría siendo su último trabajo, Talking Heads se van hasta París. Inspirados por la política de mierda de Ronald Reagan, se hacen con una colección de canciones que, de alguna manera, vuelven a los sonidos más funk y afro. Y logran bastante éxito colocando el disco en el top 3 en UK. En parte, porque no se olvidan de entregar algún single redondo como el bailongo “Blind” o la estupenda y “(Nothing But) Flowers”. Pero esto no los anima a seguir, y tras publicar el disco anuncian un descanso que, al final, se convierte en definitivo. De hecho, es raro que no se hayan reunido en todos estos años más allá de cuando entraron en el Rock and Roll Hall of Fame, o del reestreno de ‘Stop Making Sense’. Y no será porque no les han llovido ofertas millonarias.
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