El Último Vecino -RIQUI

Me sorprende bastante la poca cancha que se le está dando a los últimos lanzamientos de El Último Vecino. Apenas veo artículos del proyecto de Gerard Alegre en medios que, supuestamente, se declaran independientes. Tampoco lo he visto en ningún cartel de los tropecientos festivales de verano que hay en este país. Y me sorprende porque estamos hablando de un grupo que causo bastante revuelo con sus dos primeros trabajos y que llenaba salas para mil personas en Madrid. Además de uno que ha conseguido cruzar fronteras y llegar a países como México o Chile. Supongo que es lo de siempre, que las cosas se pasan de moda y la gente se olvida de ese grupo que tantos buenos momentos te hizo vivir. Porque lo cierto es que Alegre sigue haciendo buenas canciones. Y la prueba la tenemos en su último trabajo, que vuelve a ser notable.

RIQUI’, que no es otra cosa que el dinosaurio que aparece en la portada, es el trabajo más directo de El Último Vecino. Ya no solo por su duración, que tan solo es de 27 minutos, también porque sus canciones no tienen ninguna paja. De hecho, ninguno de estos diez temas llega a los tres minutos. Y yo encantado, porque últimamente estoy muy favor de los discos, canciones, películas, o libros cortos. Musicalmente, su propuesta no ha cambiado, pero creo que estamos ante uno de esos casos en los que no hace mucha falta. Principalmente, porque le tiene muy pillado el punto a esa mezcla de synth-pop y post-punk con la que nos lleva deleitando más de una década. Además, la producción de InnerCut vuelve a ser estupenda.

El disco empieza yendo directamente al grano. “Era de esperar” es uno de esos cortes marca de la casa en los que El Último Vecino se deja llevar por un ritmo acelerado y un sintetizador de lo más melancólico. Además de uno de esos estribillos que se pegan como una lapa. Algo que también ocurre con “Mi chaqueta gris”, todo un hit a la altura de las mejores canciones de su carrera. Y en esas sigue en la también estupenda “El último día”, donde, además, nos deleita con un toque más jangle-pop de lo habitual. Porque, a pesar de que todo parece sonar igual, aquí hay pequeños detalles que llevan los temas hacia otro camino. Ahí tenemos “Metropolitano”, donde su synth-pop se vuelve más ibérico para dar con una maravilla de estribillo.

Creo que Gerard Alegre está sembrado en algunos de los temas y melodías de este disco. Además, en algunos casos, le veo un poco menos oscuro y más pop que nunca. Ahí tenemos uno corte como “Cinta”, en la que, a pesar de su letra triste y desamor, cuenta con un estribillo de lo más esperanzador. Y en parte es por ese teclado que lo envuelve. Un guion que también sigue en “Lo que quise saber”, en la que, además, cuenta con la frescura que le da la colaboración de Xenia. Y ojo con la vibrante “Lo que tuvo que aguantar”, que sigue en esa línea esperanzadora. Aunque esta vez sí que lo hace desde un lado más post-punk. Una oscuridad que también se deja ver en “Era de esperar II”, que cierra el disco bajando el ritmo y llevándolo a mundos más electrónicos.

Un comentario

  1. yellowsnow77 · 20 Days Ago

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