Pet Shop Boys – Hotspot

Pet Shop Boys

Si hay algo que no se le puede negar a los Pet Shop Boys, son sus ganas constantes de no repetirse en cada trabajo. Esto hace que se equivoquen a menudo, y que de repente te saquen un disco de lo más aburrido (“Elysium”), o uno en el que pierden su identidad para irse a una pista de baile de lo más absurda (“Super”). Pero, de vez en cuando, te dan sorpresas, y sacan un Ep como “Agenda”, en el que, gracias a la mierda de mundo en el que vivimos, consiguen crear cuatro temas notables. Con estos últimos antecedentes, uno ya no sabe cómo enfrentarse a un nuevo trabajo del dúo londinense. Sobre todo, cuando no hay una dirección clara, como en su último trabajo.

Hotspot” es el último trabajo de la trilogía creada junto al productor Stuart Price, que, la verdad, nos ha dejado más decepciones que alegrías. También es lo que se podría llamar su “disco berlinés”, ya que lo han grabado mayormente en los Estudios Hansa, y está lleno de referencias a esa capital europea que tantos buenos discos ha inspirado. El caso es que, este trabajo, está lejos de ser su “Low” o su “Achtung Baby”, pero, afortunadamente, sí que podemos decir que es un disco más que interesante.

Neil Tennant y Chris Lowe se han pasado cuatro décadas llenando el pop electrónico de elegancia e ironía, y algo de eso hay en este álbum. Cuentan con un buen single, como es el caso de ‘Monkey business’, que nos devuelve un poco a los Pet Shop Boys más disco, y nos deja una letra con bastante sarna, en la que nos hablan del típico “ventas” que va de sobrado. Además, empiezan bien, poniéndose bailongos, pero sin perder su identidad, con ‘Will-o-the-wisp’. Una línea que siguen en la estupenda ‘Happy people’, y en la muy resultona ‘Dreamland’, que cuenta con la colaboración del líder de Years & Years. Aunque, quizá, lo mejor del lado más animado, llegue con ‘I don’t wanna’, que es un tanto más minimalista, y cuenta con un bajo sintético delicioso. De esa especie de broma llamada ‘Wedding in Berlin’, mejor no comento nada.

Parte del disco está reservado para las baladas. Y ya sabemos que, cuando les salen bien, podemos encontrarnos con grandes momentos. Aquí no llegan a sacarse de la manga un ‘Being Boring’ o un ‘Rent’, pero sí que consiguen hacerse con alguna balada notable. Es el caso de ‘You are the one’ que, aunque cuenta con una letra un tanto sosa, sí que funciona por su buena melodía y sus pocos excesos. También han dado clavo con ‘Only the dark’, donde se acercan a sonidos bastante ochenteros. Pero lo mejor del lado reposado del álbum llega con ‘Burning the heather’. Aquí se van hacia su faceta más acústica y menos sintética, y se hacen con una preciosa balada en la que aparece la guitarra de Bernard Butler, el que fuera el guitarrista de los primeros discos de Suede.

Evidentemente, no estamos ante uno de los mejores discos de Pet Shop Boys, pero sí el que les tocaba hacer en esta etapa de su carrera, y la mejor forma de cerrar esa trilogía tan irregular que han creado junto a Stuart Price.

7,1

2 comentarios

  1. yellowsnow77 · enero 24, 2020

    mediafire.com/file/ohs1fps046g99m3/mascotas_calientes.zip/file

  2. Pingback: Pet Shop Boys – Nonetheless | Don't Eat The Yellow Snow

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